Capítulo 12

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Nick y yo nos pasamos toda la tarde nadando en la laguna subterránea y besándonos. Me parecía como si estuviese en un sueño. Pronto, demasiado pronto, se hizo tarde, así que salimos del agua para secarnos y después vestirnos.

A las ocho nos pusimos en camino hacia la granja ya que ya íbamos tarde y quería evitar tener que contestar preguntas incómodas; aunque conociendo a Isabel acabaría contestándolas igualmente.

Durante el camino hasta llegar al río estuvimos callados, aunque íbamos agarrados de la mano. Cuando llegamos a dicho punto, Nick me pasó al otro lado como la vez anterior y después continuamos caminando.

-Ann, creo que aún no te he pedido perdón por lo que te dije antes- me dijo Nick mientras andábamos.

-No pasa nada.

-Ya pero quiero que entiendas por qué lo dije...

-Que no pasa nada, lo digo enserio Nick.

-Por favor Ann déjame terminar de hablar- replicó-. Lo dije porque no me parecía el lugar adecuado para...ya sabes...que perdieses la virginidad.

-¿No crees que debería ser yo quién decida dónde, cuándo, cómo...?

-Hombre, yo creo que está bien claro el cómo- dijo haciendo que los dos riésemos.

-Ya, pero ya sabes a lo que me refiero.

-Si y yo...lo siento.

Al oírle decir eso me paré en seco, haciendo que él me mirara con cara de preocupación. Yo le miré y vi tristeza en sus ojos. Sin pensarlo dos veces me tiré a sus brazos y le besé, con más pasión que ninguna otra vez y él me devolvió el beso. Cerré los ojos. Me rodeó con los brazos las espalda y yo le rodeé la nuca con los míos. Me hizo caminar hacia atrás sin separarnos hasta que mi espalda chocó contra algo duro (un árbol, imaginé). Siguió besándome, cada vez con más fuerza, hasta que se me escapó un gemido. Noté cómo sonreía contra mis labios. Seguimos besándonos. Bajó las manos por mi espalda. Se separó de mí para decirme con voz agitada:

-Y ahora, ¿te parece un buen lugar, momento...?

Volvió a besarme mientras sonreíamos el uno contra los labios del otro. Yo me dispuse a contestar con un comentario sarcástico..., pero de repente sonó un móvil, y me jodió el momento de cuento de hadas que estaba viviendo. Nos separamos y yo grité:

-¡¿De quién coño es ese puñetero móvil...!?

Y me di cuenta de que era el mío.

-Mierda- gruñí y lo cogí para lanzarlo por ahí o por lo menos para colgar la llamada, pero vi que la que llamaba era Isabel. Todavía con la voz agitada contesté:

-Hola Izzy. ¿Pasa algo?

-¡¿Cómo que hola Izzy?!¿Pero a ti que te pasa?- se puso a gritarme como sólo ella misma sabía hacer.

-Cálmate Isabel y dime qué te pasa.

-¡¿Que qué me pasa?!- continuó gritando sin calmarse- Me pasa que son las nueve de la noche y mi mejor amiga y mi primo no aparecen por ningún lado, ni contestan al móvil, ni dan señales de vida.

Entonces vi que era realmente tarde y entendí el porqué del enfado de Isabel.

-Vale Izzy, estate tranquila, ya vamos para allá- dije yo intentando tranquilizarla aunque no lo conseguí ni desde lejos.

-¡Más os vale!- gritó y colgó.

Yo le conté a Nick rápidamente mi conversación con su prima y salimos prácticamente corriendo hacia la granja de los Collins.

***********

Cuando por fin llegamos a la casita de la granja, eran ya las diez menos cuarto porque nos perdimos como tres o cuatros veces intentando llegar hasta allí.

-Hola- le digimos Nick y yo al unísono a Peter.

-Hola. Oye chicos, quiero que quede clara una cosa- dijo Peter-. Aunque debería estar del lado de ni hermana, estoy del de vosotros dos, ya que Izzy a perdido un poco los estribos antes, cuando estabáis hablando por teléfono.

-Gracias Petey- le contesté yo dándole un abrazo. Siempre me llevé muy bien con él.

-Aunque he de advertiros que cuando entréis en la casa, Isabel os va a echar la bronca de vuestras vidas. Y tú, enana, no me vuelvas a llamar así.

-Vale.

Nos dirigimos los tres juntos hacia la casita de ensueño en la que nos esperaba la bruja malvada llamada Isabel. En cuanto atravesamos el umbral de la puerta, apareció mi amiga con los ojos en llamas.

-¡Ja!¡Y encima llegáis aquí como si no hubiera pasado nada!- gritó enfurecida, haciendo que el señor que pasaba en ese momento por el hall nos mirase raro.
Isabel salió disparada hacia el salón y nosotros la seguimos.

Después de aguantar a Izzy gritándonos durante media hora, dar explicaciones (Nick les dijo que cuando me alcanzó me estuvo enseñando todos los sitios del bosque que a él le gustaban, pero que a la hora de volver nos perdimos varias veces y no teníamos cobertura en el móvil para poder llamarles) y pedir disculpas, ya estábamos montándonos en el coche para ponernos en camino a casa de Nick.

-Y ahora, por favor, tengamos un viaje tranquilo y sin gente intentando cantar como Taylor Swift- dijo Nick al empezar el viaje.

-Era Demi Lovato, imbécil- gruñó Izzy, aunque todos sabíamos que ya se le había pasado el enfado; sobre todo porque Peter le había dejado ir de copiloto (haciéndole chantaje emocional).

*************

Para cuando llegamos a casa, ya eran las doce de la noche. No teníamos ganas de cenar, ya que estábamos agotados después de ese larguísimo día, así que nos despedimos y nos fuimos cada uno a nuestra habitación.

Allí yo me puse mi supercamiseta-pijama (una de las tantas que tenía) y entré en el cuarto de baño para desmaquillarme. Ya sé, ya sé. ¿Quién coño se maquilla para ir a una granja? Pues yo y sólo yo, quién sino. De todas formas, como nunca fui de maquillarme mucho, solo llevaba un poco de base, rímel y brillo de labios (el cual entre una cosa y otra ya había desaparecido de mis labios hacía bastante), no tarde mucho en retirármelo todo.

Cuando salí del cuarto de baño y me disponía ya a meterme en la cama, noté que algo se movía detrás de mí. Me giré y casi me doi contra Nick.

-¿Se puede saber qué coño haces? Me has asustado.

-Perdón. Venía a darte la buenas noches.

-¿Qué pasa, ahora soy tu hija o qué?
-No. Si lo fueras no podría hacer esto.

Se inclinó sobre mí y me besó. Me envolvió en sus fuertes brazos mientras yo le agarraba la cara para que no se separase. Me hizo caminar de nuevo hacia atrás. Me tiró encima de la cama y se inclinó sobre mí para volver a besarme. Seguimos así unos segundos hasta que se separó y me susurró al oído:

-Buenas noches pequeña.

Depositó un último beso en mis labios se levantó y salió de mi habitación cerrando la puerta detrás de él.

Y por una vez no le reproché que me llamara así.

Sensual Summer (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora