Capítulo 6: El trato.

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EL TRATO.


Aquel día no pude concentrarme.
Me mandaron a detención en la primer clase.

En la hora de salida, antes de que el timbre sonara, me encaminé a la puerta. Los profesores que se encargaban de detención siempre salían 10 ó 15 minutos antes. Y nos pedían que nos quedáramos hasta que sonara el timbre.
Pero casi nadie lo hacía, y ese día no sería yo la excepción... No quería ver a Marlon.
Así que salí, y me fuí caminando a casa. Necesitaba pensar en lo que había pasado con él. ¡¿Qué demonios había sido aquello?!

—Valla, ¿tan tarde es?
Preguntó mi madre al verme llegar, siempre llegaba unos 30 minutos después de la hora de salida, aveces Scott se quedaba a platicar con amigas o amigos, sin mencionar el tiempo que hacíamos caminando y bromeando hasta nuestras casas.
—Em, no... Sólo nos dejaron salir un poco más temprano. La maestra tenía que ir al médico —mentí.
En ese momento se escucho una vez más la puerta. Mi padre.
—¿Se han puesto de acuerdo ustedes dos, cierto? —dijo mi madre entrecerrando los ojos.
Mi padre nos miró a los dos y yo reí.
Lo habían dejado salir temprano del trabajo y regresaría más tarde a la oficina.
Esa tarde comimos los tres juntos.

Más tarde sobre las 5 de la tarde mire mi móvil, Scott no me había buscado, lo cual me resultó extraño.
Salí de mi casa y me dirigí a su porche.
Llamé a la puerta, y levante la mirada a su ventana por donde siempre se asomaba.
Pero no salió.
En cambio su madre abrió la puerta enseguida.
—Neey, hija. ¡Que alegría verte!
—Hola señora Milles, ¿Qué tal le va?
—Muy bien linda, ¿Y tú, tus padres?
—Bien, gracias.
—Me alegro -sonrió calidamente.
La madre de Scott era muy bonita, se parecía mucho a su hijo. El padre de Scott, el señor Milles también era muy bien parecido, por eso mi amigo era tan simpático.

—¿Buscas a Scott, cierto?
—Uh si, tuve que salir temprano de la escuela, me sentía indispuesta y no lo eh visto...   —mentí de nuevo —.  ¿Él esta aquí?
—Oh hija, ¿Ya te sientes mejor? —preguntó con gesto preocupado.
—Si, si gracias —sonreí tranquilizadoramente.
Sonrió de vuelta.
—Eso esta bien, pero no, no esta aquí. Me ha llamado y dijo que iría con su nuevo amigo... ¿Como se llama? —pensó—.   Michael, Morgan...
—Marlon —espeté.
¿Scott se había ido con él y ni siquiera me llamó?
—Si, él. Que nombre extraño.
—Si.
—Mencionó que te dijera que lo sentía. Yo llamaría a tu casa para decírtelo. No te vio en la salida y dijo que era importante. Él te llamará más tarde. Espero que no te pongas celosa —Me guiño un ojo.
Sonreí para tapar mi expresión sería—.  No, no se preocupe tal vez se le pasó decirme ó fue de última hora. Debo irme.
—Cuídate, saludos a tus padres.
—Gracias.
¿Porqué no me llamó para decírmelo?

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

¡Mi móvil, donde lo dejé!

Salte de la cama cuando escuche el tono de llamada débilmente.
Lo encontré en el pantalón, en el cesto de ropa sucia que me acababa de quitar.
—Bueno —dije con un bostezo.
—Neey, mi madre me dijo que has venido a buscarme.
—Claro, no te vi en todo el día. Y aparte nisiquiera me dijiste que ibas con... Él.
—Vamos nena, tuve batería apenas para llamarle a mamá y avisarle. Por eso te llamo ahora. Aparte le dijiste que te sentías mal... Muy mal en detención, ¿Cierto? —se mofó.
—Cállate tonto, vete con tu amigo ese que tan mal me cae. Y déjame dormir, son las... —me quité el celular del oído y mire la hora. ¡Que! ¿Broma, cierto?—, ¡Dime que no son las 2 de la mañana!
—Em... Bueno...
—Déjame dormir.
—Espera, ¿No te interesa saber a donde fui con Marlon?
—No.
—Bueno, te lo diré de todos modos —puse los ojos en blanco—.   Fuí con Marlon a ver los autos que tiene, ¡Woow! Es el paraíso. Aparte del Mustang tiene un Mercedes, un BMW, un Charger, un Barracuda, un Audi, ¡Un audi!
Me tape la boca con una mano para que no escuchara mi risita, sentía su emoción al otro lado del teléfono. No me sorprendería que estuviera saltando en su cama, pero tenía que seguir firmemente con mi papel de amiga-pesada-enojada.
—¿Y?
—¿Y? ¿Es todo lo que dices? Voy a comprarle uno de sus carros. Él me dijo que no ocupa todos ésos y es mejor que me quedé con alguno y le de un mejor uso que estar ahí encerrado.
¿Qué? ¿Qué está diciendo?
—¿Te va a vender un auto suyo?
—Si. ¡A un precio bajísimo!
—¿Tus padres saben?
—Claro, pero quieren que espere hasta que tenga una buena cantidad de dinero para darle un adelanto.
—Y, según tu: ¿Porqué te va a dar barato el carro que elijas? Todos son un lujazo.
—Uh, bueno. Ese es un trato que hicimos y tienes que ayudarme... No explotes aún no le confirmo nada, ¿Bien? —suspiro.
¡Saaaanto Dios! ¿Qué me iba a decir?
—¡Dímelo de una vez!
—¡Bien! Me dejaría barato el auto... Si tú... Si tú... Aceptas que el te lleve y traiga de la escuela.

¡¿QUÉ?!

"Between the fire and the wind."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora