Me encontraba viendo por la pequeña ventana que se encontraba en mi habitación. La señora Cumbee salía en su auto negro a su rutina de trabajo como siempre, el señor Smith paseaba su pequeño perro por la acera de la calle de enfrente, todo era tranquilo y normal.
Se vería aburrido para otras personas pero por mi parte me encantaba hacerlo.Ver como cada uno hace su vida sin importarle las otras personas era magnífico aunque realmente era todo lo contrario. Siempre me decía a mi misma que todo eso era un caparazón, una protección para que las otras personas no vieran que sí les importaba sus opiniones y pensamientos hacía uno mismo.
El reloj digital que se encontraba en mi mesa de noche marcaba las 7:00am, exactamente en cinco minutos él tendría que pasar. Me quede allí esperando hasta la hora indicada, mordía levemente mi labio tratando de calmar mis ansias aunque era casi imposible, tendría que tomar el medicamento otra vez el cual mi madre me había dicho que tomara hace ya algunos años. Miré por última vez el reloj y eran las 7:05, sostuve mi mirada unos segundos y volví hacia la ventana.
Sentí como cada nervio de mi cuerpo se tensaba, mis piernas flaquearon y el aliento que quedaba dentro de mi se esfumo. Su torso estaba cubierto por una sudadera negra, mientras que sus piernas en un mono deportivo color gris, era casi imposible no ver su rostro, su piel bronceada combinaba perfectamente con sus ojos marrones, su rostro tan figurado hacia pensar a cualquier persona si él mismo fue esculpido por un artista muy dotado. Su cabello era lo que me encantaba, era corto aunque lo suficientemente largo, tenia ondas dando así el aspecto un poco afro. A veces él mismo se las sacaba ya que por lo que escuché aquel día no le gustaba.
Fueron solo unos 10 segundos insignificantes y desapareció de mi vista, segundos que para mi eran lo más preciado de las mañanas, solo por una razón. Él.
Agarre mi bolso que se encontraba en el suelo, suspire y salí de mi habitación. Al igual que de mi casa en seguida ya que no acostumbraba a desayunar. Agarré mi bicicleta y empecé a andar.
El sonido de Sunrise de Norah Jones recorría mis oídos ocultándome del mundo exterior, mientras que el gran mundo de la música me abría paso hacia lo magnífico que era. Unos minutos después llegué hacia mi destino, los alumnos yacían fuera de la entrada del instituto ansiosos para que empezaran y terminaran las clases de hoy en un abrir y cerrar de ojos. Lo único que se podía ver eran grupos de personas, era increíble como ya en la secundaria todo se dividía en factores, importaba como lucías y que gustos tenías, si no le gustabas como eras, rápidamente te excluían.
Por mi parte jamás he estado en un grupo de esos, simplemente por el hecho de que no soy buena haciendo amigos y además jamás lo he intentado.El sonido de la campana se mezcló con la música que estaba escuchando, dando a entender que era la hora de entrada. Rápidamente las personas entraron y a mi no me quedo otra opción que hacer lo mismo.
...
Me encontraba en la clase de Ciencias tratando de prestar atención a lo que pronunciaba la profesora pero era imposible y sabía el por qué.
Él no estaba en esta clase. Cada vez que no estaba en alguna de las mías sentía esa inquietud de saber si estudiaba o no, si tiraba papeles hacia otros compañeros o no. Él solo me alegraba el día estando en la misma habitación que yo, cada vez que reía por algún comentario que hacia un compañero me hacia sentir que todo estaba bien conmigo, que era igual a las demás. Pero eso era imposible, era obvio que era diferente a todos. He escuchado al doctor decírselo a mi madre más de una vez, pero cuando lo escuché por primera vez no me impactó o enojó porque ya lo sabia desde que era pequeña, pero esto no viene al tema. Podría decir que la mayoría de las veces no prestaba atención en las clases porque alguien rondaba por mi cabeza y pensamientos todo el tiempo, siendo así casi imposible de razonar si 1+1 son 2.Hacia garabatos en mi cuaderno tratando así de matar el tiempo pensando en mil y un cosas que jamás iban a pasar con él hasta que tres letras se marcaron detalladamente en la esquina de la hoja "C & S", fueron hechas por mi misma pero involuntariamente. Una pequeña sonrisa se asomo por mis labios pero rápidamente la oculté con un mechón de pelo.
-Señorita Ritter ¿me puede decir que acabo de comentar hace un momento?
La voz de la señorita Wheeler se escuchó en toda el aula y ya podía sentir varios ojos viéndome. Levanté mi rostro y la enconré señalando la pizarra, la cual tenía escrito algunas palabras. Decidí solo negar ya que no sabía de que hablaba, acto seguido ella solo asintió algo molesta y siguió dando su clase.
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Bueno, creo que estaría genial que me presenté pero no lo voy hacer porque sería aburrido. Así que, espero que les haya gustado este capitulo, les voy a comentar que es la segunda fic que subo y tengo la esperanza de que al menos a una persona le guste esto.
Subiré un capitulo por semana, que de seguro serán los miercoles como hoy.
Adiós, no se olviden de tocar la hermosa estrella que ven ahí y si quieren comenten también.-R.
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Crush [c.h]
FanfictionMuchos dicen que hay una delgada linea entre el amor y la obsesión, así que acompáñame en esta historia y descubrirás si están en lo cierto.