Indiferencia

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Cartas que nunca llegarán (5), Alex.

Tuviste un partido a principios de Febrero, te hablé al acabar para preguntarte qué tal había ido y me dijiste que había pasado algo y no podías hablar en ese momento, que cuando llegases al vestuario me hablarías, pero nunca llegó ese mensaje.

Pasaban los días y yo no quería perder la esperanza de que me hablarías, quería ver de nuevo ese "escribiendo..." que tan nerviosa me ponía. Pero nada, absolutamente nada. Llegué a plantearme si debía hacerle caso a los que me decían que esta vez era definitivo, que esto había tocado fondo, pero no quería rendirme, aunque me lo ponías difícil.

En ese tiempo conocí a un chico. Bueno, más que conocer, se podría decir que nos reencontramos. Este chico antes salía en el grupo de mi primo y hace unos años nos intentaron "emparejar" y salió mal, pero en el reencuentro pareció que congeniábamos bien. Los días siguientes seguimos quedando ambos grupos, y puesto que yo estaba un poco deprimida por que tú no me hablabas, se acercó para preguntarme qué me pasaba, y entre unas cosas y otras acabó besándome. Me dijo de intentarlo aun sabiendo que yo tenía a alguien en mente, y como tú no me hablabas y yo estaba empezando a perder la esperanza, decidí intentarlo.

A los pocos días de que empezase con ese chico, me hablaste aclarándome una cosa que te habían dicho las de mi clase, y cuando te enteraste de mi nueva relación te enfadaste conmigo, pero no entendí del todo bien porqué. Porque al fin y al cabo tú y yo no éramos nada, y con la indiferencia que mostrabas hacia mí, tenía claro que nunca conseguiría nada contigo. No quieres estar conmigo, pero no quieres que esté con nadie. No sé si será porque soy rubia, pero no lo llego a entender.

Apenas duré un mes y medio con el chico, pero al menos parecía que todo volvía a la normalidad entre tú y yo. Creo que esto simplemente me sirvió para darme cuenta de que sí te importo, por poco que sea. Pues si realmente las posibilidades fuesen nulas te hubiera dado igual con quien estuviese o dejase de estar. Y también para confirmar la famosa teoría de la gente, un clavo no saca nunca, nunca a otro clavo.

Tú, como de costumbre, sigues picándome con mis amigas. Yo, como de costumbre, sigo cayendo en tus juegos y deprimiéndome más. Qué ilusa soy, como no me doy cuenta ya que lo haces únicamente por joderme, por ponerme celosa. Pero de esto tampoco entiendo el porqué.

Dicen que el amor no es amor si está constantemente doliendo, y que si no sabe lo que quiere es porque no te quiere a ti. Pero en este caso lo que me confunde es tu bipolaridad, porque si no supieses lo que quieres estaría claro que a mí no, pero si un día me quieres y al siguiente me vacilas, ¿es porque me quieres o porque no? Intento hablar cuerdamente contigo y pocas veces lo consigo, y de esas pocas la mitad me evitas el tema, pero si hablando en serio me dices que me quieres, y vacilándome quieres a todas mis amigas menos a mí, ¿qué pienso?

"Si te van a querer a ratos es mejor que no te quieran" me han dicho, pero si con un mísero rato tuyo me conformaría y debido a la distancia ni eso puedo permitirme. Entonces, ¿me dejo querer a ratos o no dejo que nadie me quiera? He tomado muchas decisiones difíciles en un período muy corto de tiempo, y a fin de cuentas es cierto que todas han tenido algo que ver contigo, con "nosotros". Antes de decidir la solución de todas y cada una de ellas he pensado en ti, en tu punto de vista o en si te molestaría que hiciese o no hiciese eso. No me gusta depender de nadie, y mucho menos de un chico, pero es algo que hago inconscientemente y no sé cómo detener eso.

Ha cumplido un año que nos conocimos y después de tantos días hablando diariamente por teléfono, compartiendo tantos momentos buenos y malos y conociéndonos tanto, es difícil no pensar en el punto de vista de la otra persona o cómo valoraría esa situación si de él se tratase.

Tras un largo año de espera, al fin, si todo sale bien, nos volveremos a ver en unos meses, en un campamento organizado por el colegio, similar a donde nos conocimos.

Por ahora estamos bien, diría que mejor que nunca, pues no sé cómo salió el tema pero acabamos sacando en claro que ibas a venir a pasar una día conmigo en unas pocas semanas. Como no te gusta salir mucho, y tú vendrías a escondidas sin el permiso de tus padres, dijiste que no querías estar por la calle, porque aunque seas de fuera, es cierto que en mi pueblo te conoce bastante gente, apenas nadie físicamente, pero toda persona que me conozca mínimamente a mí, sabe que existes.

Empezamos a pensar donde estaríamos durante el día porque mis padres no podían saber sobre tú existencia, y tampoco podíamos estar en la calle. Pensé pasar el día en un piso que tienen mis padres del que yo aún tengo llave pero que nunca va nadie, lo malo es que no sabía en qué condiciones estaba puesto que hacía meses que no entraba nadie. Decidí contarle la situación a mi hermano ya que él ha pasado por más o menos lo mismo y al ser mayor tiene más experiencia y me podría dar algún consejo. Me dijo que lo mejor sería contárselo a mis padres y así podríamos pasar el día en mi casa, y ya se encargaría él de que mis padres no nos molestasen mucho.

A los pocos días se lo comenté a mis padres, y para variar (nótese la ironía), empezaron con las bromas y los piques de que "mi amigo" iba a venir aposta a pasar el día conmigo desde muy lejos. A la semana ya lo habían olvidado y no me volvieron a comentar nada más sobre él.

Te pregunté si al final vendrías el día acordado, y me enviaste una conversación en la que tu entrenador decía la fecha de los partidos y justo tú estabas convocado al partido que coincidía con el día que supuestamente ibas a venir.

Decidimos que la primera semana que no tuvieses partido vendrías.

Mientras el mundo se derrumba, nosotros nos enamoramos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora