ADVERTENCIA: Si eres una persona religiosa no recomiendo que leas esta frase.
Hace un tiempo, conocí un hombre.
Él me dijo que no necesito llorar, que la vida es bella si te apegas a alguien.
Ese alguien era Dios.
Él me dijo que todo iría bien si buscaba un amigo. Un amigo poderoso. Un amigo que me ama. Un amigo que, sin importar qué, nunca me dejaría a la deriva.
Ese hombre me dijo que con Dios, todo mejoraría.
Y le creí. Busqué refugio con alguien que millones idolatran. Busqué a un amigo que me ayudaría.
Lo buscaba con oraciones. Los buscaba con rezos. Lo buscaba con suplicas. Lo buscaba con llantos. Lo buscaba con misericordia.
Pero él nunca apareció. Lo busqué hasta cansarme, le pedí hasta perder el aliento. Aún así, todo empeoraba. El mundo decaía. Más inocentes se iban. Más culpables mejoraban.
Por más que recé, nada resultaba. Después de un tiempo, me di cuenta de algo.
El problema no fue intentar pedir ayuda. El problema fue creer que un mito podría llevarse todo el dolor.
Le dije al hombre, que pedirle a alguien que crea en una fantasía, por más reconfortante que sea, es cruel. Él me dijo que mi fe no era sincera, que era arrogante, que iría al infierno.
Pero ¿es algo religioso decirle a alguien que irá al infierno por no creer en Dios, sin importar cuán franca sea su inconformidad? ¿Acaso es malo estar tan inconforme, al punto de haber perdido la fe? ¿Cómo puedo mantener una fe a base de mentiras?
El problema nunca fue que yo no rezara lo suficiente, el problema es que nadie estaba escuchando.
![](https://img.wattpad.com/cover/17961064-288-k724744.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Psicoanálisis de una mente deprimida.
RandomEste libro NO pretende promover ni alentar a las personas a auto lesionarse ni a envolverse en un desorden alimenticio. Este es un proyecto con fines de autoayuda donde plasmo ideas y sentimientos, donde pretendo desahogarme escribiendo, en lugar d...