Capitulo 8: Bartelious Delacroix

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-¿Quién eres?- pregunto Andrés

El miedo lo mantenía paralizado en el sitio mientras un pensamiento cruzaba su cabeza

<<¿Como es posible que alguien pueda flotar? ¿Es que acaso es... es un... fantasma?>>

El hombre que flotaba frente a Andrés lucia una vestimenta desactualizad,a un poco colonial. Parecía joven de unos 30 años como máximo, bigotes y una barba adoraban su rostro pálido.

-Es obvio, que soy un fantasma- Su voz era normal, como la de cualquier otra persona lo único que le hacia diferente era su tez que era casi blanca y el hecho que se mantenía flotando- Se supone, que deberías estar corriendo.

Andrés sentía mucho miedo, pero era ese mismo miedo que lo mantenía paralizado. Andrés apretó sus puños y hizo una muesca de rabia.

-Estos días he visto cosas peores -dijo con voz fuerte sin saber de dónde había salido el valor- Un hombre flotando no es algo tan impresionante ahora.

-Es de esperarse- el fantasma hablaba con un tono calmado mientras flotaba alrededor de Andrés- este es un pueblo pequeño y las noticias se esparcen rápido, escuche hablar de dos jóvenes que fueron atacados por un demonio en el bosque y mi intuición de viejo...

<<¿Viejo? Este tipo parece de mi edad>>

...Me dice que debe ser tu uno de esos chicos que fue atacado ¿estoy en lo cierto?

-Pues... emmmm...

-¡huh! Al parecer el miedo a los fantasmas si existe en tu haber, aunque sea poco, es lo suficiente como para callar tus palabras.

-¡¡¡No te tengo miedo!!!

-Vaya, pero si eres un joven de buen temple.

Andrés se planteó así mismo que este "ser" no era hostil, al fin y al cabo no ha intentado atacarlo en ningún momento. Pero igual se mantenía alerta puesto no sabía mucho de fantasmas, tan solo lo que había leído por ahí y los que las películas y caricaturas mostraban.

El ente no era como los fantasmas de las películas, parecía una persona normal, no se podía ver a través de él, solo era extremadamente pálido. De no ser por el hecho que iba flotando se podría confundir con una persona con un severo caso de anemia.

-¿Quién eres?- pregunto Andrés con tono amenazante.

-Donde están mis modales. Mi nombre es Bartelious Delacroix y ¿tú eres?

<<¡Bartelious!>>

-¿Tu sabes que pasa en este maldito lugar? Me refiero a todo lo que está pasando ahora.

Bartelious desvió un poco la mirada antes de contestar.

-Si quieres saber y más importante entender la verdad, debo contarte todo desde sus principios.

>Hace mucho tiempo cuando yo aun era solo un adolescente, la situación financiera de mis padres se vino abajo, llenos de deudas y un hijo a quien alimentar , decidieron mudarse o mejor dicho "huir" desde Francia hasta este país de infortunios.

>Al llegar aquí, tenía yo 17 años y a pesar que nuestra vida en Francia no era demasiado ostentosa, en comparación a lo que aquí encontramos, podría decirse que en mi patria vivíamos como reyes. Me costó un tiempo adaptarme y perfeccionar el idioma, pero siempre fui un joven carismático así que al cabo de unos meses ya tenía amistades nuevas y hasta llegue a romper algunos corazones. Mi padre fue un joyero reconocido en París pero esta tierra no tenía nada que ofrecerle como joyero así que comenzó a trabajar para Don Manuel el dueño de la hacienda que producía ganado, vegetales y empleo al pueblo. Este lugar se mantenía en pie y con comida sobre las mesas solo por esa hacienda.

La Ceiba RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora