Al llegar a la planicie nos dimos cuenta de que era demasiado grande y llena de monstruos como para cruzar así sin mas , habían desde simples animales furiosos, hasta grandes dragones que se encontraban ahí por motivos de apareamiento, en ese momento Edward comenzó a hablar.
-La Planicie Rompe Cráneos, es la maldita planicie rompe cráneos, como es que llegamos a un lugar como este- digo esto mientras su dragón lo acariciaba Dianna.
-Que esa planicie de la que hablas?- le pregunto Dianna.
-En simples palabras, es el lugar en donde mucho dragones vienen a procrear...-
Al decir eso me recorrió un escalofrió desde la cabeza hasta la punta de los pies, esto era malo ya que teníamos que cruzar y habían muchos dragones tanto en tierra como en el cielo y no podíamos subir en el dragón de Edward por el hecho que eramos 3 y un dragón pequeño que no era precisamente liviano así que teníamos que ir caminando, cosa que a nadie le gusto por obvias razones, las que creo que no es necesario mencionar.
No sabíamos que hacer así que preferimos buscar los materiales necesarios como para hacer un refugio y algo de comida para nuestros dragones y esperar a la noche cuando los dragones salvajes durmieran.
-Edward, por casualidad le tienes un nombre a tu dragón?- le pregunte tímidamente, creí que me diría que eso era tonto.
-BahBruniik- fue todo lo que dijo él con una sonrisa en su rostro.
Al verlo así me pareció algo raro ya que mi corazón latía muy rápido, no sabia lo que me pasaba en realidad, Edward me miro fijamente a los ojos.
-Ira Salvaje- fue todo lo que digo y partió a buscar algo de leña para el fuego.
Me di cuenta que mis mejillas estaban algo rojas producto de la escenita que había sucedido , algo raro ya que esto no me había sucedida antes en mi vida... Para ser sincera ya muchos chicos del pueblo me habían tratado tierna mente pero no era por cosas de sentimiento, era mas bien algo carnal, los chicos eran unos idiotas pero Edward... Edward era algo diferente a ellos y me había dado cuento de esta la primera vez que lo vi en ese bosque.
-E... Espérame Edward, no me dejes aquí sola- dije corriendo hacia él.
La noche era algo hermoso, una gran luna llena y despejada, era algo bello el poder contemplar el silencio absoluto de la noche, pero me sentí algo observada por detrás y cuando me voltee lo vi... Era Edward quien me estaba mirando fijamente como cuando lo conocí, esto me había parecido raro así que decidí preguntarle lo que pasaba pero antes de poder preguntarle algo el dijo...
-Te pareces tanto a ella- dijo mirándome a los ojos tierna mente.
Al decir esto me puse como un tomate.
-A... a... a qui... quien Edward?!- Dije muy nerviosa y avergonzada de la situación en la que estaba.
Edward se había dado cuanta de lo que había dicho y al igual que yo se puso aun más rojo.
-A... Ashley no... no es lo que parece, no quería molestarte es que...- Lo interrumpió una risa que venia de mi.
-Ay lo siento, es que... Te ves tan tierno al decir eso-
-N... No me molestes Ashley!- dijo esta poniéndose aun más rojo.
-Ella era alguien a quien realmente amaba con todo mi ser- dijo esto seriamente mirando al cielo estrellado.
-Y donde esta ahora?- pregunte ingenuamente... Nunca debí hacer preguntado eso.
-Muerta...- Dijo esto ultimo muy serio y mirándome a los ojos.
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Una historia de Dragones
FantasiSu nombre es ashley una pelirroja, de ojos azules, delgada, ya con 20 años un dragón se situó en su pueblo y dejando un huevo esta decide cuidar de el por su cuenta y esto dará un giro para que pueda salir a una gran aventura