Al día siguiente me desperté con la llegada de un mensaje a mi celular:
"Ayer perdí el control. Si bien fue maravilloso, creo que hay cosas que tenemos que aclarar. ¿Puedes enviarme una hora y un lugar donde pueda verte, hoy mismo? De preferencia que sea privado.
Buen día, Miss Cherry."
— Entonces quiere aclarar lo que va a pasar con ustedes de ahora en adelante, supongo. No debe ser nada malo. Seguro es para negociar. — me dijo Ruby al mostrarle el mensaje. —¿Ya respondiste?
— No.
— Cítalo en el mismo parque, a la misma hora que se encontraron. Después de todo hoy tampoco es concurrido.
— Lo pensé, pero, no sé, me da nervios.
— Ya va, ¿esto otra vez? Cherry, de verdad, ¡espabílate! ¿Cuántas veces te he pedido últimamente que mantengas a Cherry Bomb?
— Es que no estoy segura Rubs. En realidad tengo un mal presentimiento.
— ¡Mal presentimiento mis calzones! Después de tremenda cogida, no te vas a hechar para atrás.
— Tampoco quiero hecharme para atrás.
—¿Entonces?— preguntó Ruby.
— He de confesar que tengo miedo de enamorarme.
— El miedo es por algo que puede pasar, más no ha pasado, nena. ¿Tranquila sí? De todas formas, aún no sabemos qué te va a decir este tipo. No te avientes con la mentalidad de que algo malo va a ocurrir. Sé fuerte, como la Cherry que yo conozco.
— Te voy a necesitar más que nunca— le dije haciendo un puchero.
— Siempre estaré. — Me dijo, abrazándome fuertemente.
*****
"En el parque que tú y yo conocemos. 2:0o pm. Sé puntual ;) "Releí ese mensaje que le había enviado por respuesta a Isaac. Ya estaba parada frente al pequeño bosquecillo seco del parque, esperando a que llegara. Me había adelantado por dos minutos, pues pensé que podría relajarme un poco antes de enfrentarme a él. Hasta que su voz profunda me estremeció.
— Lindo sombrero.
Me volteé a verlo y ahí estaba. Con un sweater gris y jeans negros al igual que yo. Nuevamente llevaba gafas, a pesar de que casi no hacía sol y más bien hacía frío.
—Hola, Miss Cherry.— me dijo sonriendo.
—Hola. Gracias por ser puntual. ¿Ahora vas a llamarme sólo así? ¿Miss Cherry?
— Me gusta. ¿A ti no? Me parece una forma especial de llamarte. Y espero ser el único que te llame así— me dijo acercándose a mí y tomando un mechón de mi pelo que estaba pegado cerca de mi mejilla para luego inclinarse y rozar su nariz con la mía.
Sonreí de vuelta por su gesto y le dije: — Sólo tú me llamas así.
— Perfecto— dijo sonriendo abiertamente. Parecía otra persona cuando sonreía. Alguien menos complicado.
— ¿Y bien? ¿Qué es lo que hay que aclarar? — le pregunté y empecé a caminar, buscando una banca donde sentarnos. Él me siguió.
— Ayer, dije cosas un tanto contradictorias.
— Ni lo menciones— le respondí.
— Primero dije que no podríamos ser amigos y luego terminé diciendo que éramos amigos, pero tuvimos sexo e hice que me llamaras papi. Que revoltijo, ¿eh?
— Lo tomé como malas expresiones y palabras que solo nacieron decirlas en el momento. El sexo, creo que no es tan grave. — le dije tratando de hacerme la desentendida.
—Cherry, yo...
— ¿Ya no soy Miss Cherry?
— Sí, claro. Pero primero quiero saber... Quiero saber qué es lo que me vas a permitir hacer contigo.
—¿Me estás pidiendo permiso para qué exactamente?
— Para repetir lo que hicimos ayer.
— Ah, ya. Pero sigo sin saber si eres mi papi, mi amigo o no.
— ¡Ese es el detalle!— me dijo exasperado. Dejó de caminar y se puso delante mío. — Cherry mi reacción se debe a que estoy consciente de que eres muy menor para mí, y que me hayas contado que tienes algún otro Sugar Daddy, me molestó porque no te imagino con un hombre mayor cualquiera, y al mismo tiempo vi mi oportunidad de estar contigo. Me agradas. Quiero hacer esto contigo, pero nunca antes lo he hecho.
— ¿Te agrado?
— Sí.
— .... ¿Te agrado?
— Sí, ¿qué con eso? — respondió.
— Eso me suena más a que sólo quieres ser mi amigo.
— No. Es raro. No puedo describirlo ahora y si me permites experimentar esto contigo podré saber de qué se trata. Me pareces demasiado atractiva y quiero intentarlo.
— ¿Conmigo? — me reí fuertemente. — Isaac, llevo años haciendo esto, y no estoy como para enseñarle a alguien cómo ser un Sugar Daddy. Mejor busca en internet y búscate una novata.
— Lo hice... busqué en internet.— me dijo en tono avergonzado. — Tengo ideas. Por favor, no lo hagas más difícil, como te dije, nunca había estado en una situación así.
— El popular y joven promesa de la política. ¡No lo puedo creer!
— Sobre eso... Si tienes esta relación conmigo, sabrás más sobre aquello que dije que la gente no sabe de mí. Y prometo que no habrá forma alguna en que salgas perdiendo.
— ¿Y tu prometida?
— No va a enterarse. Nadie va a enterarse. ¿No es así?
— No si no quieres.
— Buena chica. Esa es la Miss Cherry que quiero.
— ¡Espera! Mejor vamos a mi departamento y discutimos de negocios. ¿Ok?
— Me encantaría.
Había un nuevo aire entre los dos. Lo había visto vulnerable por un momento y eso me dio el empuje suficiente para saber qué bien podría ser yo la aventajada en todo momento. O eso espero.
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Miss Cherry
RandomCherry no es mi nombre real. Tengo la edad que quieras que tenga y me comporto como quieras que me comporte... No es cierto, a veces soy un poco perra. Juego con mis sugar daddies hasta que me aburro y los dejo. Me aprovecho de su dinero y a cambio...