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- Nunca se sabe - dije.

Las chicas ( excepto Emma, por supuesto) me miraron confundidas.

Las ignoré y regresé mi atención hacia la choca ruborizada y al chico sonriente.

- Yo.... - dice Em, ahora también sonriendo.

Y Derek levanta las cejas.

- Tú... - la insta.

- Yo...- y de ahí no pasa.

- Tú... - esto en verdad es incómodo.

Emma sonríe más.

- Nop. - decide.

Y me río ante la cara consternada de Derek.

- ¿Acabas de rechazarme? - pregunta indignado.

- Ajá.

Derek jadea y se aleja un paso.
Lucha por decir algo pero no sale nada de su boca. Parece un pez.

- ¿¡P-p-p-por qué no?! - grita tartamudeando.

- ¡ Porque no quiero! - le contesta Em.

- ¿¡ Y por qué no quieres?!

- ¡ Pues porque no!

Y antes de que Derek pueda repetir lo mismo, me levanto y digo:

- ¡Sí!

De nuevo me miran como si fuera una anomalía.
Tal vez lo sea.

- ¿Sav?

Me acerco a Derek para decirle algo, pero como es muy alto y yo soy una enana, tengo que ponerme de puntas, a lo que él reacciona como si yo fuera a devorarlo pero aún así acerco mi boca a su oído.

- Emma quiere ir contigo, pero no quiere decirlo.

Me separo y el tiene el ceño fruncido.

- ¿ A sí? - pregunta y asiento.

Vuelve esa sonrisa infantil a su rostro y se vuelve a Emma que nos mira con los ojos achicados.

- Ya quedamos, Suz - dice, le guiña un ojo y se aleja de nosotras prácticamente saltando.
Siento el peso de una mirada con intenciones homicidas y temerosa de acertar mis sospechas , volteo.

Emma está literalmente, puedo ver, planeando cómo asesinarme.

- Date por muerta, Savannah.- gruñe.

- ¡Ay, amiga mía, te adoro! Pero ahora tengo que ir...al...baño. - me levanto y empiezo a correr.

- ¡ No vas a ninguna parte!

- ¡Voy a donde me dé la gana! - grito.

Y me escondo bajo la cama.




- No entiendo por qué no quieres ir con él. Me dijiste que te agradaba. - digo desde mi cama.

- Sí me agrada pero...

- pero...

- ¡Oh, vamos! Tú sabes cuál es el problema. - me mira.

- Uh...no.

- ¡No sé bailar, Savannah! - se desespera.

Aaaaaaaah , ¡era por eso!

- ¡Eso no es problema! ¡pisotéalo todo lo que quieras! - aconsejo.

Se da en la frente con la mano.

- No tienes remedio, Sav.

Me río.

- No, no tengo.

MONTREUXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora