Estoy segura.

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Los días pasan y todo está normal, bueno lo más normal que se puede. Entrenamos. Comemos. Entrenamos. Comemos. Así se resumen nuestros días. Peeta y yo cada vez estamos más unidos, si eso se puede. Últimamente estoy de mejor humor y aunque me cueste admitirlo sé que ese cambio se debe a Peeta. De alguna forma u otra él siempre me hace sonreír. Estoy muy agradecida con el. Él me ayuda a levantarme cada vez que caigo y él sabe que yo haría lo mismo por el. Daríamos la vida por el otro sin dudarlo. Eso llega a aterrarme de cierta manera. Él me dijo que no le quedaba nada porque vivir. Imaginarme una vida sin el. Es impensable. Si lo perdiera. Me moriría. Estaría muerta en vida. Borro esos pensamientos de mi mente y sigo con mi día.
Estábamos comiendo cuando llega Boggs y nos dice a todos los que estamos en la mesa que tenemos que ir a el área de psicología. No entendemos nada pero vamos sin objeciones. Cuando llegamos el doctor Aurelious nos estaba esperando. Nos sonríe y nos pide que nos sentemos. Cuando lo hacemos empieza a hablar.
-Bueno, sé que todos han terminado sus respectivas terapias pero falta la terapia grupal.-todos fruncimos el ceño.-Les explico. Les vamos a poner ciertas situaciones que ustedes hayan vivido. Por ejemplo les digo la palabra papá y ustedes me tienen que decir, dibujar o incluso cantar, si así lo desean, lo que les recuerde esa palabra o esa situación. Lo que trataremos de trabajar aquí es la manera de expresar sus sentimientos y/o pensamientos. ¿Alguna duda?-nos mira.
Todos negamos con la cabeza. Ya vi a donde quieren llegar. Honestamente creo que va a ser bueno para nosotros. En especial para mí que no me identifico por ser muy expresiva. Tengo que admitir que me da un poco de miedo esta terapia. Tengo miedo de que todos se enteren lo que pienso, lo que siento. Salimos de ahí y nos dirigimos a corresponder nuestros horarios. Pasa el día y no dejo de pensar en lo de la terapia. Me inquieta demasiado. Supongo que se me nota demasiado así que Peeta decide distraerme. Nos lleva a su habitación y debo decir que él es muy bueno distrayéndome. Deberíamos de "distraernos" más seguido.
Cuando estamos a punto de irnos del comedor llega Boggs y se dirige a Peeta y a mí.
-Señorita Everdeen. Le informamos que usted ha sido reubicada.  A partir de mañana usted compartirá habitación con el Señor Mellark, su esposo.-nos quedamos sin palabras.-La presidente se disculpa con ustedes por no hacer este cambio antes. Sin más que mencionar les deseo buenas noches.-Se retira sin más.
Todos nos quedamos estupefactos.
-Wow. Ya era hora.-dice Johanna con su característico tono sarcástico.
Todos nos retiramos y nos vamos a nuestras respectivas habitaciones. Hoy voy a dormir con mi Prim y mi madre. Va a ser la última vez así que lo aprovecharé. Me despido de Peeta y me preparo para dormir. Me despido de mi madre y de Prim y cierro mis ojos.

No logró conciliar el sueño. Las malditas pesadillas no me dejan dormir y ya me estoy empezando a desesperar. Decido salir al pasillo. Cuando cierro la puerta me encuentro con una sorpresa. Alguien está sentado en el pasillo. Alguien muy guapo. Peeta. Se voltea y me ve.
-¿No pudiste dormir?-me pregunta.
-No por mucho.-le confieso.
-¿Quieres hablar de ello?-me pregunta. No contesto y lo abrazo.
Hablamos por un rato y nos vamos a dormir.
Trató de pensar en esos hermosos ojos azules. Esos que siempre me transmiten calma. Y con esos pensamientos caigo rendida.
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Hola
Siento haber tardado tanto en publicar.
Me siento muy mal por eso pero ya volví.
La semana pasada y la mitad de esta fueron mis exámenes y no tuve tiempo para publicar.
Es un poco corto lo sé pero por algo se empieza.
Déjenme en los comentarios ideas para la historia o que quieren que pase.
Nos leemos pronto
😘😘

¿Y si algo fuera diferente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora