Te elijo a ti...

Capitulo 17 "Te arrepentirás"

CAPITULO 17

—¿Por qué es tan importante lo que contiene ese teléfono Doryan? Que hizo que te arriesgues tanto.—Me pregunta Samuel al momento en que yo me encuentro intentando encontrar mis fotos.

Despego la vista por uno momento de mi portátil. —Es algo con lo que él puede dañarme en un futuro.

—¿Dañarte? ¿De qué forma?

—-No de manera física, pero si moral y emocionalmente. Puede destruirme.

—Ya veo. ¿Y qué piensas hacer después de haber eliminado lo que buscas?

—Aun no decido, si entregarle el teléfono o simplemente destruirlo.

—No creo que destruirlo sea la mejor opción, dado que ese tipo no se dará por vencido hasta recuperar lo que es de él. Y si lo destruyes esto no terminara aquí.

—En eso tienes razón, pero antes de devolverlo debo de asegurarme que toda su información desaparezca.

Regreso la vista a mi portátil, y comienzo con la exterminación de archivos del teléfono celular de Graham Hart.

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No soy consciente de cuánto tiempo pase frente a la portátil pero mi estómago comienza a rugir de hambre.

—También tengo hambre... — escucho a Samuel quien ya está en la cocina buscando comida. —Busco algo preparado pero no hay nada. Tendré que recurrir al plan b.

—¿Cuál es el plan b? ¿Cocinar?

Suelta una ligera carcajada. — ¿Qué?- pregunto.

—Cocinar nunca fu una opción, pensaba en pedir algo de comida o salir. ¿Qué te gustaría más? —

—Ammm... pedir algo para comer aquí, no tengo muchas ganas de salir.

—¿Falta mucho para que termines de eliminar lo que necesitas de ese teléfono?

—No, de hecho ya termine.

—Perfecto, entonces salgamos.

—No tengo mucho ánimo Samuel. Pidamos algo. Por favor.

—Está bien, ¿Qué se te antoja comer?

—¿Pizza?

—Es una buena idea.

—Y rápida, porque muero de hambre.

—Ya somos dos.

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Pasamos el resto de la tarde en casa, la pizza llego y decidimos ponernos a ver una película de terror que encontramos en internet. Odio ese tipo de películas pero confieso que fue una buena excusa para tenerlo todo el tiempo abrazado, estar cerca de él escuchando su respiración y los latidos de su corazón cuando escondía mi cabeza en su pecho cuando una escena me daba miedo y me reusaba a verla. El solo se reía de mí, pero me abrazaba con más fuerza, algo que me encanto que hiciera.

Pero se hacía tarde y él debía volver al hospital al lado de su mama. Mi madre había pasado toda esta tarde con ella y nos había estado informando de que estaba bien, que no había pasado nada relevante así que podíamos disfrutar otro momento juntos, pero Samuel no quería abusar, mi mama se había ofrecido a pasar la noche con ella y que el por una noche descansara pero se negó y en cuanto la película se termino quiso regresar a su lado.

—Si necesitas algo, llámame.

—Claro, gracias por esta velada, me hacía falta distraerme.

—Lo sé, y no es nada.

—Aun así, gracias. — Me tomo la cara entre sus manos, me quede inmóvil, solo esperando el momento en que el pusiera mis labios sobre los míos. Pasaron unos segundos y así lo hizo. Disfrute tanto ese beso, que empezaba a involucrar un sentimiento más fuerte y eso de cierta forma me asusto.

Me aparte de sus labios. —Ve con cuidado...— solo susurre.

El asintió y salió hacia su auto.

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Regrese a mi habitación, quería darme un buen baño de agua caliente, algo que ayudara a relajarme un poco y quitara todo pensamiento sobre Graham y lo que había pasado en los últimos días.

Estaba a punto de desvestirme cuando escucho que tocan la puerta, de inmediato me vino a la mente que a Samuel se le había olvidado algo, así que fui de inmediato a abrí.

—¿Ahora que se te olvido? — murmure al momento de abrir.

—A la que parece que se le olvido algo fue a ti maldita zorra— me tomo por el cuello y acorralo contra la pared.

Me estaba apretando con mucha fuerza, me era casi imposible respirar, me estaba asustando muchísimo que no fuera a parar y ahí mismo terminara muerta.

—Graham... — alcanzo a salir su nombre con mucha intensidad debido a que no tenía casi aire en mis pulmones.

Me observo por unos segundos más, y por fin me soltó. Tome aire inmediatamente pero mi cuello y garganta dolían terriblemente.

—Devuélveme mi malito celular o te juro te matare en este puto momento!...- en su cara podía ver reflejado el inmenso odio y coraje sabía que su amenaza iba a cumplirla si no le daba lo que quería.

—Está bien, te lo daré.- me levante como pude y fui por el a mi habitación.

Regresé con el teléfono y se lo entregue, lo arranco de mis manos.

—Maldita zorra, no vuelvas a hacer algo así o te juro te arrepentirás. – me dio una fuerte cachetada que tumbo.

Salió azotando la puerta y solo me quede ahí, en el suelo abrazando mis piernas, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.

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