Se merecía ser feliz, como me hizo a mí

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Lo oí. 

Algunos pensaréis que era un grito más, incluso yo lo pensé por una centésima de segundo, pero no, porque mi cuerpo se agitó. Era ella. Estaba seguro. 

Ya estaba llegando a casa después de la discusión con Gale. Por más que le pedía que dejase a Brooke en paz, era imposible, él estaba empezando a cogerla... ¿cariño? Ni yo mismo lo sé. Lo malo de esto, es que cada vez que quedaba con Gale a sola íbamos limpios, osea sin armas. 

Aún así me encaminé hacia donde me guió ese grito de damisela en apuros, que solo podía ser de ella. Cuando pasé unos cuantos callejones sin señales de lucha, la vi. 

La acababan de dar una patada en el brazo, quitándole un objeto metálico, que supongo que era una navaja. Les reconocí enseguida, eran miembros de secta de mi padre, porque lo de mi padre no se lo podía llamar de otra manera. 

- ¿Qué pasa aquí? - pregunté con la voz más amenazante que pude poner. 

Ella aprovechó y le dio un codazo al que tenía agrrándola, Drew. Este vino hacia a mí, para pedirme explicaciones, mientras los otros dos, Jonh y Josh, la metían una paliza. 

- ¿Qué haces aquí? - me preguntó extrañado. 

- Acabar contigo - sonreí arrogantemente y me lancé hacia él. 

Empecé a pegarle puñetazos hasta que acabó en el suelo, ahí le dediqué alguna patada hasta que Brooke me gritó:

- Detrás.

Me giré para ver a los dos chicos que empezaban por J y le pegué en la cara a uno antes de que me pudiesen preguntar nada. El otro fue más rápido y me clavó en el costado una navaja. Noté como el objeto afilado entraba a mi cuerpo, pero no demasiado. Obviamente no querían matarme, se enfrentarían a mi supuesto padre. 

Rogué porque Brooke estuviese a salvo escondida en algún lado, pero para mi sorpresa la vi a subida encima de un Drew que estaría muerto en segundos por la puñalada. 

Gracias a su distracción tiré a Josh al suelo desestabilizándole de una patada y le di una buena paliza mientras temía por la chica a la que amaba. 

Cuando le consideré totalmente muerto, me giré buscando a mi princesa guerrera con la mirada. 

Vi como Jonh se reía de ella mientras el cañón de su pistola apuntaba a Brooke. Se me heló la sangre y antes de poder pensar nada lancé con la mayor precisión del mundo la navaja que antes me habían clavado a mí. 

Miró hacia mí, y se entretuvo más de la cuenta viendo la masacre de sus compañeros, ya que Brooke cambió la dirección del arma y le voló la cabeza de un tiro en la barbilla. 

Oí el disparo resonar por todo el barrio, mierda. Ella recogía las armas que iba encontrando y se giro para hablarme. 

- Tengo mi coche aquí al lado - yo solo miraba mi costado, que lo tenía que coser cuanto antes. 

- Tengo mi casa ahí. 

Ella asintió y la guié por los callejones hasta que oímos la sirena de la policía que la hice correr hasta el portal. 

Subimos las escaleras hasta el segundo, no me gustaban demasiado los ascensores, se podían manipular y nuestro día ya había tenido suficiente. 

La vi dudar delante de mi puerta, pero pasó mientras me decía muy seriamente:

  - Cuando se vayan de allí, iré a mi coche y te dejaré tranquilo. 

Fruncí el ceño, todavía no entendía que yo no quería eso, la quería a ella. Siempre. 

Te enseñaré a no tenerme miedo #1,5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora