·herida·

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Recuerdo que no podía dormir, que aún sentía que mi corazón no estaba en el sitio de siempre y que no latía como de costumbre. Pero, ¿cómo se supone que debe latir un corazón roto?

Esperé y esperé hasta que podría decir que esa situación acabó. En algún momento, fuera cual fuera, mi mente se quedó en un negro como el de tus alas y plumas.
Y voló muy lejos aquella noche.

Kháos. Primer libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora