TERROR EN EL SENGOKU

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Las vacaciones habían llegado por lo cual los Higurashi decidieron permanecer en el Sengoku una temporada. Luego de las fiestas el gran grupo de amigos se volvió aun más unido: las hembras y mujeres ayudaban a cuidar a una muy grande Aome, tejían y cuidaban a los menores de las familias; los machos y varones trataban de elaborar un plan de contingencia "anti-yomi" (haciendo alusión al dios de los infiernos) para cuando las damas se enfadaban, para estar seguros de que las estrategias funcionaran utilizaban al conejillo de india... es decir a Inuyasha, cabe recalcar que aún les faltaba mucho; los niños por otro lado se divertían jugando cuando no estaban aprendiendo o entrenando con los mayores.

Además que durante aquellas festividades Sota había obtenido un buen material para chantajes.

El día era cálido, el sol brillaba, las aves cantaban, era un día pacifico

-¡¡¡¡¡LO VOY A CASTRAR EN CUANTO PUEDAAAA!!!!

....O bueno no tanto. Esa linda y hermosa mañana había sido la elegida por los pequeños no natos para venir al mundo, lamentablemente fue en un pésimo momento. Los hombres de la casa junto con algunas mujeres habían salido a dar cacería a Shesta dado que esta había vuelto a atacar sin embargo no esperarían una tercera. Durante la batalla Inuyasha terminó un poco lastimado por lo cual se quedó junto con las demás y los cachorros a cuidar de la embarazada.

Todo iba de maravilla hasta que, mientras daba un pequeño paseo por el jardín, a Aome le dio la primera contracción. Rápidamente fue llevada a una de las habitaciones para que esté cómoda. Inuyasha pretendía ir a buscar a Sesshomaru, sin embargo Toran lo obligó a quedarse alegando que ella era más rápida y él estaba herido.

Así que volviendo a cierta habitación...

-¡YA CALMATE MALDICIÓN! CUALQUIERA PENSARIA QUE TE ESTAN TORTURANDO

-¡¡ABAJO!! TE VOY A METER UNA PELOTA POR DONDE NO TE LLEGA LA LUZ A VER SI NO TE DUELE ¡MALDITO INSENSIBLE!

Inuyasha se arrastro hacia la puerta esquivando todo lo que la adolorida parturienta lanzaba teniendo en cuenta que algunas cosas no tenía idea de dónde demonios las sacaba, como por ejemplo un manga de Love Stage que acababa de estamparse contra su cabeza. Al salir se encontró con Sango la cual evitó que huyera.

-Se puede saber ¿a dónde vas?

-¿Cómo que a donde? Si me quedo ahí no la cuento y ¡aún no le he dado ni un cachorrito a Kikyo!

-Me doy cuenta que estás pasando demasiado tiempo con Miroku. Sé hombre y vuelve adentro, Aome necesita liberar tensiones y que mejor que con su pelota anti estrés viviente

-Khe! Estás loca. Yo ahí no vuelvo, esta aventando cosas por todo lado- exclamó Inuyasha mostrando el manga

-Ah! Ahí estaba! Lo estuve buscando por todo el palacio, pensé que Toran lo había escondido, ahora sí se lo podré prestar a la señora Irazue

-Ustedes están dementes- comentó Inuyasha mirando con terror a su compañera de batallas.

Luego de que los futuristas conocieran el pasado había sido turno de los del pasado para conocer el futuro, fue así como Sango y las demás conocieron algo que a algunas de ellas les fascinó y a los machos les traumó: el Yaoi. Aún le daba escalofríos cuando le explicaron con lujo de detalles lo que era.

Aprovechando que el hanyo se encontraba distraído la exterminadora de yokais lo empujó nuevamente dentro de la habitación y trabó la puerta antes de alejarse en búsqueda del resto de mujeres para terminar de arreglar las cosas necesarias para el alumbramiento.

UN BEBÉ INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora