Capítulo X Banquete intranquilo

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Descansaron en un enorme dormitorio, lleno de habitaciones movibles, y pasillos alumbrados por velas. Ese sitio se llama "El Descanso de Oslow", los ojos de Sastian se cerraban conforme daba pasos.

El singular grupo llegó bastante cansado y con mucho de que pensar, sobre aquel presagio que anunció Bastor. Al parecer la almohada sería la única que escuchara aquellos mares del pensamiento en sus mentes, hasta la luz del nuevo día.

-Ishna –hablaba en voz baja.

-¿Qué pasa Sastian? –contestaba algo cansada.

-Cuéntame cómo es tu hogar.

Un sentimiento nostálgico abordó la mente de la semidragona.

-Es un sitio muy cálido –comenzaba a relatar-. Un cielo anaranjado y brillante te invitaba a volar y perderte en las nubes.

Mientras ella le contaba Sastian imaginaba como seria ese páramo mágico lleno de dragones. Ishna notó se atención a su relato, algo que le hizo muy contenta. Ya que era un sitio especial para ella, las tierras donde ella creció.

-Recuerdo un sitio perfecto donde escuchabas un canto divino en un gran lago ardiente.

-¿Canto? –la miró desconcertado y con ganas de saber más.

Ishna escapó una pequeña risa.

-Mi madre posee una melodiosa voz –reía con gran sentimiento.

Miraba a su pequeño hermano en una almohada apenas medible para la cabeza de una criatura del bosque, probablemente un duende.

-Mi madre –dijo de repente-. Debe saber que Agane ya ha roto el cascaron –se oía muy emocionada.

-Y ¿por qué no has vuelto a casa? –parecía como si no tuviera peso alguno que le impidiera formular una pregunta.

-No es tan sencillo –agitaba la cabeza en negación-. Mi hogar está muy lejos de aquí, me tomaría más de una semana en ir allá.

Sastian en cuento escuchó eso se acordó del gran favor que Ishna le había hecho.

-Lo siento –su cara estaba algo apenada.

-¿Ah?, ¿por qué te disculpas? –se escuchaba confundida.

-Bueno, de no haber sido por mí hubieras vuelto a tu casa –observó al pequeño dragón dormilón-. Junto a tu hermano –lamentaba sutilmente.

Ishna no dejaba de sonreír, tal parece que le ha dado gusto lo que le había dicho.

-No debes preocuparte por eso Sastian –trataba de tranquilizarlo leventemente-. Fue un gusto llevarte a... –brotaron muchos recuerdos de su visita a la aldea de Sastian-. Sas... -el chico la interrumpió de la nada.

-No puedo creer lo de ese tal presagio –Ishna se fijó claramente en sus ojos.

El tiempo se hizo eterno, Ishna meditaba lo que realmente preguntaba Sastian, ¿Será que no entendía? , o ¿realmente no tenía miedo de lo que podría avecinarse?

Algo era cierto, Bastor jamás había sido erróneo en sus visiones, la preocupación y la desesperación preocupaba incluso a un rey tan adorado por su pueblo. La oscuridad volvería, y eso era un hecho pero ¿Cuándo? o ¿Cómo?, nadie podría saberlo, una batalla podría llegar en cualquier momento, y tendrían que estar preparados cuanto antes.

-Mezdero aún me debe la historia del reino de Folux.

-¿De verdad quieres continuar con la historia? –se impresionaba el grado de curiosidad que presentaba Sastian.

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