Narra Des
Por inercia me acerqué al chico que estaba burlándose e hice notar mi presencia, tanto fue esto que hice hasta que me mirara a los ojos. —Tú. ¿De que te ríes? – pregunté serio, obvio sin esperar una respuesta a la pregunta, pero vaya sorpresa...
— ¿Que no te has escuchado? ¡Parecías una mujer en peligro! ¿No es cierto? – todos guardaron silencio... Éste idiota ya se creía mucho solo por ser el capitán del equipo de fútbol de la Universidad.
—Cállate. – le espeté. –No sabes qué se siente que te acosen – paré de hablar en ese momento. No, no me pondré a lamentarme enfrente de todos, mejor es que lo humille. –, y la verdad yo no tengo la culpa de ser tan guapo. A comparación de otros...– lo miré mal cruzándome de brazos, como si me diera asco.
Rió. — ¿Tú? ¿Guapo? – se echó a reír como si un buen chiste le hubieran contado. – ¡Pero si apenas tu madre puede verte! ¡Todos salen huyendo de ti! ¡Tú eres la puta que se les insinúa! – giró su cabeza buscando quién lo apoyase, pero por suerte para mí, nadie lo hizo.
Esas palabras arruinaron todas las intenciones de humillarlo que tenía, estas fueron reemplazadas por unas ganas de romperle toda la cara a golpes.
"Ya no lo soporto."
Antes de que se diera cuanta, mi puño ya había impactado su cara, haciendo esta acción que cayera repentinamente al suelo.
Se quejó desde el suelo. Llevó su mano a la nariz, tocándola y fijándose de que algo no anduviera mal, pero obviamente que eso de salir sin ningún rasguño no sería posible; creo que le rompí la nariz. Tentó suavemente su labio superior, notando como un líquido rojo bañaba su dedo.
"Mierda, hay sangre..."
Cuantos sus compañeros de mesa se percataron de lo que había sucedido, se levantaron sin pensarlo y me miraron con unas ganas de golpearme que nadie se las quita; afortunadamente, el chico golpeado los detuvo al instante y luego suspiró para luego reír irónicamente. —Escucha, no haré nada por ahora, pero si vuelve a ocurrir algo así...– me enseñó el dedo lleno de sangre. –Te daré lo que te mereces... pequeña putita. – aunque no lo parezca, esas palabras hieren...
Solo me di vuelta, dejando de lado este asunto que acaba de ocurrir, y también así ignorando al chico que me amenazaba.
"P.T, llegaste muy lejos..."
Salí de la cafetería enojado y lleno de coraje, ganas no faltaban para pegarle al que se me pusiera enfrente...
— ¡Des! – "Hablando de golpear a alguien"; escuché una voz que se dirigía rápidamente hacia mí. – Lo siento. – me tomó del hombro e hizo que que girara a verlo.
"P.T, aléjate..."
No contesté nada... Estaba muy dañado. Tenía ganas de llorar, sentía coraje, tristeza, odio... Ni siquiera podía hablar, si lo intentaba o incluso abría la boca, dejaría escapar sollozos y eso acabaría para mí rompiendo en llanto.
Ya tuve suficiente... Ya me cansé...
"¿Escondí muy bien mis sentimientos o se les engaña muy fácilmente? Con tan solo una sonrisa se creen que soy feliz. Qué gran amigo tengo para darse cuenta."
—Perdóname ¿sí? – dijo indiferente. –Me pasé, lo siento y esas cosas... Ahora, perdóname. – Oh por dios... él se cree muy popular, cuando apenas me tiene a mí, hasta cree que lo perdonaré.
—No sabes qué se siente...– musité con voz quebrada. –No sabes qué se siente que te digan: basura, monstruo, bastardo... marica. – dejé escapar un sollozo, pero me arrepentí y tapé mi boca con mis manos. "Me hizo llorar, lo odio". Estos sentimientos provocaron que le dedicara una mirada furiosa...
Cuando me calmé lo suficiente como para decir unas palabras seguí —No sabes cuanto te destruye que te digan eso: Que no le importas a nadie. Y tú, abusando de mi confianza y aguante...– ya no podía hablar, me sentí fatal... Noté como lagrimas estaban por salir, pues mi vista se hacia borrosa. –He estado aguantándote, pero solo por pena. Ahora mismo podría estar con mejores que tú. Ellos no serian unos bastardos como tú. – prácticamente le escupía en la cara, y poco a poco me enfurecía más. – Ellos no me dejarían pasar esa vergüenza. Escucha, muchos han querido salir conmigo, y adivina qué: los he rechazado... ¡Solo por ser cumplido contigo! – finalmente exploté. Siempre me guardaba las palabras, pero mi paciencia tiene un final. Él solo se limitó a bajar la cabeza, arrepentido.
— ¡Solo por pena he estado contigo! ¡Aunque no los hubiera interrumpido a ti y a la chica, no te habría aceptado! ¡Eres odioso! ¡Un bastardo! ¡Nadie te acepta por eso! ¡Siempre interrumpo por lo mismo! ¡para que no te lastimen! ¡Y mírame! Tú eres el que me lastima a mí. – las quejas y sollozos se convirtieron en gritos, llamado la atención de muchos. – Solo aléjate... Por-Por favor...– supliqué. Era estúpido pero, si no lo hacia, terminaría dandole un golpe.
Sin siquiera mirarme, dio media vuelta y se fue. Parecía arrastrar los pies y respirar entrecortadamente, ¿lo he hecho llorar? —Qué bueno que por fin no me he contenido...– me dije, limpiando las lagrimas de mis mejillas.
Voltee a ver a mi alrededor, encontrándome con muchachos que miraban expectantes. En serio, no soporto que me miren así, es decir, con miedo. Como si de un monstruo se tratase.
— ¿¡Qué miran!? – gruñí y ellos parecieron parar de respirar por unos segundos, antes de tomar firmemente sus cosas y alejarse casi corriendo.
"Como los demás."
Me dirigí al camino por donde se suponía llevaba a los dormitorios, pero para mi mala suerte, me encontré con el que menos quería.
— ¡Hola Des! – saludó feliz "conejo", pero al verme, su sonrisa cambió a una mueca de preocupación. – ¿Qué ocurre? Dime quien lo hizo, ¡lo golpearé! – soltó puñetazos al aire, fingiendo así que golpeaba a alguien, supongo que para hacer me reír, pero ahora mismo no puedo reír, incluso si me ponen al comediante más famoso. No puedo más.
—No. No quiero ser grosero, pero no te metas ¿sí? No quiero que te hagan algo...– en realidad le harían lo mismo que a mí, y eso es sumamente cruel... No quiero que pase lo mismo con él, es demasiado inofensivo.
—P-pero, quiero ayudar...– me dijo con una cara triste – ¿por qué no me dejas? – con el humor que tengo ahora, no estoy para discutir con tercos como él... ¿por qué no desviar el tema?
—Simplemente no. – di por terminada esa conversación. –Sé que no va con el tema... Pero, ¿quién era la chica con la que estabas en la mañana? – pregunté. Mala idea, amigo.
Antes de contestar, rió con nerviosismo y me miró a los ojos. —Era mi... linda novia, ¿no crees eso? – su cara se iluminó en cuanto la mencionó, y mi corazón se encogió cuando la mencionó.
"¡Lo que faltaba!"
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Sí, lo sé, es corto, pero trataré de ser puntual ahora en adelante.
Espero os guste...
Adiós mis Whiters ⚪️✨
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Dulce Sangre -PAUSADA/EDITANDO-
RomanceEn la universidad en donde asiste -más que estudiar- el Rey de los vampiros: Marshall Lee, resulta que transfieren al príncipe del reino más reconocido -el dulce reino, en donde todo está hecho de caramelos y todo parece ser felicidad...-: El Prínci...