XII

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(Leer este capitulo escuchando primero: Runaway de AURORA, de la playlist Army Play en el usuario con el link de mi biografía. Y a partir de la parte marcada con un asterisco cambiar a Stitches de Shawn Mendes en la playlist también.)

-Ella... ella salió el otro día de la habitación a media noche y se marchó, lo ha estado haciendo por las noches, solo que nadie se daba cuenta.- dijo con la voz temblando como si sus cuerdas vocales fueran velas de un débil velero en medio del océano.

-Eso no puede ser, ella no haría eso.- contesté con poca seguridad en mis palabras.

-¿A caso no ves como se está comportando? ¿Que más necesitas Silvie? ¿Un cartel con luces de neón?- apreté mis manos en dos puños y negué con la cabeza. Aun que me costara reconocerlo era así, ella estaba en lo cierto.

-No necesito ningún absurdo cartel.- entré en la habitación andando hasta mi cama y el baúl a los pies de esta donde guardaba mis cosas.- No soy tonta.

-Se lo que vi.- dijo detrás mía.

-Se que lo viste.- me levanté con otra camiseta y otros pantalones simples.- Siento no poder procesar las cosas tan rápido, he tragado agua por horas, o por lo que han parecido horas.- me froté los ojos con las yemas de los dedos y solté un profundo suspiro.

Oir esas palabras de su boca hacían que mi culpa aumentara, porque yo estaba haciendo exactamente lo mismo. Lo peor de todo probablemente sería que mi cabeza quería sentirse culpable y no me sentía para nada culpable. Porque era tan imposible que algo se estuviera forjando dentro mía con tan solo besos y palabras sucias. Él se estaba aprovechando de mi estancia aquí, de que probablemente no me iba a volver a ver, que me iba a ir pronto y que mientras pudiera iba a hacer lo que pudiera.

Y no. Porque esa etapa de ser tan tan enamoradiza quedó en mis estúpidos quince y sus chiquilladas correspondientes. Y porque en este juego había sitio y tiempo para que jugáramos los dos. Aun que sus pasos fueran dos hacia delante y los míos uno de ida y otro de retroceso, no iba a salir de esta con las mejillas coloradas, llenas de lagrimas y destrozada.

Todo esto pasaba mientras entraba en el baño donde todas se bañaban menos Mariana que estaba quitando su camiseta mugrienta de su pecho.

-¿Qué te ha pasado ahí?- pregunte quitando mis botas y dejando los calcetines en el suelo. Ella apretó los labios en una fina linea y me miró, una sonrisa claramente fingida e incomoda se dibujó en sus labios.

-Ya sabes, entrenamiento.- levanté una ceja y me crucé de brazos no conforme con su respuesta.

-¿Qué has hecho en el entrenamiento?- ella hizo una mueca y se quitó los pantalones.

-¿Eso que más da?- preguntó y una leve risa surgió de su garganta.

-No voy a preguntar más por hoy, pero porque ya hemos tenido suficiente.- saqué mi camiseta por mi cabeza dejándola junto a los calcetines y desabroché aquellos incomodos pantalones.

-Todos y cada uno de los días aquí son demasiado, ¿por qué hoy debería ser especial?- dijo Antia saliendo de la ducha mientras secaba su pelo con una toalla y cogía su ropa.

-Simplemente estamos... más cansadas y eso, las pruebas han sido agotadoras.- ella asintió y se sentó en el banco de metal que había entre los percheros y los bancos del mismo material y en el mismo estado que había a cada lado pegado a cada pared.

-Yo creo que el general Payne me tiene manía.- dijo Aria mientras se sentaba al lado de Antia. Todas la miramos.

-No que va, te adora.- contestó a su derecha con sarcasmo. Ella hizo una mueca de disgusto.

M.O.R.A.L (First Part) mature h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora