Caminaba por el bosque en silencio, mi cuerpo se movía lentamente, guiándome por los movimientos del aire, siguiendo los pasos de un ciervo. En cuanto se detuvo para comer algo de hierba, aproveché y coloqué mi arco en su posición exacta para poder lanzar una flecha a su pie y, así, retenerlo hasta que me alimentara con su sangre. No quería matarle, no podía, pero tampoco podía evitarlo. Lancé la flecha marcando un camino perfecto en el aire hasta el animal, pero esta se clavó en el suelo, fallando. Miré mi alrededor sorprendida, hasta que sonreí guardando el arco en mi espalda.
—Muy bonito —dije a la nada—, yo intentando cazar y tú robándome.
—No he podido evitarlo —reveló el joven saliendo de las sombras—, te he visto tan concentrada que.
—Que querías fastidiar —terminé por él.
—Que no he podido evitarlo —corrigió mostrando una sonrisa torcida.
—Eres estúpido, Dylan —pronuncié golpeándolo suavemente en el hombro.
—Pero soy tu estúpido —finalizó besándome.
Creo que para entender esta escena debemos retroceder un par de años, cuando Harry y yo nos besamos por segunda vez, en aquel bar perdido por el peor barrio de todos. Me encantaría contaros la perfecta historia de cómo el amor entre el chico que más quería y yo, se manifestaba en forma de perfección, creando así unos recuerdos tan bonitos como duraderos, pero esa no sería mi historia, por mucho que soñase con ella. Tal como decían, la vida no es fácil y eso hubiera sido demasiado bonito para ser real.
Harry no mentía cuando decía que tenía muchos enemigos, y aunque no tenía idea de en qué lío estaba metido, solo quería descubrirlo y ayudarlo. Sin embargo, en cuanto salimos de aquel bar, agarrados de la mano, no tardé en descubrir qué tipo de personas eran sus enemigos, de hecho, tardé tanto como el tiempo que estuvimos de la mano. Nada más salir del bar, una banda de hombres musculosos se nos echó encima, rompiendo nuestra conexión física y separándonos. Caí al suelo tras un puñetazo que me hizo sangrar por el labio, mientras uno de ellos me agarraba del jersey, cual llevaba puesto, y me levantaba, elevándome tan alto y fuerte que no tocaba el suelo.
—¡Soltarla! —pedía Harry intentando llegar a mí— ¡Ella no tiene nada que ver, dejarla ir!
—¡Vaya! —bramó un hombre delgado sacudiéndose las manos y fijando su mirada en el chico. Este tenía una ceja arqueada y su pelo estaba rapado, tendría veinte pocos años, y vestía con traje— Nuestro Harry a encontrado algo, o más bien, a alguien, por lo cual luchar y vivir —sonrió mirándome— Has llegado en el momento oportuno.
—¡James, déjala en paz! —siguió luchando para llegar hasta mí, pero los hombres lo tenían bien agarrado, seguramente hasta le hacían daño, pero él se negaba a sentirlo tenía otra preocupación en la cabeza— ¡Por favor!
—No te preocupes, no matamos a los nuestros —se acercó a mí, cuando el hombre que me tenía agarrada me soltó, haciéndome caer al suelo, de rodillas. James se agachó y me limpió la sangre que se había acumulado en mi labio— No debieron golpearte, perdónales, no saben tratar con señoritas —un murmullo de risas resonó por la escena— Te pareces mucho a tu madre —mi sonrisa mostrando desagrado, desapareció de mi rostro— Oh, sí, conocía a tu madre. Una joven hermosa, como tú.
—¿Quién eres? —me atreví a preguntar mirándole tan seria como pude— ¿Qué quieres?
—Soy un amigo —mintió levantándose y mirando a Harry— Y en cuanto a qué quiero, es fácil, quiero lo mismo que tú, quiero a tu novio, y me da igual el precio que tenga que pagar.
—¡Ya me tienes, ahora deja que se vaya!
—No es tan sencillo, querido —reveló acercándose a él— Cuando viniste a mí.
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Amor vampirico (SpV#3)
FanfictionAmor vampirico es la tercera y última temporada de la saga SECUESTRADA POR VAMPIROS. En esta parte narra cómo la protagonista se desenvuelve en un lio en el cual la persona que quiere esta metido. Por ello tendrá que buscar la manera de encontrarle...