What I Feel For You

Capítulo 4

|MEET & GREAT IMPROVISADO|

—Hace tiempo que quería decirte que yo estoy...

—¡¡¡______!!! —gritó Vicky desde la otra esquina donde había cortinas negras —¡ya los vi! ¡por Dios! ¡ya vi a Foster! ¡ven ven, rápido! —decía eufórica.

—¿¿Qué?? —eché un grito sacandome de ese momento —¡oh Dios! hay que ir rápido Antón ¡vamos!

—ah... —se quedó callado una milesima de segundo —ah sí, sí vamos —dijo algo cabizbajo tratando de alegrarse por lo dicho.

Fuimos corriendo hacia donde estaba la susodicha, y definitivamente pudimos ver a los chicos, desde un pequeño angulo, pero los vimos, ahí estaban ellos.

—¿qué hacemos aquí paradotes? ¡Andando! —dijo Vicky emocionada.

—¡espera! —dije repentino —tengo nervios, no sé, siento que mis piernas no responden a lo dice mi cerebro. Siento balbucear.

Y la verdad sí, quería moverme pero estaba congelada. Me sentía tan nerviosa, jamás había sentido esto en mi vida.

—yo igual, estoy nervioso, presiento que mi inglés fracasará delante de ellos —comentó Dani.

—pero hay que ir ya —dijo Vicky renegando como pequeña niña.

—todos aquí estudiamos muy bien el inglés en la preparatoria, no hay problema de ello, así que mantengan la calma —argumentó Cristofer.

—¡ya rápido, antes que se vayan! —volvió apurar Victoria —olviden esos nervios.

Empezamos a dar unos pasos, entre sí y no.

—Aguarda —la detuve con mi unica mano sana —mira... — apunté con mi dedo indice —se están quitando el maquillaje del rostro, mejor vamos cuando se desocupen, no quiero fotos con ellos con caras a medio lavar.

—bien, esperemos, así también para que se les quiten los tontos nervios —agregó.

Solo observabamos todo lo que ellos hacian desde donde estabamos, yo sentia fallecer cuando veía sonreír a Mark, es que él es perfecto, no sé que vaya ser de mi cuando hable con él, si tan solo cuando veo una foto de él me da un paro cardíaco. Preparen el funeral de _____.

Cuando ya habían termiando de desmaquillarse, todos nos miramos entre sí, dandonos a entende que era hora de ir con ellos. Caminamos hacia la banda, cada vez menos centímetros nos distanciaban.

Era una bomba de tiempo que no tardaba en explotar.
Y el momento había llegado, estabamos aquí, con ellos, frente a frente... ¡MAMÁ ESTABA CON FOSTER THE PEOPLE!!
El tenerlos aquí delante de mi, era un sueño.
Trate de controlar los gritos de emoción apretando mis labios, solo quería tener la mejor apariencia de fan, pero creo alguien hizo todo lo contrario.

—¡¡¡aaaaaaaahhhh!!! —esa era Vicky la gritona —¡hola hola! ¡Ay Dios! ustedes son tan, taan ¡grandiosos! ¡Los amoooooo! ¡¡aaaaaahhh!! —gritaba y gritaba. Todos ellos sonrieron ante el comportamiento de esta loca, no creo que sea la primera vez que vean una chica así.
El resto de mis amigos decían un monton de cosas favorecedoras de la música de la banda.

—Porfa, firmen unas cuantas cosas para mi ¡porfis! Se los agradecería —les dijo Vicky y el resto les siguió, mientras tanto yo, callada como un tronco, no tenía la menor idea del porqué estaba asi, simplemente era un transe de shock. Solo me hacía desperdiciar mi tiempo.

—claro —dijeron casi todos al unísono.
Ví como Dani y Cristofer hablaban con Cubbie y Sean, firmando discos, Antón estaba pidiendo firma a Isom. Mi transe seguía, solo pensaba en dónde iba a empezar, qué iba a decir, y lo principal, trataba de no llorar como magdalena como lo hice durante el concierto.
Me animé y fui con mi Jacobo y Touca para recibir sus autográfos, sinceramente estaba en blanco, pero al final salieron mis mejor palabras para ellos, les demostraba lo feliz que me hacían, les decía un sin fin de cosas, y en realidad estos chicos eran super simpaticos, muy amables, buenas personas, y lo mejor, graciosos, era lo que yo imaginaba. Me hacían sentir la mujer más valiosa en aquel momento.
Quería acercarme a Mark, el era como mi punto fijo, era mi mayor deseo, pero aún seguía con Vicky, que estaba muy bien etretenida viéndolo; no quise interrumpir, así que seguí pidiendo mis autografos a mis pertenencias. Varios me peguntaron qué me había pasado en el brazo, y yo tenía que recitar mi anecdota de mi caída.