La expulsión

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— ¡¿TE VOLVISTE LOCA ACASO?!

— ¡DÉJAME EN PAZ RUBY, NO ERES MI MADRE!

— ¡NO, MIERDA, PERO ESTAS EN MI CASA, A MÍ CUIDADO, VIVIENDO DE MI DINERO Y DEL DE MI AMIGA Y MIRA LO QUE HAS HECHO!

— ¡YO NO PEDÍ QUE ME TRAIGAS AQUÍ! ¡ADEMÁS NO PARECE IMPORTARLE!

En ese momento toqué la puerta y entré. Isaac estaba muy incómodo y no dijo nada más. Viendo la situación y que no parecía calmarse, le pedí que se fuera, no sin antes disculparme.

— Alice, ese hombre de alguna manera, también te mantiene, y lo que has hecho es una total falta de respeto, tanto para mí, como para él. — dije luego de haber entrado en la habitación.

— ¿Cómo? — dijo Alicia un poco confundida. — ¿Ven? Entonces lo que dicen es cierto. Te paga por follar, ¿verdad?

— Sí, Alicia. Me paga, pero no por ser su puta. — le respondí secamente. — Es mi sugar daddy. Me da regalos por mi compañía.

— Es la misma mierda. ¡Yo sabía que estaban metidas en esto! ¡Sabía que tu dinero no era de ninguna otra cosa más que de venderte! ¡Puta barata! — le gritó a Ruby y luego comenzó a reírse como si comenzara a perder la razón. — Eres suertuda Cherry, puedes cogerte a ese hombre que es realmente atractivo. ¿Y tú hermanita? ¿A qué vejete te coges? Yo también quiero ser una putita, ¿saben? Sólo armé este numerito para desenmascarar lo que ya sabía. Exponerlas para obligarles a que me enseñen el oficio para no tener que depender de nadie. Que me enseñen a ser tremenda zorra como lo hacen ustedes.

— Para abrir las piernas para cualquiera no tienes que recibir enseñanza de nadie. Ve a las calles a ser la mujerzuela que tanto deseas y no vuelvas a este lugar. ¡LÁRGATE! — gritó Ruby de una forma en que nunca la había visto.

— No puedo creer que le hagas esto a tu herm...

— ¡QUÉ TE LARGUES! — tomó todo lo que pudo de la ropa de Alicia y comenzó a aventársela en la cara. La empujó hasta dejarla fuera de la habitación y tiró la puerta de forma aparatosa.

Esa noche Alicia se marchó. No duró ni una noche en nuestro departamento y por alguna extraña razón, aunque me daba pena por mi amiga, me alegraba mucho que se haya marchado. Me hubiera gustado abofetearla y escupirle en la cara, pero de nada me hubiera servido. Su falta de respeto sólo me afectó cuando habló así de Isaac. ¿Me mintió? ¿No es la primera vez que sale con alguien más joven? ¿Habrán sido sugar babies? Tenía que tener un momento a solas con él pronto.

Las semana siguiente pasó sin que tengamos noticias de Alicia y Ruby estaba mal humor todo el tiempo desde aquel día. Sólo me comentó que supo por su madre que Alicia no volvió a vivir con ella y que tampoco sabía nada sobre su paradero.

— Debe estar cumpliendo su sueño de puta, seguramente.

— Espero que esté bien. — dije casi sin ánimo.

— Llamarnos putas a nosotras, ¿qué se cree? Esto que hacemos no es ninguna prostitución. Es casi como tener una relación. ¿Verdad?— sólo le sonreí de vuelta cuando hizo esta pregunta. La verdad es que me lo he preguntado yo misma varias veces. ¿Qué crees tú?, tenía ganas de decirle.

Miss CherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora