James y yo nos vimos impávidos por un momento. Sentí nuevamente las ganas de arrancarle la piel al otro hombre con mis propias manos, pero nuevamente me calmé, y aún así él lo notó.
— Claro. — Continuó Oliver. — Eso que ella hacía conmigo era acoso. No me dejaba en paz. Por más que me negué muchísimas veces ella continuaba y llegó a ser incómodo... no me pude quedar ahí.
James soltó una bocanada de aire y le respondió casi enseguida. — ¿Cómo podemos estar seguros de que el acoso fue tal y como lo describes?
— Hay una paciente, Ariana. Ella lo veía todo, porque era su compañera de cuarto. Pero no creo que sea de mucha ayuda, desvaría demasiado. — hizo una pausa que pareció eterna y continuó. — Sus amigas, también lo saben. Aquellas que la visitaban. Puedo encararlas, no creo que mientan en mi cara.
Me puse un momento en el lugar de las chicas. Si este hombre era el responsable, no quisiera topármelo nunca. Me di cuenta que esta tampoco era la forma de descubrir algo certero y no podríamos enfrentar a este hombre con acusaciones sin pruebas. Tomé a James del brazo y lo miré tratándole de decirle que por hoy habíamos terminado con él. Él me miró de vuelta, extrañado, pero asintió. Le dijo a Oliver que tendríamos que pensar si esa situación era realmente necesaria y que lo acompañe a la salida.
Al volver se sentó en un sofá grande en el que yo también estaba, pero alejado. Estaba bastante pensativo. Yo no podía evitar recordar aquella situación en el sofá de su departamento. No pude evitar sentirme excitada por cómo me tocó y enojada por cómo me rechazó.
— ¿Por qué me rechazaste James? — escuché salir aquellas palabras de mi boca y no las reconocí como propias. Mierda.
Él me miró pero no respondió. Me enojé, me puse de pie y me paré delante de él.
— ¿No piensas decir nada?
Acto seguido, James se puso de pie lentamente y se colocó a mi espalda, puso una de sus manos en mi cuello y la otra recorría mi muslo izquierdo por debajo del vestido.
— ¿En verdad no tienes idea por qué lo hice? — me dijo casi en un susurro con los labios prácticamente sobre mi oído. Su mano continuo subiendo seductivamente hasta lo más alto de mis piernas, tanteó entre mi ropa interior y acarició suavemente por encima del mismo.
— Por que eres un idiota. — le respondí y me viré para besarlo y abalanzarme sobre él. No iba a dejar que se escape esta vez. Lo besé tan profundamente como me fue posible. El beso fue muy cálido y húmedo. Se notaba el deseo entre los dos; la lujuria, pero de su parte, había algo más. No me detuve a pensarlo y bajé mis manos hasta su pene para acariciarlo mientras en apretaba mi cuerpo contra el suyo con un brazo y con el otro amasaba uno de mis pechos. Yo sentía que iba a explotar, necesitaba que me cogiera ahí mismo, sobre el sofá o sobre el escritorio, en la calle o donde sea, necesitaba que me follara.
Bajé el cierre de su pantalón intentando sacar su miembro pero no me lo permitió. En su lugar me lazó al sofá y alzó mi vestido para luego ponerse en cuclillas frente a mi. Bajó las bragas y chupó dos de sus dedos mientras me miraba fijamente. Luego los introdujo suavemente para después masturbarme deliciosamente sin parar. Sus dedos entraban y salían y yo los acompañaba con mis gemidos a ritmo. Sus toques eran maravillosos, no sabía si podría aguantar mucho y la humedad de mi vagina lo confirmaban.
— ¿Todavía te parezco un idiota?— preguntó en voz baja, llena de excitación. Yo no pude hacer más que gemir y gemir a cada movimiento suyo. Entonces acercó su boca a mi clitoris y castigó con su lengua el que no le haya respondido. De modo circular y lo largo chupaba y lamía sin pena, y mientras lo hacía, nunca dejó de mirarme a los ojos. Era demasiado, tenía que explotar. Y así lo hice, mientras enterraba las uñas en el sofá.
James se puso de pie y lamió los dedos con los que acababa de hacerme sentir en el cielo. Se veía bastante satisfecho por lo que había hecho y con un gran bulto en su pantalón. Pero era evidente que no me iba a dejar tocarlo.
— Que te quede claro, que sí vas a ser mía, te quiero sólo para mí. ¿Entiendes?
En el modo más sumiso lo miré y asentí con la cabeza. Él quería algo serio.
*****
— ¿Para qué quieres hablar con ellas? ¡Ya olvídalo por favor!
— Rubs, por favor. Déjamelo a mí, necesito hablar con esas chicas. Ellas nos pueden ayudar.
Mi amiga torció sus ojos y buscó en su celular, fastidiada. Yo sabía que tenía que hablar con las mejores amigas de Alicia, porque si es cierto lo que dijo Litch* aquel día, ellas deben saber también sobre el abuso, y Oliver, también sobre Isaac. Obligatoriamente necesitaba hablar con ellas.
— Ya te envié sus contactos... y por favor, en serio. Ya no quiero saber más del tema.
*****
Conseguí una cita con Blair** para esa misma tarde. Litch nunca respondió, y por lo que me dijo Blair cuando le llamé, probablemente nunca pueda conseguir que me hable. Le comenté quién era y cuáles eran mis propósitos, pero no le dije explícitamente la información que necesitaba. También le comenté sobre mi encuentro con la otra chica en el cementerio. Toda esa narrativa me ayudó a convencerla de qué nos viéramos. Dudó mucho al principio, pero finalmente accedió.
El cabello rojo inconfundible de aquella foto, se encontraba sentado de espaldas cuando llegué al lugar de la cita. Blair era una chica de la misma edad de Alicia, aproximadamente y su semblante estaba pálido. Al igual que todos nosotros, estaba sufriendo la pérdida de su amiga. La saludé y le invité una bebida caliente.
— Antes de que preguntes cualquier cosa, debes saber un secreto con el que ya no puedo más.
Abrí los ojos de par en par. Esa chica iba a ser directa. No podía creer que iría a decirme semejante cosa sin siquiera saber absolutamente bien mis intenciones.
— Alicia era lesbiana. Y estuvo toda su vida enamorada de mí. — continuó.
— ¿Cómo? — le respondí muy sorprendida.
— Así es. Yo nunca le correspondí. Alicia se mató por mí.
------------------------------------------------------Personajes especiales en este capítulo
* TheLitchMonster : Ganadora del challenge de teorías.
**BlairVandort : Ganadora del challenge de teorías.
ESTÁS LEYENDO
Miss Cherry
De TodoCherry no es mi nombre real. Tengo la edad que quieras que tenga y me comporto como quieras que me comporte... No es cierto, a veces soy un poco perra. Juego con mis sugar daddies hasta que me aburro y los dejo. Me aprovecho de su dinero y a cambio...