Día 13

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Nos levantamos más pronto de lo normal, ya que al ser el último día teníamos que hacer las maletas y despedirnos de todos. Nos dijeron que el bus saldría después de comer, así que hicimos las maletas, recogimos los móviles y bajamos todo al patio donde nos recibieron el primer día.

Nos dejaron toda la mañana libre para jugar o hacer lo que quisiésemos. Yo me fui a jugar al rugby, ya que Ben, uno de los monitores, era de Inglaterra y sabía jugar con normas olímpicas o algo así nos dijo. Después de que nos lo explicase un par de veces, comenzamos a jugar. Alex iba en el equipo contrario, pero siempre me dejaba pasar y marcar punto. La mitad de las veces, para que no fuese cantoso, hacía como que me agarraba de una pierna o del hombro y me escabullía escapándome de sus manos, aunque en realidad me dejaba pasar. Sólo no me dejó pasar una vez, que me agarró de un tobillo y caí rodando por el suelo, pasándole el balón sin querer a su equipo. Me levanté y seguimos jugando. Mi primo, que es muy poca cosa e iba en mi equipo, cada vez que Alex lo cogía o le bloqueaba para que no pasase, volaba y caía al suelo.

Cuando nos dijeron que dejásemos de jugar, que pronto saldría el bus, nos fuimos a la puerta donde estaban todos haciéndose fotos y escribiendo las despedidas. Aproveché y le pedí a Clara que nos hiciese una foto, salimos penosamente mal, por lo que Irene pidió hacernos otra foto, pero esta con su cámara interior del móvil. No se veía nada bien, pero la satisfacción de tener 2 fotos con él me bastaba.

Empezamos a despedirnos de todos los monitores y de nuevo rompimos a llorar. Óscar nos dijo mientras nos abrazaba en grupo, que nos iba a echar muchísimo de menos y que esa semana había sido genial gracias a nosotros.

Coco me dijo mientras me abrazaba que siempre iba a ser su "go pro de los caballos", como él me llamaba siempre, me dijo que me iba a echar de menos y me deseó suerte para el concurso que tendría ese domingo y en el que quedé en quinta posición.

Al acabar de despedirnos de todos los monitores y de todas las personas que habíamos conocido, nos subimos al bus y cogimos sitio. De repente escuché unos golpes en la ventana, y al girarme vi Óscar, que también estaba llorando, mientras nos gritaba que nos echaría muchísimo de menos.

El bus salió y poco a poco se fueron secando nuestras lágrimas.

Al rato, cuando ya estábamos todos más calmados, me empezaron a decir que quien era el chico que había conocido y que les contase cosas sobre él, lo que me hizo acordarme que tenía su número y decidí hablarle, pero ya me había hablado Juan, diciéndome que Alex se había dejado el móvil en su casa y ni si quiera se lo llevó al campamento, así que tendría que hablar con Alex por su móvil.

Estuvimos hablando unos 45 min, hasta que mi autobús paró para que estirásemos las piernas y demás.

Me estaba quedando sin batería, así que le dije que me avisase cuando llegase a su casa.

Cuando me avisó de que había llegado ya era tarde, y puesto que yo tenía el ensayo general del concurso al día siguiente, me despedí y me fui a dormir.


Mientras el mundo se derrumba, nosotros nos enamoramos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora