II.

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Harry caminaba vagamente por el inmenso jardín de su mansión, sintiéndose vacío, aún con su gran fortuna, aún sabiendo que con su belleza podría tener a cualquiera que deseara...

Aún con los Omegas que retenía dos plantas arriba en su mansión.

Harry no era traficante de Omegas, claro que no. Él, de hecho los compraba y les daba alojamiento en su mansión, ellos trabajaban para él. Harry los trataba bien.

Pero en aquellas noches de soledad, cuando los recuerdos volvían como una ráfaga a su mente, llevándoselo lejos y dejando en su lugar a su lobo; esas noches Harry no se controlaba, ni siquiera tenía conciencia de sus actos cuando subía a la tercera planta, abría cualquier habitación y tomaba a aquel desafortunado Omega que ahí se encontrara, los encerraba a los dos dentro.
Y al despertar el día después abrumado y, rara vez, con pequeñas gotas de sangre, se sentía como la peor escoria al tomar cabida de sus actos.

Harry sacudió su cabeza despejando todos esos pensamientos y se apoyó contra un árbol que se encontraba cerca.
De pronto recordó que aquel día llegaba una nueva adquisición, un nuevo Omega.
Con modorra se separó del árbol y comenzó a caminar hacia la puerta más cercana para acceder a la mansión.
Se encontraba a punto de entrar cuando lo sintió.
Sintió una necesidad crecer dentro de su pecho.

Proteger. Mío. Omega. Ayudar. Peligro.

Harry creyó perder la cordura cuando tomó su cabeza entre sus manos y tiró con fuerza de sus cabellos intentando comprender el por que de esa situación.
Su Alfa se removía incómodo, ladrando y gruñiendo, indicándole que corriera a proteger.
Pero su parte humana, su parte cuerda, aún trataba de buscar explicaciones, casi causando dolor al enfrentarse a su parte lobuna.

Sin comprender cómo o porqué, comenzó a correr con desesperación. No sabía hacia adonde iba, nunca había sentido nada igual, pero confiaba en que su Alfa lo guiaría.

Se sorprendió a si mismo cuando se encontró ante la puerta de una habitación Omega, como él les llamaba; Harry se estaba debatiendo acerca de abrir la puerta o no. Creyó que debería dejarlo pasar, por su bien. Creyó que no era cuerdo irrumpir así en una habitación ajena, a pesar de que todo ese recinto era de su propiedad.

Pero en cuanto escucho ese gemido que englobaba angustia, miedo y desesperación, su pecho se contrajo emitiendo un gruñido nada discreto e inconscientemente abrió la puerta, revelando, atado en la cama, al Omega más bonito que sus ojos pudieran apreciar.
Sus pies se encaminaron hacia él pequeño instintivamente y cuando estuvo ante el, sin decir nada, se inclinó hacia adelante y lo sujetó fuerte entre sus brazos.

Ambos se quedaron son habla, su respiración se volvió agitada y sus nervios se dispararon. Nunca habían visto al chico delante de él, pero no les incomodaba en absoluto el hecho de que estaban tan cerca de un completo extraño, aún siendo la primera vez que se veían, se sentía tan correcto.

-Niall, tráeme las llaves de éstas esposas, rápido- Gritó el chico de rulos con una voz casi desesperada, pareciendo que le gritaba a la nada, ya que no se veía nadie más ahí.

O eso creyó Louis.

De pronto entró por la puerta de la habitación un chico rubio, con ojos de un afable azul claro, que casi te obligaban a tener confianza en él ciegamente.
El chico era Beta, dedujo Louis, pues su olor era neutro; ni fuerte como para ser Alfa, ni dulce como para ser Omega.
Tenía un manojo de llaves sujeto en la mano derecha.

-Aquí las tiene señor- Dijo el Beta con una voz tranquila y seria, al igual que su expresión.
Cuando se percató de la presencia del nuevo Omega, lo observó detenidamente, ganándose un severo gruñido de amenaza por parte del Alfa.
El Beta hizo una especie de reverencia antes de abandonar la habitación, confundido por la actitud de Harry.

El Alfa rápidamente volvió su atención a Louis, quien estaba algo aturdido por el gruñido y el olor del chico junto a el.
Harry retiró las esposas de las pequeñas muñecas del Omega, notando que estaban demasiado apretadas.

-Voy a matar a quien te haya colocado esto- Dijo con el rumor de un gruñido formándose en el fondo de su pecho y en su rostro una expresión atemorizante. Su cuerpo entero ardía en cólera al saber que alguien había sido capaz de herir a un ser tan puro como el que se encontraba en ese momento entre sus brazos.

-M-me duele- Louis no estaba seguro de si era correcto hablar en ese momento, pero se decidió por hacerlo.

-Yo haré que deje de doler, cariño- Harry suavizó su expresión al hablar con Louis, antes de acercar ambas muñecas heridas hasta su boca y comenzar a pasar su lengua por ellas.

Una ola de placer recorrió de arriba a abajo el cuerpo del pequeño Omega, golpeándolo con una magnitud abrasadora y logrando que pasara por alto aquella palabra con la que el Alfa se había referido hacia él, 'cariño'.
Cerró los ojos con fuerza y se sorprendió a si mismo cuando un fuerte gemido escapó de sus labios, avergonzándolo.
Louis se sonrojó furiosamente y, recobrando el control de sus manos, cubrió su sonrojado rostro.

-No cariño, no te cubras- dijo el Alfa mientras tomaba las manos de el pequeño chico y las retiraba de su rostro, dejándolo expuesto.-Te ves perfecto así-

Y ahí estaba de nuevo aquella palabra, el Omega se percató de que, a pesar de las extrañas circunstancias, le agradaba que el desconocido Alfa lo llamara de aquella forma.

Louis estaba por replicar algo cuando cayó en cuenta de la realidad. Estaba en una casa de la cual no sabía su ubicación, acurrucado en una cama extranjera con un Alfa desconocido con el cuál había compartido hace unos momentos un momento algo 'íntimo' y no estaba temblando o rogando a alguien que lo rescatase.
Por primera vez se sentía seguro, o por lo menos a gusto con un Alfa que no conocía hace más de 30 minutos.

El rizado, curioso por saber que pensaba inclinó su cabeza hacia un lado, abrió sus grandes ojos con duda e hizo un adorable puchero.
El Omega no pudo evitar, casi inconscientemente, acercar su mano y posarla sobre la mejilla de Harry, quien automáticamente se frotó hacia ella buscando más contacto.

La duda creció en Louis.

-¿Quién eres?-

•••

Nos leemos luego.

All the love, F :) xx.

Wolves™ {Alfa & Omega}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora