A Andrés le sudaban las manos y su pierna brincaba como loca, la sobrecarga con las tres tazas de mocaccino no le ayudaban a calmarse. Reviso su reloj por lo que creyó que fue la decimoquinta vez. 5:45pm ya habían pasado 90 minutos desde el tiempo que habían acordado para encontrarse en ese café al este de la ciudad, esa parte de la ciudad era espléndida, sin tanto ajetreo como el centro, con calles agradables y sitios poco concurridos, perfecto para un encuentro que no quisieras que alguien más viera.
Ya estaba ansioso pensó en Enviar otro mensaje de texto a Serio_019 Pero ya cinco eran suficientes. ¿Porque no había llegado? se preguntaba Andrés mientras volvía a verificar la hora. Quizás lo dejaría plantado, ¿estaría en el lugar correcto? o quizás confundió el día de la cita. Pero no, estaba seguro que estaba en el sitio correcto y era la hora correcta, era el otro quien estaba tarde o simplemente había decidió no asistir al encuentro. De igual forma el chico se había cansado de esperar, dio un último sorbo a su café y se levantó de la silla para retirarse cuando sintió a alguien tocarle el hombro.
-Hey ¿eres curioso2348? -pregunto el recién llegado y se sentó frente a Andrés- ¡vaya! Si es cierto que eres más guapo en persona.
Andrés volvió a tomar asiento y miro al chico, era un poco más bajo de lo que se esperaba y corpulento, grandes bíceps bajo una camiseta muy ajustada. Ojos cafés, nariz chata y una sonrisa burlona.
-Pensé que no vendrías -dijo Andrés- de hecho ya estaba por marcharme.
-Disculpa -dijo serio_019 en tono apenado- había mucho tráfico y la batería de mi teléfono se extinguió, esperaba que no te hubieras ido y parece que llegue casi justo a tiempo -el chico sonrió abiertamente contagiándole la risa a Andrés y le guiño un ojo de manera provocadora- por cierto mi nombre verdadero es Richard, esperó que no te moleste que no te lo haya dicho antes, es que no se puede confiar mucho en lo hablas por internet.
-Sí te entiendo, no te preocupes -respondió en tono un tanto tímido, trataba de controlar sus nervios y evitaba no mirar tanto sus músculos marcados que sólo le hacían intimidarlo aún mas, aparte de sentirse un poco excitado- el mío es Andrés por cierto.
-Mucho gusto Andrés –Richard se estiro para darle la mano y cuando hubo estrechado la mano de Andrés le rozo la palma con uno de sus dedos- creo que si queremos hacer esto deberíamos ir caminando.
-Espera, ¿hacer que?
-Pues a lo que vinimos ¿no?
Richard le guiño un ojo a manera de complicidad y Andrés no terminaba de captar la idea de lo que este hombre quería decirle. Hacia varios días que había hablado con el en un chat de internet, aunque hasta ese día no lo había visto nunca en persona, este le había enviado muchas fotos, mas en ningún momento habían hablado remotamente sobre sexo o algo parecido. Mayormente solo hablaban sobre videojuegos y películas que a ambos les gustaban, música y comida. Andrés era inexperto en las citas, esta era su primera interacción con alguien del mundo homosexual, por eso le tomo un tiempo entender lo que a este se refería, para cuando lo hizo se sintió ofendido pero mas aun, decepcionado.
-¡Oye! ¿tu crees que estamos aquí para tener… sexo?
-Pues claro –contesto Richard con tono de incrédulo- creí que eso estaba claro.
Andrés comenzó a levantarse de nuevo antes de responder.
-Entonces creo que citaste a la persona equivocada, yo no voy a tener sexo con un desconocido –dicho esto cuando ya disponía a retirarse, Richard lo tomo fuerte por el brazo- suéltame ¿Cuál es tu problema?
-Tu crees que yo vine hasta acá para tomarme un café con un niño y hablar de que te gusta cocinar pastelitos y tortas –luego se dirigió a el en un tono severo- si entras a un chat de adultos tienes que estar preparado para jugar como los adultos.
ESTÁS LEYENDO
La Ceiba Roja
TerrorUn joven muere bajo extrañas circunstancias y su prometido se encarga de buscar la verdad, pero todo empeora cuando empieza a encontrarla. Podrás descubrir el misterio que se esconde detrás de Todo?