Encuentros y Conversaciones

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Los tres no habían dicho más de tres palabras después de salir del consultorio del Doctor, estaban abrumados y simplemente las palabras no eran necesarias en ese momento, ver a esos pequeños seres que dentro de algunos meses nacerían los había dejado extasiados.

- Hemos llegado – anunció el taxista a sus pasajeros con una sonrisa, a lo que todos asintieron, Aome le pago al hombre y los tres bajaron del auto.

- Ahhhhhhh menos mal llegamos – dijo Inuyasha estirando sus brazos, para luego ponerlos tras su cabeza – por fin podré quitarme esta ropa extraña – Sesshomaru le dirigió una mirada reprobatoria a su hermano y sin decir palabra empezó a subir las escaleras del templo, seguido de cerca por Inuyasha.

Aome estaba por seguirlos cuando un ruido al otro lado de la calle llamo su atención, justo en frente del templo habían empezado la construcción de una casa, que por lo que se podía ver sería inmensa, su madre le había dicho que tendría muchos jardines, pero lo que más llamó su atención fue el anuncio que se encontraba en la construcción DAIKO CORP, "esa es la..." pensó.

- ¡Aome! – la llamó Inuyasha sacándola de sus pensamientos – es que te vas a quedar ahí todo el día o ¿que? – Sesshomaru la veía de reojo escaleras arriba.

- No, no, no jejejeje – negó Aome – solo me distraje, ya voy – dijo empezando a subir - ¡¡¡Ahhhhhhhh!!! – exclamó alarmada haciendo que ambos hermanos la observaran preocupados – ¡debo apurarme!

- Aome ¿qué demo... - Inuyasha no pudo continuar su pregunta ya que fue sobrepasado rápidamente por Aome, quien subía velozmente los escalones -¿co-como dia-diablos pu-pudo? – balbuceo Inuyasha viendo como Aome subía rápida y felizmente los escalones, Sesshomaru se encontraba igual de sorprendido ante el cambio de actitud, ambos la observaban perplejos.

- Vamos que esperan – los llamó Aome unos escalones arriba – mamá me prometió un delicioso helado de chocolate a mi regreso – agregó con estrellitas en los ojos de la emoción. Sesshomaru e Inuyasha casi se van de espalda cuando la escucharon decir eso.

- ¡AOME! – gritó Inuyasha exasperado

- Vamos Sesshomaru mamá también les dará a ustedes – dijo Aome con una sonrisa, Sesshomaru asintió con una media sonrisa y empezó a subir escaleras nuevamente.

- Realmente no lo logró entenderla – suspiró Inuayasha con muchas gotas sobre su cabeza – como es que puede correr así en su estado – agregó mientras veía que Aome se alejaba, luego la siguió

Aome terminó de subir las escaleras y se dirigió alegremente hacia su casa mientras canturreaba – helado, helado, helado, helado.... Escucho unos pasos en frente de ella junto con el ruido lejano de una conversación que venían de la dirección contraria a ella -"parece que aún hay visitantes en el templo, bueno todavía es temprano" – pensó sin darle mucha importancia sin detenerse acercándose más a su casa, los pasos y la conversación ahora más entendibles Aome se detuvo de golpe al reconocer aquellas voces:

- "Oh no, están aquí" - pensó Aome con pánico - "¿qué voy a hacer?" - los pasos estaban más cerca - "vamos Aome no te quedes aquí parada HAZ ALGO" – se reprendió mentalmente – Sesshomaru e Inuyasha, maldición me había olvidado de ellos – murmuró Aome dando la vuelta para buscarlos – "no puede dejar que los vean" – pensó pero justo en el momento que iba a correr a buscarlos, tres voces la llamaron.

-¡¡¡AOME!!!

-¡¡¡AHHHHHHH!!!

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Sesshomaru e Inuyasha caminaban uno detrás del otro tratando de ignorarse mutuamente, Aome había corrido hacia la casa y les llevaba algo de ventaja, pero ninguno de los dos había tratado de alcanzarla, no había nada de que preocuparse en esa época después de todo o ¿si? y mucho menos si estaba dentro del templo.

UN BEBÉ INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora