- ¡Hey! -Desperté de un salto. Minho. - ¿Listo para el laberinto?
-Joder, si. Sácame de aquí.
Abrió la reja y yo, rápidamente, estaba de pie afuera. Me explicó que iría a buscar unas cosas al refugio y volvía. Yo, en mi tiempo libre, fui a ver al rubio. Y durmiendo como un angelito se encontraba en mi hamaca. Sonreí enternecido. Mi mano sigilosamente avanzó hasta su rostro para que las yemas de mis dedos acariciaran su mejilla, con la intención de no despertarlo.
-Thomas. -Cuando volvió del refugio me llamó. -Ven aquí.
Me puso encima un tipo de armadura que, según él, era el uniforme de los corredores y con eso listo, caminamos hacia la entrada del laberinto. Éramos solo él y yo, trotamos por los mismos pasillos por los que habíamos escapado del Penitente muerto hasta llegar al punto exacto. Y aplastado entre dos paredes se encontraba.
-Oh pero que exquisito. -Comentó con ironía. -Pero para ser sincero, nunca había visto uno de tan cerca.
Decidí guardarme cualquier frase y observar al monstruo. Una luz parpadeante y roja brillaba dentro de él. La apunté
-Hay que hacer lo que hay que hacer. -Suspiró y metió la mano dentro del cuerpo queriendo alcanzar la luz visible. Comencé a reír en silencio por las caras que ponía. -Oye no tienes idea el olor que saca esta cosa.
-Está bien, está bien. Sólo tíralo.
Y cuando estaba entre sus manos, el dedicó a quitar cualquier sustancia no reconocida de su cuerpo pero yo miraba el objeto. Era una especie de baúl metálico. Tenía un teclado con números y una pantalla, necesitaba una clave para ser abierto.
- ¿Qué es eso? -Pregunté.
-No lo se pero, sea lo que sea, llevémoslo al Área, no quiero volver a encontrar a sus amigos. -Se refería al Penitente.
-Si, vamos.
Cuando íbamos de vuelta, se escuchó un enorme rugido. ¿Otro Penitente? ¿De día? Comenzamos a correr a más velocidad, Minho me tomó de mi muñeca y me guió por un camino que no conocía y que según él, era un atajo. Decidí mirar hacia atrás por si venía algo persiguiéndonos, y gracias a eso no pude ver el pequeño desnivel que había en el piso y me doblé el tobillo logrando que terminara en el suelo.
-Joder, Thomas. -Minho comentó.
-Tranquilo. Estoy bien. -No era cierto, dolía demasiado pero como pude volví a levantarme.
-Eres un pésimo mentiroso. -Escupió. -Vamos. -Pasó su brazo por debajo de mis hombros para soportar mi caminar.
Al llegar de vuelta al Área, me llevó directamente a la enfermería en donde atendieron mi pie. Me dijeron que debía mantenerme en reposo hasta el término del día.
-Ocho números. -Susurré. Eso era lo que bastaba para abrir esta cosa.
- ¿Algo nuevo? -Newt se sentó a mi lado y me sonrió.
-Bueno, no mucho para ser sincero. ¿Te sabes alguna clave de ocho números? -Negó levemente.
- ¿Cómo sabes cuántos son?
-Bueno, solo puedes escribir ocho dígitos en esta cosa, así que es una posibilidad.
Nos quedamos en silencio un poco, yo pensando en alguna clave pero era imposible, ni siquiera sabía mi edad, ¿Cómo se supone que encontraré una contraseña en mi mente?
-Te dije que no fueras. -Habló por fin. -Te lo advertí y mírate ahora, en cama.
-Pero mira esto. -Le mostré el artefacto. -Quizás que puede haber aquí. ¡Alguna pista!
-O quizás es un veneno mortal, una caja de Pandora. -Lo tomó y lo alejó de mí.
-Newt, tengo la esperanza que ese pequeño cofre sea algo positivo.- El dejó salir un suspiro.
Posó su mano sobre mi torso y con su pulgar hacía pequeñas caricias, yo observaba todo. Lentamente fue bajando hasta encontrar el borde de mi camiseta, escabulló sus dedos por debajo de esta para tocar la piel de mi abdomen. Comencé a sentir escalofríos cada vez que dejaba que sus uñas arañaran un poco. Y en ese momento, mi mirada se fijó en la suya. Vi como dejaba que su lengua rozara sus labios para luego morderlos sutilmente. Una ligera tensión comenzó a aparecer en mi entrepierna y solo por orgullo me separé de él.
- ¿Puedes...? Uhm. ¿Puedes llamar a Minho? -Mi tartamudeo delató lo nervioso que me había puesto.
-Está bien. -Pero en su rostro solo se veía decepción y confusión.
Se fue del lugar y por esa misma puerta entró el corredor.
-Ocho números. -Mencioné nuevamente mostrando la supuesta caja de Pandora.
-Siete. Uno. Cinco. -Y cuando me di cuenta lo que estaba diciendo, empecé a escribirlos en el teclado. -Dos. Seis. Cuatro. Ocho. Tres.
La luz roja se transformó en una verde y luego se escuchó como se desbloqueaba la protección.
- ¿Qué? -Lo miré atónito. No podía abrir esto hasta tener una explicación.
-Es el patrón del laberinto.
- ¿Doble qué? - ¿Patrón?
-Por dios, ábrelo ya. -Su impaciencia se sentía.
-No hasta que me expliques.
Suspiró frustrado y se sentó a mi lado.
-Thomas, el laberinto es siempre el mismo. Lo he recorrido yo mismo, completo... -Lo interrumpí
- ¿Completo? Pero pensé que aun hacían mapas.
-No hay nada más que hacer. Ya me se de memoria cada ciclo, cada esquina, cada pasillo. Si hubiera salida, ya la hubiéramos encontrado.
- ¿Por que no se lo has dicho a nadie? -Susurré boquiabierto.
-Alby lo decidió. Necesitan la esperanza, pero tal vez ahora... -Apuntó la caja. -Si hay esperanza.
-Espera, eso no me dice nada sobre el patrón.
Exhaló fuertemente, hartado de mis dudas. Pero me dijo igual.
-Hace como un año comenzamos a explorar las secciones externas del laberinto y encontramos estos números impresos en los muros, del uno al ocho. Cada noche, cuando el laberinto se altera, es porque se abre una nueva sección y con ella el Penitente guardián. Hoy fue la seis, mañana la cuatro, luego la ocho y así. El patrón siempre es idéntico y bueno, es la única corrida de ocho dígitos que me se.
-Tiene lógica.
- ¡Abre ya esa cosa! -Explotó.
Y de dentro de ella, salieron dos tubos con un líquido azul atrapado en sus interiores. ¿Qué? Nos miramos confundidos.
-Parece... medicamento. -Minho comentó.
Y luego me iluminé.
-Alby.
ESTÁS LEYENDO
Es Hora de Comenzar la Fase Dos [A Newtmas Fanfic]
FanfictionThomas es nuevo en el Área y Alby, el jefe del lugar, pensó que ponerle un tutor sería una buena idea. ---- -¿Que hacemos? -Es hora de comenzar la fase dos. -¿Fase Dos? -Claro, conocerte fue la primera fase. Ahora, la fase dos. ---- TRAILER: http...