Volviendo al Sengoku

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- RING RINGGGG

Ahome escucha el despertador y se levanta suavemente y lo apaga.

- Ahhhhh, hoy por fin volveré a ver a mis amigos después de tanto tiempo.

Al terminar de decir esto, se levanta se ducha y se viste rápidamente. Baja las escaleras y se encuentra con un adormilado Sota.

- Buenos días Sota.

- Buenos días hermana, hoy irás a visitar la era feudal no?

- Si esa es mi intención, hace tiempo que no veo a los muchachos, tengo muchas ganas de ir.

Caminaron juntos hacia la mesa para tomar sus desayunos.

-Buenos días, hijos. Como amanecieron?

- Estamos bien mamá- responde Sota.

-Ahome hija, prepare algo para que les lleves a tus amigos, hace tiempo que no los vez.

- Gracias mamá, por cierto donde está el abuelo?

- Esta en el templo, realizando un ritual de purificación.

- Mamá a veces pienso que el abuelo se pasa un poco con los rituales. "Más bien que sólo los hace para entretenerse".

- No sé hija, tú sabes lo terco que es. Aquí tienen- dice la madre mientras coloca delante de sus hijos sus desayunos- Buen provecho.

- Gracias por la comida -dicen Sota y Ahome.

Después de desayunar Ahome se despide de su madre y su hermano, toma su mochila que ya había arreglado la noche anterior y se dirige directamente al pozo. Al llegar a este, muchos recuerdos vienen a su cabeza.

Flashback.

- Muévete Ahome no tenemos todo el día- decía un muy enojado Inuyasha.

- Ya, no te aceleres Inuyasha ni que el pozo se fuera ir de su lugar.

- Como quieres que me calme, entra rápido, a veces te comportas como si tuvieras 5 años.

- ¿QUE DIJISTE?

- LO QUE OISTE.

- ABAJO

PLOM

Inuyasha se encuentra de cara con el piso.

- Eres una…

- Te lo merecías, ya deja de jugar y vámonos.

- Feh!, ahora yo soy el que juega.

Fin de flashback.

Ahome ríe ante el recuerdo: - Esos eran buenos tiempos- y sin decir nada más se lanza al pozo. Cuando sale de este se encuentra en medio de un inmenso bosque, donde no se escuchaba el sonido de autos ni de personas yendo rápidamente a sus trabajos, era todo lo contrario, en su lugar se escuchaba el sonido del aire y los cantos de los pájaros. Ahome aspiro, llenando sus pulmones de aire puro.

- Ahhh, que bien se siente volver- al decir esto tomo el camino que la llevaría a la aldea.

Mientras Ahome se dirigía a la aldea algo entre los árboles la observaba atentamente.

- Es la indicada, estoy seguro- dice la figura en un susurro.

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En la aldea, Inuyasha, Kikyo, Sango, Miroku, Shippo y la anciana Kaede se encontraban en la casa de esta última.

- Hace tiempo que no se aparecían por aquí, hermana- dice Kaede.

- Si hace como cuatro meses que no venían - dice Shippo.

- Estábamos ocupados, o es que acaso te molesta que hayamos vuelto- dice Inuyasha con el ceño fruncido, mirando fijamente a Shippo.

- No te enojes Inuyasha, sabes que Shippo no lo decía por eso- dice Miroku.

- Arg fdsa- pronuncia Inuyasha enojado.

- No te pongas así, sólo queremos saber a que vinieron porque no creo que sea sólo para visitarnos o sí?- dice Sango que llevaba a su pequeño hijo Kohaku en regazo.

- La verdad hemos venido siguiendo el rastro de un monstruo- dice Kikyo.

- Ya veo, ¿de qué monstruo se trata?- pregunta Miroku.

- Es un ser que esta raptando a las chicas de la región, unas aparecen pero no recuerdan nada y otras no lo hacen- dice Kikyo.

- Es terriblemente bueno para esconderse el desgraciado, no le hemos visto un pelo- dice Inuyasha molesto.

- Es extraño, en los alrededores no ha habido ninguna desaparición- dice Kaede- Están seguros que se encuentra por esta parte.

- Mi olfato nunca me engaña, no lo habré visto, pero deja su olor en sus víctimas y por eso hemos podido seguir su rastro.

- El problema es que no sabemos de qué monstruo se trata, sobre todo porque las chicas no recuerdan nada- dice Kikyo.

- Vaya, han estado ocupados, en lo que podamos les ayudaremos.

- No es necesario Miroku, ustedes tienen que atender al pequeño Kohaku, nosotros nos encargaremos- dice Inuyasha.

- Pero no es molestia, lo haremos con gusto- dice Sango.

- Gracias- dice Kikyo "en verdad son muy amables en ayudarnos incluso cuando yo no les simpatizo, lo digo por la forma en que ese pequeño zorro lleva viéndome desde que llegue"

Y efectivamente Shippo no estaba mirando de muy buena forma a Kikyo, lo único que le venía a la cabeza era: "porque Inuyasha la ha preferido a ella y no a Ahome, la habían hecho sufrir, parece que ni siquiera se acuerda de ella, pero yo me voy a encargar de recordárselas, como que me llamo Shippo".

- Sango, no sabes cuando vienen Ahome- dice Shippo con la sola mención del nombre las orejas de Inuyasha se alzaron- Hace tiempo que no viene.

- Shippo, sabes tan bien como yo que no sé cuando vendrá.

- Yo quiero que venga.

- Hace cuando no viene- todos se sorprendieron incluso Inuyasha, porque quien realizo la pregunta fue Kikyo.

- No hemos sabido nada de ella desde hace 6 meses- responde Sango.

- Tanto tiempo- dice kikyo mientras Inuyasha la mira significativamente y piensa "Porque le interesa tanto a Kikyo saber de Ahome".

- Si, la última vez nos dijo que estaba muy ocupada con sus estudios, que no vendría tan seguido como siempre, pero es que no ha venido desde hace tanto tiempo. La extraño. - dice Shippo.

Mientras sus amigos hablaban Ahome acababa de llegar a la aldea, había decidido tomarse su tiempo para llegar y así disfrutar del bosque. Con paso firme pero feliz se dirigió a la casa de la anciana Kaede.

Volviendo al interior de la casa. Ya todos sólo hablaban de que habían hecho mientras no se habían visto. Shippo veía fijamente la puerta, como si esperara que alguien entrara de repente, y es que esa era una de las costumbres de Shippo desde que está viviendo en la casa de la anciana Kaede. Cuando iba retirar la mirada vio una figura familiar en la puerta.

-AHOME!- grita Shippo mientras señala la puerta.

- Ay Shippo porque gritas ya te dijeron que no saben cuando viene- dice un muy enojado Inuyasha, pero luego escucha a sus amigos llamarla también

- Ahome- dice Sango, y sale corriendo a recibirla.

Cuando por fin Shippo reacciono y se dirigió a la puerta corriendo, Inuyasha se dio la vuelta y la vio ahí, ahí en la puerta abrazada por Sango y Shippo se encontraba Ahome. Kikyo también veía a Ahome y no supo porque pero la sintió diferente. La anciana Kaede sonreía y Miroku sostenía en sus brazos a su hijo.

UN BEBÉ INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora