"Estare contigo."

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Estos dos días han pasado sin contratiempo alguno. Peeta se esta tomando muy en serio su terapia, así que se la pasa todo el día en ella. Solo nos vemos en las comidas. Lo que me tiene un poco triste es que no hemos dormido juntos. Extraño la sensación de sus brazos alrededor de mi cuerpo. Gale no me ha hablado desde lo que paso en el comedor. Honestamente, no estoy segura de querer hablarle por el momento. Algo que me sorprendió demasiado fue como se tomaron mi mama y Prim la noticia de mi relación con Peeta. Prim estaba súper feliz. Me dijo que ella siempre quiso eso, lo cual me extraño un poco. Y para mi gran sorpresa mi madre tenía una gran sonrisa de satisfacción en su rostro. Me dijo que ella siempre quiso que estuviera con la persona que amara y que esa persona me amara.
-¿Y quien mejor que Peeta para eso?-me dijo. -Estoy muy feliz hija.
Bueno, aparte de eso nada más ha pasado.
En este momento me encuentro caminando hacia el comedor. Bueno, prácticamente estoy corriendo. Ya quiero ver a Peeta. Cuando entro al comedor recojo mi comida y me dirijo a nuestra mesa. Como sospechaba todos ya estaban ahí. Las visitas de Annie con el psicólogo son cada vez menores. Johanna y Peeta están haciendo todo lo posible para recuperarse. Me siento a lado de Peeta, sus labios me reciben inmediatamente, yo solo sonrió contra ellos.
-Hola.-le digo.
-Hola.-me dice el sonriendo.
Nos la pasamos riendo toda la comida. Se me hizo raro que Peeta alzaba la cabeza cada cinco minutos, buscaba a alguien. Decido ignorar eso. Casi al final de la comida Peeta pregunta algo inesperado:
-¿Donde están mis padres?-pregunta. Todos nos callamos. Dios. Pensé que los doctores ya se lo habían dicho. Pensé que no lo había mencionado porque no estaba listo para hablar de ello.
-¿Qué?-pregunta Haymitch. Sin poder creérselo también.
-Haymitch ¿Por qué mi familia no me ha venido a visitar? -pregunta simplemente. Estaba buscando a su familia.
-Bueno, muchacho.-Haymitch solo busca las palabras correctas.-Ya te informaron de lo que paso en el doce ¿Cierto?
-Si. El bombardeo. Pero ¿Eso qué tiene que ver con mis padres?-pregunta. Me mira a mi, buscando respuestas.
-Peeta...-digo tratando de aligerar el golpe.
-Díganme ¡Maldita sea!-dice golpeando la mesa desesperado.
-Murieron en el bombardeo. También tus hermanos. No lograron salir.-dice Haymitch lentamente.
-¿Qué?-dice Peeta con lagrimas en los ojos.-Katniss, ¿Eso es cierto?-me mira y lo único que veo en sus ojos son lagrimas y la leve esperanza de que lo que le acaban de decir no es verdad.
-Lo siento...-le digo e inmediatamente me abraza. Siento como sus lagrimas caen en mi playera, pero eso es lo ultimo que me importa. Tengo que sacarlo de aquí. Lo levanto y trato de sacarlo de aquí. Cuando estamos a punto de llegar a la puerta un cuerpo se atraviesa en nuestro camino. Subo la mirada y veo a Gale. Maldita sea. Lo único que eso significa son problemas.
-¿No creen que sus muestras de afecto son muy frecuentes?-pregunta con un tono frío y amargo.
-Gale no es momento.-le digo tratando de esquivarlo.
-¿Por qué? Panadero ¿Te comió la lengua el ratón?-le pregunta en un tono burlón.
Eso enfureció demasiado a Peeta ya que en menos de lo que esperaba Gale había recibido un golpe de Peeta en la mandíbula. El golpe fue tan fuerte que Gale cayó en el piso. En este momento todo el comedor nos estaba observando. Así que antes de que otra cosa cosa pasara saque a Peeta a rastras del comedor. Pero el no se rindió tan fácil y antes de irse el grito:
-!Deja de insistir, ella es mía! ¡Siempre lo ha sido y siempre lo será!
Después de salir de ahí lo lleve a su habitación. Cerré la puerta con cerrojo,me voltee hacia el.
-Katniss, perdón por eso. Es que..
Antes de que siga diciendo estupideces lo abrazo. Lo ultimo que necesito es que el se disculpe. Tengo que aceptar que el, en cierta forma, se lo merecía. Lo importante es que Peeta se acaba de enterar de que toda su familia esta muerta y ni siquiera lo dejan desahogarse.
-Tranquilo, no pasa nada. Lo siento.-le digo. Se cuanto quería a su familia. En especial a su padre. Lo llevo a su cama y nos recostamos ahí. Se que esta llorando. No es necesario verlo a la cara, lo conozco.
Después de un rato el deja de llorar. Nos quedamos abrazados durante  un rato.
-¿Cómo te sientes?- le pregunto mirándolo a los ojos. El duda un poco, supongo que no sabe describir bien lo que siente.
-Bien.-me da una sonrisa medio triste.-Los voy a extrañar a todos. Demasiado. Pero voy a vivir por ellos. Me voy a levantar cada mañana por ellos. Voy a ganar esta guerra por ellos.-me dice y yo solo le sonrió. Después de un tiempo nos quedamos dormidos, sin querer saber nada del mundo por un tiempo.

Me despierto por el sonido de alguien tocando la puerta. Peeta abre y aparece Boggs.
-Katniss, Peeta. Despierten. Se les espera en Comando.
Peeta y yo nos vestimos y nos vamos. Cuando llegamos nos encontramos con Haymitch, Plutarch y Coin. Nos sentamos y Coin comienza a hablar.
-Mira Peeta, como ya sabes estamos en guerra. Y necesitamos que los dos sean el Sinsajo. Ese era el propósito. Sacarlos de la Arena y traerlos al Trece. Supongo que Katniss ya te ha comentado de que se trata ser el Sinsajo.-Peeta solo la mira fijamente. Tiene una mirada imprenetable y fría.
-Si. Lo ha mencionado. Nadie nos ha preguntado jamás nos ha preguntado si queríamos ser parte de esto. Estoy harto de que nos usen. -Peeta dice eso con un tono tan frío, pero cierto. Lo que el dice es tan cierto. Siempre nos han obligado a hacer lo que ellos quieren de una forma u otra. Inconscientemente Peeta y yo entrelazamos nuestras manos. Después de eso dejo de poner atención. Me des concentro totalmente. Pasan minutos, horas. Hasta que escucho por parte de Peeta:
-Esta bien. Acepto. -lo dice en un tono calmado. Me volteo a hacia el. Me envía una mirada tranquilizadora. Yo solo le sonrió.-Pero con una condición. A Katniss y a mi se nos informara de todo. De todo. ¿De acuerdo?- Coin solo se le queda viendo. Trata de intimidarlo, pero eso es imposible. Finalmente dice:
-De acuerdo. Se pueden retirar.
Peeta y yo caminamos hacia el comedor y comemos en paz. Después de eso nos vamos al entrenamiento.
Cuando acabamos el entrenamiento nos vamos a su cuarto a recoger su pijama. Luego nos vamos a el mío. Y nos acostamos como acostumbramos. Sus brazos alrededor de mi cuerpo y mi cabeza en su pecho, justo donde esta su corazón. Ese sonido me relaja.
-Gracias. Por todo. Por estar conmigo. Por soportarme. Por todo.-me dice el.
-Peeta, no tienes nada que agradecer. Eso lo hago porque quiero. Me sale sin mas. Así que no agradezcas nada. Siempre estaré contigo. En la riqueza y en la pobreza, en la salud y en el dolor y todo eso. Estaré contigo. - después de eso lo beso. Y obviamente el me lo devuelve. Nos la pasamos así un rato y después de un tiempo nos quedamos dormidos.

¿Y si algo fuera diferente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora