Nuestros flácidos siguen rozándose entre sí, me encanta sentir la textura de su trozo de carne, me encanta sentir su tonificado cuerpo sobre el mío, me encanta su calor. Nuestros vellos púbicos un poco pegajosos por nuestras respectivas liberaciones se entremezclan formándose uno solo, un solo nido de finos vellos negros que rodean nuestro falos, un solo cuerpo en conjunto mientras permanecemos completamente abrazados, mis manos acarician su espalda extensa aferrándome a ese lugar cuando su mano de él se remueve en mi interior, aún sumergida haciéndome ver nuevas estrellas.- Tranquilo pequeño. –me susurra Julián y está vez su voz si obtiene su propósito, consigue calmarme mientras doy unas cuantas arañadas a su espalda.- Aráñame todo lo que quieras pero para que saque mi mano necesito que relajes tus piernas. –asiento lentamente pero estar en completa oscuridad no ayuda mucho, los segundos comienzan a pasar y él reparte castos besos en mi hombros desnudo para calmarme.- Eso es relaja todo. –lentamente saca su mano, lentamente hasta poder lograrlo y cuando lo hace siento un vacío en mi interior. Un vacío que provoca que mi miembro nuevamente se endurezca a la par que lo hace el de él, suelta una carcajada.- Sí que somos imparables pero será mejor que descansemos un poco ya que tienes mañana clases. –
Asiento de mala gana, es verdad pero joder no puedo quedar nunca satisfecho de este hombre, siempre quiero más, me estoy volviendo en un adicto al sexo, bueno un adicto al sexo con Julián, mi vista se ciega ante tan impactante claridad, entrecierro los ojos al quitarme por completo la venda y cuando ya logro ver normalmente los abro a la par que Julián retira su pesado y escultural cuerpo de mí, me remuevo un poco en el columpio provocando un balanceo que sería magnífico si su pene estuviera erecto esperando para enterrarse en mí tal cual ha hecho hace minutos, supongo aunque he perdido la noción del tiempo al estar junto a él y cuando veo hacía donde se encuentra aquel sexi hombre me quedo sin aire por unos segundos, su cuerpo desnudo, sudado con leves toques blanquecinos en su abdomen de nuestro semen causando que sus vellos se peguen más a esa parte, su falo colgando entre sus piernas siendo rodeado por el pegajoso nido que forma sus vellos pero lo que me vuelve completamente loco es ver como se mete un dedo a la boca, la misma mano supongo que ha estado inspeccionando en mi interior como si fuera un pene, ha sido mejor que un pene tenerlo dentro de mí moviéndose.- Eres delicioso, pequeño. –
-Gracias. –tartamudeo con mi garganta que de pronto se ha tornado seca, mi corazón comienza a bombear sangre a toda velocidad sin dejar de ver su cuerpo magistral desnudo, sus verdes ojos brillan mucho más y porque no menciona nada ni está con el ceño fruncido reclamándome es buena señal de que no ha escuchado esas dos tontas palabras que se me escaparon en un momento de cegamiento mental ¿Qué se yo de querer? Es mejor olvidarme de eso lo antes posible. Mi dedo inconscientemente se pasea por mi abdomen no tan marcado como el de él, froto con mi yema aquel líquido caliente depositado ahí dentro de mi ombligo y ante el aparecimiento de un nuevo intenso brillo en sus orbes verdes me chupo el mismo dedo, saboreando el dulzor, el amargor combinado con el perfecto sabor a Julián, mi lengua traza lentos círculos sobre mi dedo mientras la otra mano inconscientemente y con vida propia aprieta lentamente mis tetillas provocando que lentos jadeos se me escapen a la par de unos gemidos.- Tú también sabes delicioso. –
Niega divertido volviendo a caminar en mi dirección, dando unos cuantos pasos hasta sentir practicante sus finos y pegajosos vellos rozando mi aún abierta entrada.- Bueno de cierta manera también estás probando tu propia liberación. –me causaría normalmente vergüenza pero con este hombre, con este dios del sexo estoy aprendiendo a conocer a un nuevo y mejorado Edward, un Edward que me encanta mucho más, un Edward más deicidio y sin tabús, un Edward que actualmente únicamente quiere disfrutar del sexo con él.- Deja de hacer eso. –gruñe cuando siento su erección, la cabeza de su miembro tan palpitante y erecta dando contra mi abierto agujero, su blanda cabeza.- No podemos follar nuevamente sino te dejare parapléjico de por vida, ha sido mucho por hoy. –
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Solo una Noche (Gay)
Romance¿Quién diría que todo cambiaría en una sola noche? Era solamente una noche de sexo, nada más, nunca se me cruzo por la cabeza que le gustase. Era mi cumpleaños número 18 y quería descontrolarme por un solo día así que entre a aquella discoteca...