Capítulo 3: El encuentro.

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EL ENCUENTRO.


Esa noche me quedé pensando en lo que había dicho Scott, ¿Cómo era posible que algo... ó alguien cayera del cielo?
Al principio cuando me lo dijo en la escuela no le tomé importancia, pero ahora que varios chicos aseguraban haberlo visto también, cambió mi perspectiva...
—Hay por Dios, quizá sólo fue un pájaro o algo —me dije en silencio.
Me puse los auriculares, seleccioné música de mis bandas favoritas y me dormí.

El sábado Scott salió con una de sus amigas, y yo me quedé en casa leyendo todo el día.

El domingo el frío aumentó, realmente estaba helando me gustaban esos días y me pareció buena idea ver películas comiendo roles de canela y tomando chocolate caliente. Scott vino a casa después de llamarlo.
En la noche cuándo regresó a su casa le pregunté:
—¿Mark encontró algo la otra noche en el campo?
—¿Ahora si me crees?
—Digamos que es un poco confuso, pero si varios chicos lo vieron...
—Pues si, pero no encontraron nada. Es extraño, era demasiado grande para un pájaro, y bueno si es una persona no hubiera sobrevivido a la caída, eso era lo que trataban de explicarse ahí tendrían que estar los medios de comunicación, una ambulancia o la policía pero no, nada. Tal vez es un marciano o algo. Porque de que vi algo lo vi.
—¿Marciano? Uh, creo que necesitas dormir, si es extraño pero mejor hay que dejarlo pasar.
—No lo sé, supongo que si. Pero no creo que se me olvide fácilmente.
—Se te olvidarán fácilmente con el examen del miércoles.
—Ni me lo recuerdes. Paso por ti mañana. Descansa.
—Igual tú.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Detesto los lunes en la escuela.

Ese día llegamos caminando como siempre, sólo unos cuantos alumnos llevaban auto y ya los conocíamos pero ese día en el aparcamiento había un auto que nunca habíamos visto y valla auto era un Mustang rojo 2015, y bueno no creo que algún chico de la escuela hubiera cambiado o vendido su auto que no pasaban de Ford del año 2000 o Toyota de 1999 por esa maravilla.
Pero lo comprobé al ver a su conductor, recargado en la parte trasera del vehículo con un cigarro en la mano... Oh señor estoy soñando... Medía algo así como 2 metros de estatura... vale tal vez estaba exagerando, pero era muchísimo más alto que Scott y yo. Cabello castaño clarísimo ondulado, unos ojos tan azules que parecían desnudar tu alma si te mirarán. Y el cuerpo, uff, cuerpazo, siempre había dicho que Scott estaba muy bien, pero el era alucinante. Espalda ancha, brazos musculosos que se marcaban a través de la cazadora de cuero café, traía una camisa blanca y su abdomen se marcaba también y que piernas y que... que...
—Valla, valla quien lo diría... Observando al nuevo.
—¿Qué? —Scott me sacó de mi alucine—. No, yo... Estaba... Viendo el... El auto.
—Claro, si.
—¡Que! Dime que no te gustaría tener uno así.
—Si, por supuesto pero a ti te gustaría tener uno como él —dijo señalando al chico—, y no me refiero al carro.
En ese momento el chico guapo volteó hacia nosotros y rápidamente le di un manotazo a Scott para que bajara la mano y señale hacia el otro lado, rogando que se volteara y no le diera importancia. Gire un poco la cabeza para ver si ya no miraba hacia nosotros y sorpresa; me estaba viendo a mi y una sonrisa de burla se asomó en su rostro. Lo mire con el ceño fruncido y gire mi cabeza con gesto malhumorado y arrastre a Scott conmigo hacia adentro de el edificio que me quedaba más cerca. Sin antes voltear una última vez y encontrarme con su mirada de nuevo.
—Te estaba viendo.
—Cállate Scott, a leguas se ve que es un presumido, hijo de papi.
—¡De los que te gustan! —gritó Scott riéndose ruidosamente.
Le di un codazo y eso lo hizo reír aún más.

No vi al chico guapo en las clases, tal vez iba en otro salón o edificio. Después de la última clase, pasamos rápidamente a Trollis por unas donas glaseadas y nos dirigimos como siempre a casa.
Cuando escuche el motor de un auto acercarse demasiado rápido, volteé la cabeza suficientemente a tiempo para hacerme a la orilla y evitar que se llevará mi brazo y pierna izquierdos.
El Mustang rojo se detuvo y yo no respiraba. Pero sintiéndome enfadada también repliqué:
—¿Qué te pa...
—¿Necesitan transporte? ¿Que los lleve a algún lado?
Su voz... ¡Oh, mierda Neey olvida eso!
—Casi me atropellas. ¿Tienes una visión buena? La calle mide alrededor de 8 metros, lo suficientemente ancha para que no intentes de subirte arriba de mi.
Él me miro con una media sonrisa.
—Valla creo que esta conversación tomó otro rumbo —agregó Scott riendo.
—No, yo... no quise decir eso. ¡Cállate Scott!
—Scott —dijo el chico guapo—. Ya que tu amiga está de mal humor, ¿quieres que te lleve? Estoy probando el motor. Y tengo algunas amigas que tal vez te interesaría conocer.
—Uh, no se si sea buena idea. ¿Que dices tú Neey?
—Ni loca me subo—dije mirando al frente y escuche la risa del chico guapo desconocido aún.
—Creo que mejor otro día... 
—Vamos Scott, estoy seguro que tu amiga puede valerse por sí misma, además conocí a algunas chicas de la escuela e irán a mi casa en un rato, haremos carreras de autos, tengo otros modelitos. Reí por dentro, Scott jamás se atrevería a irse y dejarme sola. Scott lo miro y sin mirarme mientras subía al carro dijo: 
—Lo siento nena, pero eso no me lo pierdo. ¿Estas segura que no vienes? 
Mire a ambos con cara de sorpresa.
—No, y diviértanse mucho, aunque no te olvides que es un desconocido Scott.
—Hey, soy nuevo en la escuela. Y me estabas observando hoy en la entrada, creo que ya no soy un desconocido.
—Jaja, claro si, observándote.
—Si, y si nos disculpas nos tenemos que ir, cielo.
Y sin más arrancó el auto haciendo chirriar los neumáticos y saliendo disparado hacia el frente levantando una nube de polvo que me hizo toser.

"Between the fire and the wind."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora