Capítulo 9

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Cuando entramos en la casa, Nick se puso a saludar a un grupo de personas (no más de cinco o seis) que conocía. Yo por mi parte, acompañé a Isabel a la cocina a dejar la cesta de pícnic allí. Después, esta me enseñó un poco la casa. Tenía alrededor de doce habitaciones repartidas en dos pisos superiores, aunque desde fuera la casa no parecía tan grande. En la planta baja estaba la cocina, el comedor (que era enorme, por cierto) y un salón con varios sofás, estanterías con libros y una televisión de pantalla plana enorme.
Tras hacerme quedar impresionada por el interior de la casa, Isabel me llevó a ver el exterior.

La vivienda estaba rodeada de unos pequeños matorrales que tenían unas preciosas flores rosas. El camino de piedra que habíamos seguido para llegar a la casa la rodeaba por la derecha y la izquierda hasta volver a unirse en la parte trasera. Después continuaba por un camino rodeado de rosales hasta llegar a un pequeño huerto que Isabel me contó que mantenían los granjeros en su tiempo libre. Finalmente, mi amiga me enseñó los graneros y los establos. Los graneros eran enormes y rojos como los que aparecen en las películas. Los establos estaban llenos de animales: caballos, cerdos, gallinas... Pero, para ser sincera, tardamos realmente poco en visitar los establos, debido a que el mal olor a animales nos causaba arcadas.

Cuando regresamos a la casita de los granjeros, ya era la hora de comer, así que fuimos al prado que Izzy y yo habíamos visto al lado del huerto mientras esta me enseñaba el lugar.

-Está todo tan bonito como la recordaba, primo- dijo mi amiga.

-Es preciosa- añadí yo.

-Por cierto, Agnes (una de las señoras que cuida de las cuadras) me ha dicho si quería montar más tarde a caballo- dijo Peter-. También me dijo que si queríais os podíais venir vosotros también.

-¡Sí!- le contestó Isabel-. ¡Claro que vamos!

Entonces yo asentí, pero recordé una cosa que me hizo cambiar de opinión.

-Yo no sé montar a caballo.

-Es verdad, se me había olvidado- dijo Isabel-. Bueno, pues que vayan ellos a montar a caballo y nosotras damos otro paseo.

-Ni hablar Izzy- repliqué yo-. Tú vas a ir con tu hermano y tu primo a montar a caballo aunque yo no vaya, que ste que te hace mucha ilusión. Yo me puedo quedar aquí y dar una vuela.

-¡¿Pero y si te raptan y te violan?!- gritó mi amiga.

-Izzy, no digas burradas. Además, de algo me servirán las clases de defensa personal.

-¡Sólo fuiste dos días!- contestó ella.

-Bueno, que más da. Te prometo que no me pasará nada.

-Está bien, pero como te pase algo es culpa tuya por no hacerme caso.

-Vale.

***************

Después de terminar de comer, acordamos que nos veríamos a las ocho y media en la casa, para así poder cenar tranquilamente y no llegar muy tarde a casa, ya que teníamos una hora y media aproximadamente hasta llegar.

Yo acompañé a Isabel a cambiarse de pantalones, ya que los shorts eran incómodos para montar a caballo. Al parecer tenía pensado desde el principio realizar dicha actividad, ya que se había traído unos vaqueros largos ajustados. Cuando terminó de cambiarse de ropa, fuimos al encuentro de los chicos.

-En serio Ann, ten cuidado- insistió por última vez mi amiga.

-Que sí, estate tranquila- la contesté.

-Venga, vámonos que se nos hace tarde y Agnes nos espera- dijo Peter.

Tras despedirnos (lo que duró otros cinco minutos, a pesar de las insistencias de Peter en que tenían que irse y que no íbamos a estar separados tanto tiempo) me dirigí a un bosquecillo que había visto anteriormente mientras paseaba con Izzy.

Caminé durante un cuarto de hora hasta que llegué a un riachuelo bastante ancho. Me paré a pensar en cómo pasar, ya que no me apetecía mojarme. Entonces una voz a mis espaldas dijo:

-¿Te ayudo a pasar?

Sensual Summer (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora