Sin fingir.

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Me despierto ya que siento que alguien me está observando fijamente. Ese alguien tiene unos hermosos e intensos ojos azules. Instintivamente sonrio.
-Buenos días.-dice Peeta sonriendo.
-Buenos días.-respondo y me acomodo en la cama.
-¿Tuviste pesadillas?-me pregunta. Y me doy cuenta de que no he tenido ninguna. Y no me extraña. Peeta tiene ese efecto en mi. Es como si mi cuerpo solo estuviera en paz cuando estoy con el.
-Ninguna ¿Y tu?
-Ninguna.
Nos paramos de la cama. Me meto a la ducha y dejo que el agua caliente recorra mi cuerpo. Siempre he tomado la ducha como uno de mis momentos de paz. Me relajo. Tardo aproximadamente 10 en ducharme. Me doy cuenta de que se e olvido mi toalla. Dios ¿Qué hago? Puedo salir, tomar mi toalla rápido y volver aquí. Pero Peeta me puede ver. Maldita sea. Tengo que llamarle, no hay de otra. Me cubro con la cortina de la regadera, al menos sirve de algo.
-¡Peeta!-grito.
-¿Si? ¿Qué pasa?- me pregunta del otro lado de la puerta.
-Se me olvido mi toalla. ¿Me la podrías pasar, por favor?-le pregunto y sin saber porque me sonrojo fuertemente.
-Esta bien. Espera.-lo oigo alejarse y espero en el baño. Oigo como se abre la puerta y trato de cubrirme más con la cortina.
-Aquí te la dejo.-dice el mirando a el otro lado del baño.
-Esta bien. Muchas gracias.- le digo y espero que se retire. Cuando lo hace suelto la cortina y me seco con la toalla. Me pongo el asqueroso uniforme del distrito y me hago mi habitual trenza. Salgo del baño y Peeta termina de arreglar un poco del desastre que hay en la habitación.
-Oye, no era necesario que arreglaras aquí.- le digo mientras arreglo mis cosas.
-Lo sé. Pero quería hacerlo. Sabes que me gusta el orden.-me dice sonriendo.-Me voy a duchar. Me muero de hambre.
Después de 10 minutos Peeta y yo ya estamos en camino a el comedor y vamos a muy buena hora. Lo único malo de ir ahora es que todo el distrito esta ahí. Peeta me toma de la mano.
-Y bien ¿Qué hizo mi novia ayer?-me pregunta.
-Ya sabes. Lo de siempre. Preparar los spots y todo eso. Soy la ultima en la cena. Y en las comidas.- le digo. Siento que le tengo que decir lo de ayer. No quiero mentirle. Así que empiezo y espero que no se enoje demasiado.
-Te tengo que decir algo. Por favor, no me interrumpas, hasta que termine me preguntas lo que quieras. ¿Está bien?
-De acuerdo.-me dice frunciendo el ceño.
-Bueno es que ayer , como ya te había dicho, fui de las últimas en ir a cenar. De hecho solo estábamos Gale y yo.-noto como de tensa a mi lado pero no dice nada así que continuó.-Estuvimos hablando. Hasta que de repente el me dijo algo muy raro.-el me mira interrogante.- El me propuso que fuéramos más que amigos.-la cara que el pone es inexplicable.-Yo, al principio, pensé que era una broma. Pero al parecer el lo decía en serio. Yo le explique que yo no lo veo de esa manera y jamás lo hice. El me pregunto que si había alguien más y le dije que si.-en ese momento el pecho de Peeta se infla con orgullo y pone una media sonrisa.-Después de eso salí del comedor y el empezó a destruir el comedor. -Peeta solo sonríe. Yo frunzo el ceño. Pensé que se enojaría o algo, pero no. Solo sonríe.
-Toma una foto va a durar más.-me dice.
-¿Por qué estás sonriendo?
-¿Qué tiene de malo? ¿Ya no se puede sonreír?
-No es eso. Es que pensé que te ibas a molestar o algo parecido.-le digo.
-Mira, no te voy a mentir. Al principio si me moleste, demasiado. Pero oír que para ti hay alguien más. Hizo que se me olvidara por completo.-me dice.
Ya entiendo.
-Oh-digo.
-Así que ¿Hay alguien más, eh?-me dice sonriendo.-¿Quién es el afortunado? ¿Lo conozco?
Sonrío involuntariamente.
-Tal vez lo conozcas. Mira el es muy guapo. Tiene unos hermosos e hipnotizantes ojos azules. Tiene unas hermosas pestañas que siempre que puedo las observo como si mi vida dependiera de ello. Tiene un perfecto cabello rubio. Siempre que me abraza me siento totalmente fuera de peligro. Me siento segura. En paz. Es muy dulce, bondadoso, fuerte. Siempre sabe que decir. El es la perfección en persona.-le digo. Entonces siento como sus ya conocidos brazos me rodean. Yo solo disfruto de ese abrazo.
-Oye, por mas que me gustaría quedarme aquí tenemos que ir a comer.-le digo y rompo nuestro abrazo.
-Esta bien. Oye, ¿No te preocupa que los demás nos vean juntos?-me dice.
-¿Eso qué significa? Todo Panem sabe que estamos juntos. Para Panem se supone que estamos casados. Se que en ese momento era diferente, pero ahora no. Y no me molesta en absoluto decir que estamos casados. Y si no llegamos a el comedor ahora te comeré a ti.-le digo. El se ríe, me toma de la mano y nos vamos corriendo a el comedor. Al llegar a el comedor decido que matare a Peeta. Todo el distrito esta aquí. Justo lo que quería evitar. Gruño y voy por mi comida. Peeta me sigue el paso. Nos sentamos con mi mamá, Prim, Haymitch y Effie. Comimos en paz. Hablamos de lo no apetitosa que es la comida de aquí. En toda la comida siento la mirada penetrante de alguien de la otra mesa. Se de quien es. No es necesario que voltee. Gale. Y al parecer Peeta también lo nota ya que se acerca a mi oído y me dice:
-Si el sigue mirándote así tendré que hacer algo al respecto. 
Después de un rato llegan Finnick y Annie acompañados de Johanna. Aunque los que ya estaban en la mesa ya habíamos terminado,  esperamos a los recién llegados. Nos la pasamos riendo. Peeta y yo nos la pasamos abrazados todo ese rato. Gesto que los demás no pasaron por alto.
Cuando decidimos irnos seguía sintiendo la mirada de Gale. Estábamos a la mitad del comedor. Justo donde todos nos veían. De repente siento las manos de Peeta en mi cintura y como junta sus labios con los míos. No estoy totalmente de acuerdo en que Peeta decida besarme en medio del comedor pero tampoco digo nada. Las ya conocidas sensaciones que siento cuando Peeta me besa no tardan en aparecer. Nos separamos por aire y nos vamos inmediatamente del comedor.
-¿Porque hiciste eso?-le pregunto.
-Bueno, te dije que si Gale no dejaba de verte así tendría que hacer algo al respecto , así que lo hice. -me dice como si fuera lo más obvio del mundo pero sigo sin entender. Creo que Peeta entiende mi expresión ya que prosigue.-Marque mi territorio. Quiero que sepa que tu eres mía. Y de paso a todo el distrito.
-Tu estas loco.-le digo sonriendo.
-Loco por ti, preciosa.-me dice y yo me sonrojo.
Después de eso pasamos el día siguiendo nuestro horario y en la noche volvemos a dormir juntos.

¿Y si algo fuera diferente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora