Capítulo 33

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|SMOKING|

~*~ ____ ~*~

Ijoles... —musité entre dientes mi natal español viendo a la puerta del frente con algo de miedo.


Sonaba de lo más absurdo decir que había conocido a una persona por una lata de frijoles, pero era cierto, muy cierto.

Walska Leenus Voznesenskaya
–y no amigos, no es un trabalenguas–  mi vecina del 4E, adicta al Rock metal y a las zanahorias con mayonesa, una chica que a primera vista sientes que te llevará al mismo infierno por su apariencia algo... ¿Satánica?

En mi primera mañana en el departamento, tuve que salir a comprar algunos víveres puesto que aquí ya no había servicio a la habitación –era lógico idiota, esto no era el hotel–, aunque tenía su lado positivo ya que comería lo que se me vinieran en antojo, es decir, bienvenidos mis almuerzos mexicanos.

Ese día, al regresar después de las compras, me topé una chica algo..., inusual en las escaleras, y sí, tuve un poco de miedo ante su intimidante estatura y apariencia. Recuerdo que yo iba con algunas bolsas muy pesadas, pero de ninguna manera le pediría ayuda a esa chica, aunque mi brazo ex-yesado gritara lo contrario. Al llegar a mi puerta, vi que ella vivía en el departamento de en frente, y no, no me sentía nada a gusto sabiendo que estaba viviendo a unos metros de mí esa..., vampiresa.
El punto es que una de mis bolsas plásticas se rompió gracias al peso, dejando caer los productos de ella.

—Genial —musité entre dientes. Entonces reparé mi vista en la lata de frijoles que había comprado, ésta rodó por el suelo siguiéndole los talones a aquella chica dark por la puerta, era gracioso porque parecía que la seguía y ella ni en cuenta, pero luego al entrar cerró la puerta dejando dentro de su departamento mi lata, mis riquísimos frijoles—. Perfecto —emití en sarcasmo soltando un quejido. Proseguí a levantar las cosas que habían caído para luego entrar a mi estancia y dejarlas en la barra de la cocina. Regresé al marco de la puerta recargandome en este teniendo mi mirada al frente, justo a la placa metálica que adornaba su entrada, tenía tallado un rudo 4E junto con una estrella de seis picos; vaya decoración tan linda ¿no?—. Es tu lata ____, debes ir por ella, te costó un dolar setenta y cuatro centavos —me decía en voz alta, así que sin más rodeos cerré la puerta de mi departamento para ir al de ella; al fin de cuentas tenía que conocer a mis vecinos, no importando como sean.

A punto de que mis nudillos golpearan su puerta, casi como alguna alarma, resonó por dentro una música con un volumen demasiado alto, una canción demasiado escandalosa, sin duda era genero metal, lo deducí por que en ningún momento de la canción escuché un canto, sino gritos.

«¡¡¡The reckoning, the sickening
Back at you, subversion
Pseudo-sacred with psycho virgin...!!!»

¡Qué mierda!

En verdad parecía un batallón de tambores entre demonios ahí dentro.

No soy fan de este género musical, y no la hago de menos, pero no hay que negar que es algo aterrante y peturbador.

Toqué varias veces que fueron en vano, ya que ni me escuchaba, pero por obra de milagro, bajó el volumen de la música para posteriormente abrir la puerta.

Probablemente toqué muy fuerte.

—¿Qué? —emitió con voz ruda. Era alta, tez muy blanca, casi leche, sus ojos eran grandes y azules, los adornaba un grueso contorno negro de delineado que hacía que su mirada fuera más profunda. Tenía perforaciones en la nariz y cejas; y sin duda lo que mas llamó mi atención fue su atuendo y su cascada larga de cabello color azul, literalmente azul, un tono como de la noche.

What I Feel For You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora