Capitulo 14

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Salgo de mi ensoñación –luego de un largo tiempo en que pensaba en vaguedades- al el sexi hombre sentado mi lado tan relajado, estacionar su auto en el parqueadero delante de las puertas abiertas de par en par de la universidad y como es de esperar, tanto el auto carísimo y el hombre guapísimo que lo conduce atrae por completo la atención de todos los alumnos que ya han llegado a tempranas horas de la mañana donde hay aún solo un poco de neblina, alumnos y profesores miran hacía mi dirección haciendo que me encoja en el asiento del copiloto por la excesiva atención que me prestan.

-Entonces como hemos acordado el sábado llevamos tu ropa y tus cosas para que te instales en mi departamento y a partir del día domingo vivirás conmigo, trabajaras conmigo. –parece muy orgulloso.- Yo seré tu jefe y dueño. –habla Julián con una sonrisa, amplia sonrisa que ha mantenido intacta, sin borrarse desde que acepte quizás la peor decisión que he tomado, pero ya está hecho, es una realidad, me iré a vivir con él y no hay arrepentimiento, aunque por más que lo busque y lo busque, por más que intente encontrar alguna negativo, no encuentro nada de que arrepentirme, quizás esta sea la mejor decisión que he tomado o quizás no.

Todo puede pasar en la perra vida que llevo así que es mejor no entusiasmarme y llevar las cosas con calma.

Más seguro de mí mismo tomo aire, inflando mis pechos e ignorando los cuchicheos que se comienzan a formar a las afueras del lujoso y negro coche que extrañamente no es conducido por su chofer, ni siquiera sé para que lo tiene pues casi ni lo emplea. Volteo mi cabeza para mirarlo enteramente mientras me desabrocho el cinturón de seguridad de seguridad que comenzaba a apretar mi cintura, al igual que siempre el aire que contenía en mi cuerpo se ve evaporado cuando poso mi castaña mirada en su polo negro, polo negro ceñido a sus firmes pectorales marcando sus tetillas, mi cerebro se comienza a embriagar lentamente por el deseo que se comienza a formar en el ambiente, deseo que incrementa al ver como su lengua se frota lentamente contra su carnoso labio inferior, al ver esos hoyuelos en sus mejillas cubiertos por la barba tan negra como su cabello mojado que se pega a su frente, al ver aquel brillo especial en sus orbes verdes pero el mismo deseo explota como fuegos artificiales dentro de mi cabeza al ver el bulto que hay en su entrepierna y que él se lo acaricia lenta y tentativamente con una mano luego de haber dejado de sujetar el volante del auto.

Esto parece un sueño, esto parece una película, una erótica película que me pone los sentidos a alerta.

Esta es mi realidad, al parecer él es mi propio sueño. Él es con lo que más he soñado a lo largo de mi vida, lo que más he deseado quizás en mis bajas pasiones, un hombre que me haga probar el límite, que encienda mi adrenalina al estar con él, una pasión peligrosa. Un hombre que nunca pensé se fijaría en mí y es maravilloso saber que el bulto que crece en su entrepierna es únicamente mío, yo he despertado a su miembro, yo soy el causante del deseo que quizás él también siente... Por mí.

La carpa en su pantalón también negro es jodidamente caliente pero más caliente de seguro ha de ser el palo de carne, grueso palo de carne, que lo forma rodeado de sus finos vellos que me gusta chupar al igual que sus sacos... Mi corazón se acelera.

-Sí que no te cansas de decirlo. –me pronuncio recuperando la cordura que se había esfumado al mirar perdidamente lo que más deseo de él, hablo ignorando la dureza que también se comienza a ceñir en mi pantalón al el deseo concentrarse netamente en ese lugar, hablo jugando con el suelto cinturón de seguridad y no prestando atención a la maestra que se ha caído al suelo –de rodillas- rompiéndose su tacón, ahora ella es la acreedora de todas las miradas de los alumnos y maestros, miradas con burlonas pues es la menos querida, la más odiada.

Solo una Noche (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora