Hacia el lugar

Capítulo VI Un sitio enternecedor

Un aire frío de madrugada azotó los oídos de Sastian, provocando que despertara.

-Aaaaah -exclamó sin aliento y cansado.

Frotó sus ojos luego de un profundo bostezo. Pareciera que no había descansado en bastante tiempo. Alzó la vista para encontrarse con los brillos apenas visibles del comienzo de un nuevo día.

-Ishna, ¿Qué tal todo ahí abajo? -Sastian bajó un momento la mirada para fijarse en su compañera voladora ella dio un fuerte gruñido avisando que estaba perfectamente bien.

Pocos segundos después, se escuchó abordo de Ishna un sonido muy peculiar, el rompimiento de algo, Sastian posó rápido su vista y vio que se trataba del huevo que Ishna tanto buscaba y era el regalo de cumpleaños para él. El huevo tambaleaba de un sitio a otro, parecía una maraca, pero se trataba de singular ser  ansioso por salir al mundo exterior.

Ishna notaba la vibración en la parte superior de su espalda, no podía ocultar tanta felicidad que tenía en su interior. Haciendo que tambaleara y volara desequilibrada.

-Ishna, tal parece que tu nuevo hermano ya quiere romper el cascarón -una risa confortable salió de Sastian.

Ishna agitó cada vez más y más rápido sus alas, no podía parar, parecía una abeja enloquecida por el polen de una perfumada y delicada flor.

El huevo al dar un pequeño salto más, por fin se rompió, de él salió una criatura de piel rosada, con apenas un diminuto hocico negro y unos grandes ojos como los de su hermana. Lo primero que hizo el singular recién nacido; fue dar un corto rugido en señal de que podía respirar perfectamente.

Ishna al escucharlo dio muchas volteretas y un extraño humo azul brotó de ella, una poderosa luz los alumbró e Ishna reapareció... En forma humana.

-Mi pequeño hermano, Agane, que emoción siento, mi...- Sastian la interrumpió rápidamente.

-¡Ishna!, ¿que sucedió? -la cara de Sastian perdió su color normal a un pálido decolorado-, ¿por qué estamos cayendo? -gritó más fuerte que el viento violento en sus cuerpos, Ishna lo miró nerviosa y le contestó.

-No tengo idea, yo creo que tal vez el efecto de la pócima se acabó.

Con esas palabras Sastian se encontraba un manojo de nervios, miraba a todas direcciones y trataba de encontrar alguna solución. Bajaban sin nada que los detuviera, pasando las suaves nubes que sobrevolaban hace un par de minutos, se encontraron ahora con la superficie verde de la tierra, Sastian podía decir a ciencia cierta que esas hormigas que podía ver a sus pies; eran nada más y nada menos que personas caminando.

-Esto es malo -anunció preocupada Ishna cargando a su hermano dragón.

-Espera -una idea se creó en la mente de Sastian, al ver un gran lago a su izquierda-, Eso es, Ishna sólo tenemos que movernos hacia ese lago -ella levantó una ceja en señal que no entendía-. Sé que suena algo raro, y sé que no podemos movernos muy deprisa en el aire; pero si siquiera hacemos el esfuerzo llegaremos ahí.

Ishna acentuó con la cabeza y se aseguró de agarrar fuerte a su hermano, se acercó poco a poco a Sastian y él le tendió la mano.

-Vamos debemos llegar antes de caer al suelo -precavió Sastian con una mirada de temor en sus pupilas.

Ambos se tomaron de la mano, y trataron de agitarse más en dirección a aquél lago, cada vez más movían sus extremidades, como si intentaran nadar por los aires.

Sus cuerpos caían del inmenso cielo, como si se tratasen de meteoros apuntó de colapsar con la tierra; su tiempo cada vez se hacía corto, era ahora o nunca; tenían que llegar a ese lago a toda costa.