Capitulo 4: Despertar

201 8 0
                                    

                El frío en la habitación era insoportable, esta se encontraba completamente a oscuras. Andrés sentía alguien más con él en aquel cuarto, podía oír el sonido de su respiración y podía sentirla chocar en su cuello. El chico permanecía inmóvil, no podía ver nada y no tenía la menor idea de quién o que estaba con él en la habitación, el miedo recorrió todo su cuerpo en un instante mientras que la respiración en su nuca se hacía cada vez más fuerte. Ya no podía mas, tenia que gritar, debía hacer algo, el joven quedo inmóvil justo cuando una vela enfrente de el se encendió y junto con esta se encendieron muchas más, una detrás de otra. Las velas se encontraban junto a la pared formando un cuadrado perfecto por toda la habitación.

                Las paredes en la habitación eran de un color marrón claro cubiertas de garabatos que Andrés no entendía, no había mucho espacio entre un símbolo y otro. La habitación era pequeña, solo estaban las velas, él y esa presencia que desconocía. Como si estuviera despertando de un trance Andrés sacudió la cabeza y miro al suelo notando un charco de sangre que se formaba bajo sus zapatos. Un sonido de cadenas acompañado de otro suspiro en su nuca le hizo recordar que no se encontraba solo, cerró los ojos, soltó aire y tomo valor, volteo lentamente; lo que vio le hizo soltar un ruido de asombro.

-¡¡¡Roger!!!- Exclamo con lágrimas en los ojos.

                Roger colgaba de dos cadenas enganchadas a dos grilletes en sus manos, se encontraba completamente desnudo, la piel de su pecho y estomago estaban desgarradas, de su estomago colgaban sus órganos y un corazón latiendo muy lentamente se podía ver en medio de dos pulmones funcionando con esfuerzo, en la pared tras el muchacho estaba dibujado un pentagrama. La sangre corría por sus piernas cayendo al suelo formando un charco.

-¡Roger ¿Qué te hicieron?!

                Andrés se acerco a él y trato de soltar los grilletes de sus manos le costó un poco pero lo logro. Soltó uno y Roger quedo colgando del otro, al soltarlo Andrés lo sostuvo en sus brazos mientras se tumbaba sobre el suelo apretando a Roger contra su pecho.

-Estarás bien ya lo veras, no te preocupes -Andrés hablaba entre lágrimas y sollozos- Saldremos de aquí y te llevare a un doctor.

                Roger balbuceo algo que Andrés no logro entender, luego Roger movió la cabeza hacia atrás y Andrés pudo notar que faltaba su lengua.

-¡¡¡Noooooo!!! Dios no –Andrés lloraba tanto que sus lágrimas goteaban de su barbilla y caían en la cara de Roger.

                Roger levanto su mano empapada en su propia sangre y al parecer el esfuerzo era demasiado puesto que su corazón comenzó a latir fuertemente salpicando sangre hacia todas direcciones. Alzo sus dedos hacia la pared y comenzó a escribir algo con él. Andrés sentía la necesidad de detenerlo pero había algo que se lo impedía así que solo se limito a mirar, pronto una letra se fue formando.

“N”

                Luego de terminarla Roger dejo caer su mano salpicando la sangre del suelo, tomo fuerzas y volvió a levantarla. El corazón del chico iba cada vez más rápido, soltando chorros de sangre a montones mientras que en la pared se formaban dos palabras concisas y de letras chuecas debido a que al joven le temblaba la mano sin parar. Termino de escribir y su mano cayó de nuevo.

“NO SIGAS”

                Esas dos palabras retumbaron en la cabeza de Andrés con la voz de Roger. El joven bajo la mirada para observar esos ojos grises que le enamoraron en algún momento, un “Te Amo” se dibujo en los labios de Roger justo antes de que este se consumiera por una llama invisible que lo convirtió en solo cenizas. Andrés no tuvo tiempo de reaccionar, se sorprendió al ver como las cenizas se deslizaban por sus dedos para luego flotar por toda la habitación.

La Ceiba RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora