Capítulo 6: El parque. (Editado)

1.3K 92 18
                                    

Simon había estado practicando mucho últimamente, trucos de magia sobre todo que pudieran transportarte a otros lugares, había encontrado un lugar bonito y alejado de todos, no sabía bien aún donde estaba, pero eso no importaba porque no había mucha gente en los días ni en las noches. Así que decidió que ese era un lugar muy bueno para ir con Baz. No era muy radiante, ni fascinante como Simon esperaba, pero era lo que había por el momento.

— ¿Alguna vez ha hecho esto Simon? Porque no quiero perderme en un agujero negro–. Dijo Baz mirando atentamente el portal que había abierto Simon en la habitación.

—Claro que sí, confía en mí. No nos vamos a perder, y si lo hacemos, al menos me tendrás a mi Baz–. Dijo Simon, mientras que pronunciaba las últimas palabras clavo los ojos en el rostro de Baz, donde fácilmente podrías notar que estaba sonrojado, debido al rojo que resaltaba en toda su pálida piel.

El otro chico ya más confiado de lo que hacía, respiro profundo, como si en ese instante estuviera pensando bien que decir, por miedo a arruinarlo todo y dijo: —De acuerdo, a pesar de todo, siempre juntos, ya sea en un agujero negro, confió en ti Snow.

Inmediatamente se tomaron de las manos y juntos atravesaron el portal.

Los ojos grises de Baz pasaron a reflejar un verde, un verde fascinante para los ojos de Baz que siempre parecían ver todo en tono negro y gris.

—Muy bien, ¿qué te parece?–. Dijo Simon rompiendo el silencio.

—Wow, esto es realmente maravilloso Snow.

Simon soltó una risa nerviosa y dijo: —Oh vamos, es solo una plaza Pitch. ¿Acaso nunca has estado en una?

—Bueno, siempre está el jardín de Watford, ya sabes. Pero es diferente, ahí siempre está lleno de gente, y aquí estamos solos tú y yo.

—Ow, sí. De todas formas no hay mucho que hacer por aquí. Solo...No sé, ¿es una mala idea esto?

—Calla, entonces solo seamos Simon y Baz en una plaza, tendremos que darle un toque de nosotros a esto.

—Entonces Basilton Picth... ¿Te apetecería dar una vuelta por la plaza y apreciar la naturaleza?

—Hmm...Debería pensarlo–dijo Baz mientras pasaba la mano por su cabello negro, haciéndose el interesante, finalmente respondió: –Está bien Simon Snow.

Los dos chicos dieron vueltas por la plaza y se fueron alejando más del lugar donde iniciaron la marcha, pero siempre tomados de la mano. Hasta que llegaron a una plaza que tenía algunos juegos, para "niños". Se miraron a los ojos como si uno le leyera la mente al otro y no fuera necesario decir ni una palabra para saber lo que el otro pensaba, solo asintieron y caminaron hacia uno de los juegos como si siempre hubieran estado conectados y recién parecieran descubrirlo.

Ya sentados en el juego, que era redondo, en el medio tenía como un volante para girarlo. Cosa que hicieron ambos, giraron el volante una y otra vez, se reían como si fuera la primera vez que lo hicieran. Cuando de niños tal vez subieron a ese juego mil veces...

— ¿Qué te parece si giramos el juego, contamos hasta tres y cerramos los ojos?– Preguntó Baz a Simon.

—Me parece una buena idea, hagámoslo. –Contestó Simon.

Giraron y giraron el volante del juego.

-Uno...Dos...Tres- Dijeron al unísono ambos chicos y cerraron los ojos. El juego continuaba girando e instintivamente soltaron el volante y se tomaron de las manos, como si necesitaran sentir seguridad, y eso era lo que se trasmitían el uno al otro, seguridad. Se sentían mejor que nunca, se sentían increíbles, era como volar pero sin alas, era como si te dieran lo que estuviste esperando toda tu vida, ahí mismo, y quieres llorar de felicidad porque al fin lo tienes. Amor. Se amaban y no era necesario ningún acto sexual de ningún tipo, ni miles de regalos. Ellos podían sentir el amor sin decir nada, con los ojos cerrados, uno sentado junto al otro, tomados de las manos, girando. Como una fantasía, tan irreal. Era mágico.

Quien los viera creería que eran chicos que acaban de drogarse, que habían consumido una gran dosis de algún tipo de drogas prohibidas. Pero solo eran dos chicos amándose de la forma más inocente.

Las risas volvieron a hacerse sentir en el silencio de la plaza. Eso era suficiente para que Simon supiera que fue la mejor idea que pudo haber tenido. La plaza parecía reírse junto a ellos.

Ese día solo eran Simon y Baz en una plaza.





Bazmon/ Snowbaz (Carry On)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora