Capítulo 15

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Media hora después ahí seguía yo, en mi habitación, sentada en la cama, sola, en la oscuridad. Ya había parado de llorar, pero me sentía igual de mal o peor. Nick no había dado señales de vida desde que dejó de golpear la puerta para que le dejara entrar.

Cuando me decidí por fin a levantarme y por lo menos ponerme el pijama para meterme en la cama, una sombra se deslizó por delante de mí. Nick. Eso me pasaba por hablar. Mi instinto me hizo ponerme a la defensiva directamente. Me levanté de un salto y le planté cara

-¿Cómo cojones has entrado? ¿Para qué vienes si no te quiero ni ver?

-He entrado por la ventana. Sé escalar la pared de la casa desde pequeño. Y vengo a pedirte disculpas por lo de antes. No quería darte a entender que lo único que quería era acostarme contigo y que me importas una mierda. Lo que quería decir era que... yo... me gustas... y nunca antes me había gustado nadie... y pensé que yo te importaba a ti una mierda...

Entonces pasó lo que yo no quería que pasara: sentí pena por él.

-A mí si que me gustas y antes lo que intentaba decirte es que yo para nada creo en los príncipes azules y que lo que quería decir era que jamás pensé que un chico como tú quisiera estar con alguien como yo. Eso era todo.

Nos quedamos mirándonos un rato hasta que al final Nick me abrazó y yo le devolví el gesto.

-Nunca cambies Ann, nunca cambies. Eres perfecta tal y como eres.

Seguimos abrazándonos unos minutos.

-No set si es buen momento, pero te tengo que decir una cosa Ann- dijo Nick separándose.

-Ay madre, ¿qué pasa ahora?

-Nada malo. Es simplemente que te sienta muy bien ese sujetador.

Y, finalmente, ahí estaba de nuevo esa mirada de lujuria. Mierda, era encantadora.

-Yo... ehh...

-Estamos a oscuras y aún así sé que te estás sonrojando.

Esta vez nos reímos juntos, dejando en el pasado lo que era del pasado. Y, por una vez, fui yo la que se inclinó y le besó a él. Nick en seguida me devolvió el beso. Tenía la misma intensidad que los de antes, solo que esta vez también expresaban amor.

-Sólo te tocaré si tú quieres- dijo Nick por segunda vez separándose de mí.

-Sí.

-¿Sí qué?
-Que sí que quiero.

-¿El qué?

-Nick...

-Dilo.

-Pero Nick...

-Necesito que lo digas.

-Sí que quiero que... esto... que me... que me toques.

Cerré los ojos esperando una risa que nunca llegó. En su lugar, lo único que sentí fue un agradable beso. Primero despacio y después, poco a poco, más ardiente. Aún íbamos los dos sin camiseta (yo me la acababa de quitar cuando entró él), así que posé mis manos en su torso desnudo y él las posó en mí espalda. Poco a poco nos fuimos moviendo hacia la cama. Nick hizo que tumbara recordándome la vez que hizo lo mismo y después se marchó. Le miré y él me miró y me tranquilicé ya que no se veía que tuviese intenciones de marcharse.

Seguimos besándonos, él encima de mí, pero apoyado en los codos para no cargarme con su peso. Recorrí con las manos su perfecta espalda. Él deslizó sus manos hasta la cinturilla de mi pantalón y apartándose un poco pero sin dejar de besarme, me los quitó y los tiró al suelo de la habitación.

Sensual Summer (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora