Recuerdo que la primera vez que te vi fue en la entrada de la escuela de artes, en septiembre de dos mil trece, muy pocos días después de haber terminado mi mudanza.
Me fijé en tu camiseta de Lana del Rey, tus ojos grisáceos y todos tus pendientes de aros, anillos y el septum de tu (adorable) nariz. Aunque fue casi imposible no fijarme en tu larga melena negra y todos tus tatuajes.
Estabas preciosa aquel día, Kháos...
Fumabas con los cascos puestos mientras una chica pelirroja no paraba de hablarte. Supongo que me hiciste tan poco caso como a ella y ni siquiera levantaste la mirada cuando pasé por tu lado.
Te habrías reído a carcajadas si alguien te hubiera dicho que algún día no podrías apartar tus ojos de mi.
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Kháos. Primer libro.
Short StoryEs fría y lejana, pero es mi satélite al fin, y me deshago en polvo de estrellas por ella. © 2015. Iulia Kosztandi. Todos los derechos reservados.