Habíamos llamado a Newt ya que él sería el que daría la orden de hacerlo o no. El pobre Alby sufría, poca respiración le entraba y casi nada salía, su cuerpo completo sacaba espasmos.
-No tenemos ni idea que es esto. -El rubio exclamó. -No sabemos porqué estaba dentro de ese animal y no sabemos las consecuencias. Hasta donde sabemos, esto podría matarlo. Te dije, novato, esto puede ser veneno.
-Míralo. -Me refería al jefe. -Está delirando. ¿Cómo podría empeorarlo? Tenemos que intentarlo.
-Okay, hazlo tu. -Me dio uno de los tubos, y si quitabas una tapa salía una aguja.
Me incliné despacio al lado del jefe, con la sustancia en mi mano. No sabía donde debía inyectarlo, miré a Minho, buscando ayuda porque el rubio se alejó de mí y se apoyó en un poste que había cerca.
-Solo hazlo. -Susurró el corredor.
-Okay.
Pero cuando volví la mirada al jefe, este tenía los ojos abiertos y con una mano ya enviada para agarrar mi cuello y ahorcarme. Su ser estaba lleno de ira, ¿por que pasaba esto?
- ¡No deberías estar aquí! -Me gritaba en la cara.
Sentí las manos de el rubio en mi espalda, jalándome para que me soltara y el corredor le tomó las muñecas al picado para alejarlas de mi cuello.
- ¡Suéltalo! -Gritó alguien, yo ya estaba perdiendo el aire y probablemente esté de un color azul. Me estaba ahogando. Newt tomó la jeringa y con fuerza la incrustó en el pecho del jefe el cual, como con alivio, dejó caer su peso sobre la almohada.
Mis piernas me fallaron y caí al suelo, recuperando el aliento. Sus cálidas manos me tomaron por debajo de mis brazos y me ayudaron a pararme. Mi tobillo dolía pero no quería parecer la víctima, solo mordí mi labio.
Él lo vio.
-Pues, funcionó. -Minho habló.
-A partir de hoy, alguien se quedará vigilándolo día y noche. -Sentenció Newt.
La noche llegó y con ella, mas dudas para mí. Me quedé mirando el techo por varios minutos, acostado en mi hamaca, pensando en todo.
¿Salida? ¿Realmente hay esperanza?
¿Alby? ¿Acabará vivo o muerto?
¿Newt? ¿Estará despierto este chico?
Giré mi cabeza para revisar y me encontré con sus dulces ojos viéndome.
-Hola. -Susurró.
- ¿Por qué estas despierto?
-Lo mismo pregunto yo. -Ladeó su cabeza.
-Solo pienso. -Contesté. El analizó un poco, para luego sentarse.
-Sígueme.
Me guió por el Área, todos dormían y de no ser por el fuego que sacaba la antorcha que tenía en su mano derecha, no se vería nada. Su mano izquierda atrapaba la mía y de vez en cuando devolvía las caricias que yo le dejaba en su dorso. Nos adentramos al bosque pero no en cualquier dirección, él sabía por donde. Llegamos a una casita, ¿quien lo diría?
-Aquí vengo a pensar. -Susurró abriendo la puerta y dejándome entrar. -La construí hace unos años.
Era rústica, todo lo que había dentro era de madera pero era acogedora. Tenía una mesa, bastante sólida, una cama hecha de un par de tablones de madera y una especie de colchoneta, sillas y eso era todo. No tenía ventanas.
-Me gusta lo alejado que está de la sociedad. -Comenta dejando el fuego a un lado. -Nadie sabe que existe, bueno, excepto tu y yo.
No decía nada, no quería interrumpir la tranquilidad que había aquí. Se elevó del suelo con sus brazos y se sentó en la mesa.
- ¿En que pensabas, Thomas? -Pasé saliva, negué.
-Nada interesante. -Me acerqué a él.
Sus ojos brillaban con la luz del fuego y me decían cosas. Por un segundo, sentí hasta que él quería que lo besara, así que obedecí y me posicioné entre sus piernas para conectar nuestros labios. Sus brazos se apoyaron en mis hombros y mis manos en sus muslos. Fogoso y acalorado, tanto que nuestras camisetas estaban tiradas en el piso. Sus yemas acariciaban mi pecho, provocando corrientes eléctricas en mí.
-Por favor. -Susurró sobre mis labios.
No estaba seguro a lo que se refería con eso, pero mi instinto apareció cuando lo tomé por los muslos y lo trasladé a la cama. Su cabeza se apoyó sobre la almohada y yo sobre él, cruzó sus piernas por sobre mi espalda baja para atraerme más hacia su cuerpo y lentamente las fue moviendo para quitar mis pantalones. Sonreí en su intento fallido, había que desabrocharlo. Con una mano y sin dejar de besarlo, solté mi botón y el suyo.
¿Esto de verdad estaba pasando?
Mordió mi labio al sentirme solo en ropa interior y eso me dio la libertad para terminar de desvestirlo.
Joder. ¿Es un ángel?
Se veía tan dulce, con sus manitos en su rostro, cubriendo su enrojecimiento.
-No te cubras. -Comenté y lo pude ver a la cara.
Sus labios y mejillas se encontraban de un tono rojizo, los primeros por tantas caricias que le he besado y las segundas por el calor que hacíamos entre nosotros. Sus piernas me desvistieron por completo, alivio, demasiado tiempo aprisionado contra la tela de mi ropa. Me dedicó una de sus sonrisas, que detesté en un principio, pero ahora no quería dejar de verlas.
En un movimiento, se encontraba encima, sentado a horcajadas sobre mi cadera. Mi espalda chocaba contra la pared y su rostro estaba a unos centímetros de mis labios. Sin gastar un segundo, besé cada parte de él que se encontraba a mi alcancé. Su cuello, su mandíbula, sus mejillas, sus labios. Newt, disfrutando todo, pasaba sus dedos por mi nuca, intentando más contacto. Mis manos se fueron a su cuerpo, acariciando su cadera y sus muslos. Llevó dos dedos a su boca y los ensalivó, luego se humedeció lo suficiente para lubricarse.
- ¿Tienes idea todo lo que imaginé esto? -Comentó tímidamente.
-Me encantas, Newt. -Confesé.
Sonrió, alineándose con mi cuerpo para, delicadamente, deslizarse y profundizarme en él. Apretó sus ojos y abrió su boca para soltar un agudo gemido
-Hey, es tarde y todo está en silencio. No hagas ruido. -Ordené, él me miró a los ojos. Asintió.
Después de acostumbrarse a mí, entrelazó nuestras manos y las puso a los lados de mi cabeza para comenzar a moverse. Mordía su labio fuertemente para evitar hacer algún sonido y yo igual. Lo hacía tan bien, parecía tener experiencia pero no quise preguntar, no en ese momento. Soltó mis palmas para arañar mi pecho y abdomen, cada vez se movía más rápido y eso le provocaba más placer. Vi como lentamente iba perdiendo el control, se preocupaba menos de ser delicado y silencioso. Tomé sus caderas para hacer los movimientos más violento y rudos, necesitaba más, quería más. Con una contracción viniendo de él, llegué a mi clímax, dentro suyo y él, sobre mi. Apoyó su cabeza sobre mi hombro, pasando sus brazos por mi cuello, abrazando y besando toda la zona, yo acaricié su columna con la yema de mis dedos.
-Thomas. -Susurró en mi oreja. -Te quiero.
Mordí mi labio inferior intentando ocultar la sonrisa, pero fue imposible.
-Y ahora eres mío. -Concluyó, marcándome con una fuerte succión, dejando un chupetón.
- ¡Newt! -Lo aparté y el dejó salir una ligera risa. Suspiré embobado con su sonrisa. -Yo a ti.
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Es Hora de Comenzar la Fase Dos [A Newtmas Fanfic]
FanfictionThomas es nuevo en el Área y Alby, el jefe del lugar, pensó que ponerle un tutor sería una buena idea. ---- -¿Que hacemos? -Es hora de comenzar la fase dos. -¿Fase Dos? -Claro, conocerte fue la primera fase. Ahora, la fase dos. ---- TRAILER: http...