Capítulo VII La prueba del horoloqui

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Todos miraron al extraño sujeto, él se adentró paso a paso hasta ellos.

-¿Podría acompañarlos en su viaje a Folux? -sus ojos sin brillo se fijaron directamente en Sastian.

-Por supuest... -Ishna le interrumpió.

-Sastian, no debes tomar decisiones a la ligera -una mueca de desagrado se notó en ella, rápidamente posó sus ojos en la persona taciturna-. Perdone mi sospecha pero... ¿Quién eres tú?

-Descuida -se irguió ante ella-. Mi nombre es Arthur Nederi -inclinó un poco la cabeza-. Sé que podría parecer algún delincuente- su voz que no era muy suave retumbo en todo el lugar-, pero, realmente no lo soy en absoluto. Necesito dirigirme al Reino de Folux.

Sastian sonrió ilusionado haciendo su sonrisa de oreja a oreja.

-Ya lo escuchase Ishna -soltó un risa amistosa-, de seguro tienes algo por hacer allí, ¿cierto?

-Así es -dijo sin ánimo alguno -, más que nada se trata de algo personal.

Ana admiraba la escena sin decir una palabra, concentrándose en la situación que contemplaba después de cierto cerdo que destrozó su negocio y parte de su hogar, de momentos limpiaba su lindo mandil, percatándose de que estaba algo sucio.

-Entonces está decidido, ¿no? -proclamó contento-. Arthur, con gusto te llevaremos a Folux -puntualizó Sastian.

Para Sastian era algo curioso tener amigos, estaba realmente sólo de no ser por su familia, aquella aldea hostil y fría, no era un lugar en el cual un amigo podría conocerte en cualquier parte del día.

Arthur se arrodilló noblemente frente al par aventurero de Sastian e Ishna.

-Les estoy muy agradecido -casi podía apreciarse una luz en sus oscuros y vacíos ojos negros.

Él y Sastian estrecharon sus manos en señal de amistad, su siguiente parada sería Folux.

Ahora un trío algo extraño y peculiar se había formado, salieron de "La Cuna del búho" para continuar yendo hacia el tan aclamado reino.

-¿Ya deben irse? -Ana algo angustiada les preguntó.

Sastian dio media vuelta y le sonrió amigablemente

-Sí debemos marcharnos, pero descuida volveremos a encontrarnos -finalizó Sastian.

-Fue agradable conocerlos joven Sastian e Ishna -exclamó animada y con cariño.

Arthur se encogió de hombros al escucharla, aunque él podría estar acostumbrado a que la gente no le tomara en cuenta o inclusive le temiera sin razón en aparente. Pasaron un par de minutos y las siluetas de ellos desaparecieron.

Se encontraban al este de las afueras de Kindum, Sastian aún de lejos podía ver perfectamente al hermoso y nostálgico árbol del centro de ese pueblo.

-Y bien, ¿por dónde es el camino? -preguntó despistado Sastian.

Ishna lo observó con un mal humor.

-Cómo es posible que lleves a alguien a un lugar, sin siquiera saber por cual camino ir.

-Bueno. Creó que sólo lo hago -rió infantilmente -Pero creo que tú sabes el camino -la miró tiernamente-. ¿Verdad Ishna?

Ishna asintió, sin darse cuenta se encontraban justo frente a un campo lleno de flores, hasta hadas podían verse bailar en las copas de los árboles color rojizo.

-Es precioso -comentó emocionado al descubrir que lugar tan bello estaba vislumbrando enfrente de él. Y pensar que se había perdido de todo eso, las nubes eran delicadas y únicas en su belleza; pero caminar por esas tierras mágicas no era para nada comparable, se relajaba sintiendo una sensación indescriptible.

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