-¿Sabes cómo hacerlo, bebé? –pregunta Julián con un tono de voz muy ronco, un tono de voz que con solo escucharlo consigue calentar mi sangre.- ¿Sabes cómo chupármela? –sus dedos juegan lentamente con mi cabello viendo maravillado en la posición erótica en la que me encuentro, en un intento mío de ser sensual lo que parece que está funcionando pues libera este adonis unos gruñidos que hacen que ese tatuaje que lleve en su pectoral crezca y suba a la par de su acelerada respiración al yo rozar lentamente con mi nariz su traje de baño rojo, muy lento acariciando su trozo de carne.- ¿Algunas vez se lo has mamado a alguien? –sus palabras sucias y grotescas despiertan mucho deseo en mi cuerpo, niego lentamente con la cabeza trazando lentos círculos con mi nariz por toda su gruesa hombría que se ha ceñido mucho más por el agua de la ducha que moja el cuerpo de ambos, agua fría que no combate de buena manera la calentura que hay actualmente en nuestros cuerpos, agua fría que se convierte en caliente al bajar lentamente por nuestras semidesnudas fisionomías.- Bien será un placer guiarte en el proceso, será un placer ser tu profesor. –mi corazón late a la par que mi glande.- De momento solo sigue haciendo eso, que es perfectamente delicioso. –
Asiento con la cabeza mientras lo empujo levemente con mis temblorosa manos haciendo que libere un fuerte gruñido en el preciso instante que su espada choca contra los frpios azulejos negros que dan un toque muy elegante a este lugar en el que nos encontramos encerrados, ahora el agua que sale de la ducha solo llega a caer sobre mí cabello bajando solo un poco la calentura que se ha instalado, mis manos las fijo de una manera atrevida y segura en sus dos nalgas dándole leves masajes, disfrutando de la sensación de la palma de mis manos al acariciar su traje de baño que se ha ceñido a tan firmes nalgas mientras saco lentamente mi lengua rodeando su ceñido glande de una manera lenta y sensual, él asiente con la cabeza conforme sus manos ahora se fijan en mi espalda dándome leves golpe haciendo que solamente ante sus caricias toda la sangre descienda de una manera desenfrenada hasta mi hombría que poco a poco cual Lázaro comienza a despertarse.
Miro maravillado por sobre mis pestañas el deseo y satisfacción que se ha impregnado en sus orbes vedes se siente tan bien ser yo quien provoca todo esto en ese adonis, su lengua se pasea lentamente por su labio asintiendo con la cabeza.- Hazlo, confío en ti. –me anima y yo simplemente decido hacerle caso, muerdo delicadamente su trozo de carne aun protegido por la tela que deseo romper pero me controlo concentrándome en dar leves mordiscos y acariciar en la parte de atrás sus dos firmes glúteos apegándolo más a mí, quedando prácticamente con mi boca fundida en su entrepierna, succiono lentamente.- Oh sí, Edward, sigue, bebé. –libera mirándome fijamente pestañando conforme sus pectorales retumban, su dragón se ve mucho más atractivo, demasiado.- Oh sí, Oh sí. –
Sus gruñidos bañan toda la ducha de su cuarto, o nuestro cuarto como le dice él pues no le importa compartir lo suyo conmigo y mejor prueba es está, está compartiendo conmigo su deseo, ambos deseamos esto, ambos lo ansiamos. Sigo frotando mi nariz contra su dureza dejando que el choro de agua descienda por mi cuerpo lentamente haciendo que mi cabello negro se apegue a mi frente, poco a poco conforme sigo con mis lentas caricias siguiendo mismo patrón –lamer todo su tronco, chupar el glande visible por sobre la tela, morder delicadamente cada centímetro, acariciar y dar leves pellizcos a sus firme nalgas- repito una y otra vez eso mismo por unos largos minutos, que para mí solamente parecen segundos, siendo recompensado por su gruñidos de placer. Su cuerpo que se había secado ya pues no le caía agua ahora se ve cubierto por una ligera capa de sudor haciendo que sonría triunfante por yo haber hecho que eso pase, me siento tan orgulloso.
Sus piernas se abren un poco más en el momento que mi lengua desciende hasta la base y comienzo a rozar con mi nariz ahora en sus dos sacos que son muy perceptibles, dos grandes sacos de semen que buscan su liberación y yo encantado se los daré hasta dejarlo seco. En estos momentos me olvido del tabú que ha sido el sexo para mí, en esto momentos mi instinto animal sale a relucir con tan sexi hombre que me mira maravillado batiendo rápidamente sus gruesas pestañas mientras su rostro trigueño se compunge de dolor por la prisión de la tela que hace a su miembro, lo sé porque a mí también me está comenzando a doler mi entrepierna.
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Solo una Noche (Gay)
Romansa¿Quién diría que todo cambiaría en una sola noche? Era solamente una noche de sexo, nada más, nunca se me cruzo por la cabeza que le gustase. Era mi cumpleaños número 18 y quería descontrolarme por un solo día así que entre a aquella discoteca...