Nuestras hermosas vacaciones llegan a su fin, decidimos regresar el sábado para descansar el Domingo y poder regresar el Lunes a la escuela.
Nate y yo ya estamos empacando y cuando acabamos vamos a recepción con las maletas para entregar la habitación eh irnos al aeropuerto.
-Disculpe queremos entregar la habitación.- Decidimos qué yo hablará, ya que Nate luego no entendía.
-Sí, ¿a nombre de quién esta la habitación?.- Pregunta la recepcionista con una gran sonrisa, se nota que le gusta su trabajo.
-Johnson Smith.
-Muy bien, ¿podrían prestarme su muñeca para quitarles los brazaletes?.- La recepcionista no los quita y posteriormente le entregamos las tarjetas, nos hace firmar unos papeles y cuando terminos de entregar la habitación decidimos ir a comer antes de ir al aeropuerto, nuestro vuelo sale a las 9:00pm y apenas son las 12:30pm así que tenemos algo de tiempo.
-¿A dónde quieres ir a comer princesa?.- Pregunta Nate con su hermosa sonrisa.
-Mm.. La verdad no sé, pero creo que primero hay que encargar las maletas.
-Cierto, yo voy, si quieres quedate en las salas de recepción.
-Está bien, te esperó ahí.
Nate se va con nuestras maletas y no se donde las deja, regresa después de unos 5 minutos.
-Listo, ¿nos vamos?
-Sí, ¿donde dejaste las maletas?
-Le pregunte a la recepcionista y le habló a un señor qué me llevó a un cuarto donde guardan las maletas.
-Ah, está bien. ¿Donde vamos a comer?
-Bueno la recepsionista dijo qué olvido darme una tarjeta para seguir en el hotel, podemos estar aquí eh ir a comer.
-Entonces vamos a comer al restaurante Mexicano, ¿va? ya extraños la comida.- Nate soltó una risita.
-Bien, lo que digas princesa.- Me tomo de la mano y nos fuimos caminando por el largo hotel en silencio, pues aveces el silencio es portado de muchas palabras.
-Buenas tardes, ¿podrían enseñarme su brazalete?.- Preguntó el mesero cuando llegamos al restaurante.
-No tenemos, nos los acaban de quitar el en recepción.- Dice Nate.
-Entonces debieron entregarles una tarjeta.
-Emmy... No entendí.- Me dice Nate y yo suelto una risita. Él mesero se nos queda viendo con cara de »¿Qué les pasa a estos dos?«.
-Dijo que si le permites la tarjeta que nos dieron.
-Ah la tarjeta.- Nate busca entre los bolsillos de su short la tarjeta.
-Disculpen, ¿van a querer pasar o no? Tengo mucha gente esperando.- Volteamos al mismo tiempo y es cierto, ya hay una larga fila atrás de nosotros. Nate le entrega la tarjeta al mesero y este nos deja pasar, cuando pasamos junto a él, escuchamos que dice: »Turistas« y sin querer, estallamos en carcajadas una vez adentro del restaurante.
Nate opta por comer tostadas de pico de gallo y yo prefiero unos chilaquiles, no saben tan ricos, pero él hambre hace que los disfrute.
Una vez que terminamos de comer, ya eran las 3:00pm y pensamos que mejor nos íbamos al aeropuerto para hacer la documentación y todos esos papeles.
-¿Lista para regresar a casa?.- Me pregunta con una sonrisa. Ya hemos terminado todo el proceso de documentación y nos encontramos en la sala de espera para tomar el avión de regreso.
-Para casa si, para la escuela no.
-¿Porqué?.- Pregunta con interés.
-No sé, tengo miedo de regresar, aquí me siento segura lejos del pasado, pero no sé que valla a pasar cuando regrese a lo mismo.- Digo sin ánimos.
-Emmy, tienes que dejar que el pasado corra, no arruines tu presente recordando un pasado que ya no tiene futuro.- Pone un mechón del cabello atrás de mi oreja y tiernamente me acerca para que nos besemos, acepto y lo tomo de su cuello. Nuestros besos suelen ser largos y tiernos, desearía poder sentir la química que me unía a Messi, pero con Nate. El beso termina y nuestras frentes quedan juntas.
-Emmy... Te dije que te esperaría y lo haré, toda mi vida si es necesario, pero no puedo hacer que cambies de opinión respecto a lo que sientes por mí y por Messi, eso lo tienes que hacer tú.- Suelto un suspiro y hago el silencio, nuestras frentes siguen pegadas, no sé qué decir, me quedé sin palabras, él sabe que no eh llegado a quererlo como a Messi y eso me hace sentir mal, porque en el fondo sé que nunca lo lograré a amar tanto y tengo miedo de que un día se canse y me reclame por ello.
-Pasajeros del vuelo 201215, favor de abordar su respectivo avión.-
-Ese es nuestro vuelo.- Dice con un tono apagado, se me cae el alma a los pies de solo escucharlo. Se levanta y me enseña su mano para que me ayude a levantarme igual, acepto y nos dirigimos a abordar el avión en silencio y sin soltar nuestras manos. Yo sigo sin decir nada aún.
Como ya es noche, optó por dormirme sobre la ventana del avión todo el camino.
Llegamos a las 11:30, Nate al igual que yo se quedo dormido en mi hombro y como soy al primera en despertar cuando aterrizamos, decido despertarlo.
-Nate, ya llegamos.- Digo como en susurro mientras lo muevo con delicadeza.
-Mm... ¿Qué?.- Reponde soñoliento y se sienta bien dando un bostezo.
-Ya llegamos.
-Ah...
Cuando salimos del avión, nos dirigimos a recojer nuestras maletas en la banda y como ya son las 12:00am y nuestras casas quedan a dos horas, optamos por quedarnos en un hotel a pasar la noche y mañana regresaríamos a nuestras casas.
-Nate, voy a hablarle a mi madre, se quedará preocupada si no llego hoy.
-Sí, claro.
Saco mi celular y marco el número de mamá, contesta al segundo tono.
-¿Emily?, ¿estás bien?, me tienes preocupada, ¿porque no han llegado?.
-Mamá, tranquila, estoy bien, acabamos de llegar y como ya es muy noche nos vamos a quedar en un hotel para descansar y mañana llegamos, no te preocupes.
-Ah... Bueno, con cuidado hija, te quiero.
-Sí mamá, yo igual.- Cuelga y regreso a donde está Nate.
-Listo, podemos irnos.- Decidimos irnos al hotel qué nos queda más cerca en un taxi. Es un hotel pequeño, sus habitaciones tienen solo una cama, el baño y un tocador, sus paredes son blancas y los muebles chocolate.
-Buenas noches, Emmy.- Dice Nate muy seco, me siento terrible.
-Buenas noches, Nate.- Contestó con la voz quebrada.
El se queda dormido al instante y yo me pongo a pensar en que tal vez tiene razón; yo soy la única que puede cambiar de opinión sobre mis sentimientos y eso haré, mañana será un nuevo comienzo, estoy dispuesta a dejar el pasado atrás y empezar un nuevo futuro.
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¿Dónde dejamos el amor?
Romance¿Crees que el verdadero amor existe? Emily es una chica normal de 18 años que creía que el amor era lo más importane y perfecto y es que teniendo un novio como Messi ¿Quién no lo creería? Desafortunadamente se dará cuenta de que no todo es color de...