Los días en casa de Shawn pasaban rápidos. Empezaba a sentir una atracción hacia él que me resultaba bastante frustrante, ya que yo siempre lo había visto como una figura de un hermano mayor.
La Navidad se acercaba y ibamos a visitar a la familia de Shawn, para después finalizar la Navidad de una forma más privada en casa de Shawn. Mi madre y yo nos resistimos a ir, ya que la Navidad es una época para estar en familia, y nosotras no pintábamos nada ahí. Tampoco podíamos ir a visitar a nuestra propia familia ya que solo nos teníamos la una a la otra, pero Shawn se negó rotundamente a que nos fuéramos de su casa.
Bastante nos sorprendimos cuando su familia nos recibió con los brazos abiertos.
No contuve mi curiosidad y le pregunté a Shawn sobre su amabilidad al acoger a dos completos desconocidos en su casa.
Me habló de su abuela recientemente fallecida, con la que tenía una relación muy cercana.
"Hay tres cosas importantes en la vida: la primera, ser amable; la segunda, serlo siempre; y la tercera, nunca dejar de serlo. -Henry James."
Su abuela siempre le recitaba esa frase cuando él era pequeño y a medida que iba creciendo se la repetía con más frecuencia. Es por eso que al ver nuestra situación decidió ayudarnos, o así lo entendí yo.
Al terminar las Navidades y empezar el año nuevo, la relación entre mi familia y la de Shawn iba de bien en mejor.
-Jaide, ¿lo has oído bien? porque no te lo voy a repetir de nuevo, es una historia muy larga- me preguntó la hermana de Shawn cuando nos sentamos los tres en el suelo de su habitación.
-Sí Aaliyah, te he oído- reí leve- Quiero saber más sobre esa época tan... especial.
La cara de Shawn enrojeció aún más.
-Aaliyah, no hace falta que sigas contando...- Aaliyah le interrumpió.
-Oh Shawn- le miró molesta- Nos estamos divirtiendo un rato, si no te gusta te vas macho pecho peludo- resopló.
Sin embargo, él levantó las manos en señal de derrota.
-Bien, mi madre me contó que una vez a Shawn en el instituto le llamaban...
-Chicos- se asomó su madre por la puerta y poco después apareció la mía.
-Deformador de sombreros...- acabó y escondí la cara entre mis manos intentando aguantar la risa.
- Nos vamos un rato, no tardaremos en volver- anunció mi madre.
-¿A dónde van?- preguntó Aaliyah con curiosidad.
-Cariño, pues a tener un rato entre amigas- Aaliyah levantó una ceja y reí leve.- Nos vemos- canturreó su madre sonriendo y poco después se fueron dejándonos solos en casa.
-Bien, basta de historias.
-¿Por qué le llamaban así?- pregunté riéndome y Shawn me fulminó con la mirada, rojo como un tomate.
-No sé... porque era y es muy cabezón, pero bueno...- reímos- Vamos a hacer algo más divertido.- se levantó y se sacudió el pantalón.
-¿Qué quieres hacer?- preguntó Shawn- No sé qué entiendes tú por hacer algo divertido, pero dibujar unicornios no lo es- bromeó.
Ella le pegó en la cabeza.
-No te burles de los unicornios- advirtió y yo asentí hacia Shawn.
Él rompió a carcajadas.
-Está bien, señoritas, lo siento- rió leve.
-No te creo, pero te lo voy a dejar pasar...- comentó Aaliyah.
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Empecemos a cantar. 《S.M》
RandomLa música fue un refugio para Jaide Sanders cuando pensaba que todo estaba perdido. Y desde ese refugio, observó una luz que la llevaría hasta las estrellas.