Capítulo 28

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  NARRA NICOLÁS:

Esta es mi rutina diaria, me levanto a las 7:30 de la mañana para ir al trabajo, ¿Quién diría que todo sería sí? La rubia me está volviendo un loco, hace una semana me entré que puedo sentirla, y de suerte no la he tocado. He podido resistirme a la tentación, soy más fuerte de lo que pienso, ella ha intentado seducirme. Me he dado cuenta, pero en mi mente solo existe mi esposa, es la única a la que puedo desear. Sería incorrecto serle infiel, hago lo mejor que puedo para serle fiel hasta con el pensamiento, y hasta ahora lo he logrado...

Me siento al borde de la cama al lado donde está mi bella durmiente, hemos avanzado en algo y es que no ha tenido pesadillas. Desde que hicimos el amor y le aseguré que la sigo amando, algo en su interior parase calmarse. La veo detalladamente, sus pestañas son largas, sus labios rosados y delineados, sus nariz es perfecta, y unos cuantos mechones de cabello descansan en su mejilla. Tengo tanta suerte no puedo echarlo a perder.

Besé su frente y salí de la casa directo al trabajo. Tengo tantas ganas de despedir a la rubia, alejarla de mí, pero a muchos les gusta ella, hago como tres pinturas de ella al día, se venden muy bien, el dinero no me importa, pero a Miller, mi jefe, sí que le importa. Al entrar al edificio, me sentí tan frustrado de estar allí, me gustaría estar en casa con mi esposa. En mi oficina estaba Mark, y por supuesto la Rubia. Ella estaba vestida prácticamente desnuda, solo una tela muy transparente cubría su cuerpo

Me senté en la silla frente a la rubia y el lienzo blanco para poder empezar mi pintura, le di las indicaciones a Mark para que le diga a ella como ponerse. Un brazo sobre su pecho para cubrir sus pechos y el otro que lo coloque detrás de su cabeza, y así lo hizo. Tengo que terminar esto rápido para regresar a casa, tal vez podría hacer una fogata en la playa que está detrás de la casa, algo muy íntimo y romántico. Eso sería perfecto

Tres hora después la pintura estaba lista, ahora podré estar con mi esposa. Guardo las cosas con las que pinté y lavé mis manos

-- Señor... -dijo la rubia, no le presté atención- Señor... -repitió, ¿Dónde está Mark cuando lo necesitas?

-- ¿Qué quieres...? –Le dije seco sin voltear a verla

-- Delia, mi nombre es Delia –Indicó

--- no me importa...

-- Señor –dijo nuevamente

-- ¿Qué mierda quieres? –solté molesto y la miré

¡MIERDA! ¡ESTÁ DESNUDA! Contrólate, Nicolás... solo es un cuerpo desnudo, recuerda que tienes que ser fiel, no puedes ni siquiera desearla, arruinaría todo. Maldita sea, prácticamente llevo 3 meses sin sentir que es el sexo, he tenido pero no lo he sentido. ¡Ni lo pienses! ¡ni se te ocurra cometer una locura! Ella se acerca a mí, al sentirla tan cerca quería alejarme, pero lo único que hice es sentarme en mi silla, mierda... tengo que irme antes que quiera follarla. La rubia se sienta en mis piernas, una a cada lado de mis muslos

-- aléjate de mí, rubia –le dije con la voz temblorosa- me dejas frío, te quiero lejos.

-- eso no es lo que me dice tu miembro –susurró en mi oído

Maldita sea, tengo una erección, ¡No puedo! Me odio por ser un idiota tan enorme. Mi esposa no me haría esto, ella solo me ama y desea a mí, más que yo, soy una mierda. Una rubia de piernas largas me ha causado una erección. Siento que empieza a pasar su lengua por mi cuello y luego por mi mandíbula, <<¡Mierda!>> Frota su trasero por encima de mi miembro y mis bolas explotarán si no la follo ahora. Tengo que resistir... Con las fuerzas que me quedan la empujo de encima de mí hasta el suelo, me levanto bruscamente y salgo de la oficina dando un portazo

Tengo que despedirla antes que la folle sobre mi escritorio. La rubia quiere sexo conmigo, pero yo no puedo y no quiero. Mi esposa me espera en casa y es a la única que amo, no puedo serle infiel. Arruinaría más las cosas, debería tomarme unas vacaciones del trabajo, de ese modo podría alejarme de la rubia, y olvidar que puedo sentirla. Lo más importante serle fiel a mi esposa

Al llegar a casa, encontré a mi ángel durmiendo en el sofá, dejo el maletín sobre el suelo y me siento a su lado. ¿Cómo es que pude estar por casi follar a esa rubia cuando tengo a la mejor mujer del mundo esperándome en casa? Tengo que alejarme y concentrarme en amar y serle fiel a mi único ángel

-- Ángel... –le susurré acariciando su cabello 

-- ¿Nicolás? –Dijo adormilada- ¿Qué haces aquí?

-- he terminado rápido para poder estar contigo –le sonreí- pensé que podríamos dar un paseo en la playa, comer algo... tú decides mi amor

-- siempre he querido montar caballos, y ahora que vivimos aquí creo que sería la oportunidad perfecta

-- le diré a Mark que se encargue de eso, y mañana mismo lo haremos –Besé su frente- ¿Y que hacías dormida en el sofá pequeña?

-- estaba cansada, es todo –dijo sin tomarle importancia 

-- ¿No has dormido bien últimamente? –Pregunte, ella se tensa levemente- Dime, __________

-- Estoy cansada, Nicolás

Caminé a la cocina, tomé un pañuelo y un vaso con agua. Nuevamente fui donde esta ella. Tome su rostro y con el pañuelo froté debajo de sus parpados, tal y como lo sospeché estaba usando corrector de ojeras

-- Mírate, tienes ojeras y te vez tan cansada –gruñí- dime la verdad, ¿Has dormido bien?

-- Yo... de hecho, estoy despierta casi toda la noche, me da miedo dormir y tener pesadillas

-- creí que habíamos avanzado con eso, y ahora resulta que estamos igual o tal vez peor

-- no sabes nada –murmuró 

-- ¿Qué no se nada? –Reí irónico- intento ayudarte, pero nunca me dices de que se tratan tus pesadillas –mascullé

-- es porque no quiero preocuparte más de lo que ya estas –dijo a punto de llorar, se sienta en el sofá y esconde su rostro entre sus manos 

-- pequeña... -le dije suspirando- tu eres mi única preocupación, solo quiero que estés bien. Si no puedes dormir debes decirlo, y si tienes pesadillas yo haré lo posible para evitarlas

-- no quiero que te preocupes por mí

-- bebe un poco de agua, luego dormirás un rato –le dije, ella levanta la mirada y sus ojos están húmedos, tomé su mentón y la obligué a beber del vaso 

-- ¿Por qué eres tan perfecto? –Preguntó- eres tan bueno conmigo, aunque no me lo merezca

En ese momento sentí un nudo en el estómago, en mi oficina estaba a punto de follar a la rubia, no soy perfecto soy un imbécil, pero ella me considera perfecto y me hace sentir como una mierda culpable

-- yo solo sé que eres hermosa –le dije- Iremos a descasar a la orilla de la playa –dije tomándola en mis brazos y caminando hasta la playa que se encuentra detrás de la casa

Ella se reía levemente y me encanta su risa. Es lo único que me hace relajarme, saber que ella está bien. Llagamos y todo está tal y justo como ordené, Lucas y Mark trabajan rápido, las almohadas y sabanas están a la orilla de la arena, frente a la playa.

-- estás loco –dijo cuándo la recosté sobre las sabanas- ya no tengo sueño

-- pues te tiene que dar –dije recostándome a su lado, puse la cabeza de mi ángel sobre mi brazo y la abrace por la cintura- Duerme, mi amor –le susurré 

Acariciaba su cabello mientras le susurraba cosas dulces, tardó como veinte minutos en dormirse pero lo iso, realmente está agotada, también lo estoy yo. Pero ahora tengo tantas preocupaciones encima que no puedo descansar

NARRA __________:

Las pesadillas cada vez son más tenebrosas, he llegado a un punto donde me aterra dormir, cada vez que tengo pesadillas el dolor de ellas es tan real, es como si de verdad lo experimentara, en estos últimos tres meses Nicolás ha intentado consolarme cada noche, casi siempre me despierta y me dice que no es real, entre veces en medio de las pesadillas escucho su voz, diciéndome que todo está bien, que estoy a salvo. No sé qué haría sin Nicolás

No existe alguien tan tierno como el, este detalle de descansar a la orilla de la playa fue una buena idea, soy tan afortunada de tener a un esposo que se preocupe por mi bienestar. Descanso mi cabeza en el brazo de Nicolás, el sonido era tranquilizante, la voz de Nicolás y el sonido de las olas me iso quedar dormida.

(...)

Al abrir los ojos el cielo ya había oscurecido, seguíamos en la playa, volteé a ver a Nicolás y estaba comiendo uvas de un tazón con la vista perdida al océano. ¿Ha estado aquí sin moverse? ¿Todo este tiempo se quedó a mi lado?

-- Nicolás... -murmuré intentando llamar su atención 

-- veo que has despertado –Volteó a ver y sonrió- ¿Cómo dormiste?

-- muy bien... hace tiempo que no dormía tan plácidamente

-- ¿Tienes hambre? Tengo en esta canasta Sándwiches de queso fundido

-- suena delicioso –le dije tomando uno de ellos- ¿En qué momento preparaste todo esto?

-- no lo preparé yo. Lo hicieron Lucas y Mark

-- deberíamos entrar, tengo frío –dije frotando mis brazos 

-- mi pequeña tiene frío –rió- vamos adentro –dijo tomando mi mano y llevándome adentro

Preparé chocolate caliente, tenía mucho frío. Mientras servía el chocolate en una taza, vi que atrás de la ventana había un sobre, ¿Nuevamente una nota? ¿Debería leerla? Abrí la ventana y tome el sobre que estaba pegado a ella. Con las manos temblorosas desgarré el sobre y tome la carta entre mis manos

"Deberías dormir con los ojos abiertos, ahora que tu esposo duerme de noche es más que obvio que no te podrá proteger de mí.

PD: Si crees que tu matrimonio durará, estas muy equivocada y pronto correrás a mis brazos desolada"

La taza que tenía en mis manos se cae al suelo estallando en pedazos. ¿Quién quiere separarme de Nicolás? ¿Tan malo fue en el pasado para que quieran arruinar su presente? ¿Cuándo se detendrá esto? ¿O se pondrá aún peor? Pensar que quieren arruinar mi matrimonio me provoca deseos de llorar. Mis ojos se humedecieron pero no permití que las lágrimas resbalaran por mis mejillas

-- ¿Estás bien ángel? –Preguntó Nicolás entrando a la cocina- escuché un ruido

-- solo fue la taza, siempre sido algo torpe –dije escondiendo la carta detrás de mi espalda 

-- ¿Qué es lo que escondes? Quiero ver –ordenó tomando mi brazo, intenté alejarme pero me toma con más fuerza y quita la carta de mis manos bruscamente- ¿Qué es lo que escondes? –Bufó para luego empezar a leer la carta, poco a poco su ceño se fruncía más, su mandíbula estaba tensa y sus ojos reflejaban ira- ¡Y NO PENSABAS DECÍRMELO! ¡¿CIERTO?! –Explotó de la nada gritando muy fuerte- ¿Acaso no confías en mí? ¡Ya tengo muchas preocupaciones y ahora resulta que debo preocuparme porque mi esposa no confía en mí! –Dijo altanero y haciendo ademanes con las manos- ¡MATARÉ A ESE IMBÉCIL! ¡Tan solo me enteré quien es y lo mataré! ¡MIERDA! –Gritó y toma varios platos y los estrella contra la pared, también vasos y todo lo que tenía a su alcancé- ¿Por qué no confías en mí ________? ¡¿POR QUÉ MIERDA NO CONFÍAS EN MI?! 

-- Yo S-Solo... N-No quería... Causar P-Problemas, sé que estás cansado –Balbuceé, este es el Nicolás que todos temen y ahora tengo ante mí, tan solo muy pocas veces lo he visto, pero esta vez, es muy intimidante- Perdón, Nicolás... yo... -dije al borde de las lágrimas

-- Ven aquí –dijo entre dientes y tomando muy fuerte de mi brazo, me lleva arrastrando por las escaleras hasta llegar al cuarto, me sienta bruscamente y de golpe en la cama, para luego irse sin decir una sola palabra azotando la puerta 

Al ver que Nicolás se fue, pude empezar a llorar. ¿Por qué todo lo que hago parece estar mal? No le quería decir a Nicolás en ese preciso momento, pero se lo diría. Estaba tan asustada de verlo tan agresivo, pensé que me iba a golpear, como lo hiso hace años. Ahora entiendo porque encuentran a Nicolás tan intimidante.

Hace tan solo unos minutos estaba todo bien. El típico Nicolás tierno y bueno, pero de la nada cambia su forma de ser, a un Nicolás impulsivo y violento. Escondí mi rostro en la almohada, la carta tiene razón y Nicolás ni siquiera lo notó, nuestro matrimonio se está cayendo al suelo, eso solo me hace llorar más, no quiero perder a Nicolás. 

Me levanté de la cama y tomé una ducha de agua tibia, quiero dormir hasta que todo se arregle. Después de ducharme, me puse un pijama color lila y me envolví entre las sabanas para intentar dormir. La nota decía que debía dormir con los ojos abiertos, tengo miedo y más ahora que Nicolás está furioso. Pero quiero creer que nada me pasará

Como si fuera una niña de cinco años me escondí entre las sabanas, pasaron los minutos y Nicolás no regresaba, tengo miedo, solo quiero dormir para que el miedo desaparezca. Podía Escuhar mi corazón latir muy rápido y fuerte. Las cosas se pusieron peor cuando sentí la cama hundirse, alguien estaba sentado en la esquina, inmediatamente pensé que era Nicolás así que me quite las sabanas de encima

Todo estaba oscuro y solo podía ver una sombra, escuché un tipo de risa levemente macabra pero corta y silenciosa

-- ¿Nicolás? –Pregunté temblando

-- no linda –dijo esa misteriosa voz, obviamente no es la de Nicolás- vendrás conmigo ¿Entendido? Y no harás nada mas –dijo poniendo su mano en mi pierna

-- ¡Aléjate de mí! ¡No me toques! ¡Vete! –Le grité con miedo 

Unos fuertes pasos se escucharon subir las escaleras, abrieron de golpe la puerta y vi a Nicolás entrando a la habitación. Su rostro reflejaba preocupación

-- ¿________ estás bien? ¿Qué sucede? –Preguntó sentándose a mi lado y tomando mi rostro entre sus manos- ¿Otra pesadilla?

Miré al lugar donde se encontraba esa persona misteriosa pero ya había desaparecido

-- Sí... -dije en un hilo de voz

-- no temas, Lucas vigila afuera de la casa. William está dentro y yo estaré aquí. No hay nada que temer –Me aseguró, me limité a asentir y Nicolás besa mi frente

Camina hasta quedar frente a la ventana dándome la espalda. Sé lo que ví, no era una pesadilla, no era una alucinación. Era algo real y eso me está asechando, ahora siento ese miedo que no había experimentado en años. Después de largos minutos Nicolás se da la vuelta y camina a mí a pasos rápidos. Toma nuevamente mi rostro entre sus manos y me besa con fuerza

-- lo lamento... -masculló sobre mis labios- no quería gritarte de esa manera

-- ya no importa –le dije 

-- si importa, no puedo borrar tu expresión de mi mente. Estabas tan asustada por mi culpa, tu rostro reflejaba temor... como.... Como cuando te golpeé esa noche. Me siento horrible

-- sé que no serías capaz de herirme de nuevo -le dije, mi voz sonó segura pero algo dentro de mí dudaba profundamente 

-- Te amo y lo siento –dijo acariciando mi cabello y dedicándome una sonrisa arrepentida- no podré dormir esta noche contigo, pero estaré aquí protegiéndote

-- confío en ti

Necesitaba confiar en Nicolás, porque si no lo hacía el temor me comería viva. Debo decirle lo que vi, pero no ahora, eso complicaría más las cosas, además Nicolás está aquí y nada ni nadie podrá dañarme o eso espero.  

Asdfghjklñ les dejo otro capitulo :) 


Angel Of The Hell 1º & 2º Temporada- Nicolas Arrieta & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora