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Rápidamente se fue el verano y ya era tiempo de regresar a los Estados Unidos, nos esperaban largos días en alta mar, la verdad poco se notaba el viaje en semejante barco, mi equipaje se había aumentado por la cantidad de ropa y cosas que me llevaba del viaje, sin duda esta había sido la mejor experiencia de mi vida.

Al llegar a Los Ángeles, todo estaba igual, nos esperaba el chofer de Brittany junto a su padre y su madre, como siempre perfectamente vestidos. Yo fui la primera en llegar a casa, Colton y Susan esperaban por mí en la entrada, al verme casi me asfixian con el abrazo que me dieron, eso fue agradable, tenía tiempo sin sentir esa necesidad de mis padres hacia mí, inclusive Scarlet me abrazó al llegar; al entrar a casa me tenían globos en la sala y una pancarta que decía "Bienvenida a casa Ashlee", cosa que me dio algo de sentimiento

-Gracias enana_ Scarlet sonrió. Les entregué los regalos a todos

-¿Cómo estuvo el viaje?_ preguntó mamá

-Excelente, todo es tan diferente a acá, una cultura bastante inspiradora_ mientras estaba sentada en el computador pasando todas las fotografías del viaje

-¡Wow! Ya veo que la pasaron bien..._ mamá hizo una pausa y frunció el ceño <<oh, oh>> cerré inmediatamente el programa de fotos_ espera un segundo, abre de nuevo las fotos_ tuve que hacerlo_ ¿Por qué en ninguna foto aparecen los padres de Brittany?

-Porque... porque son mis fotos..._ me miraba fulminantemente

-Nunca has sabido arreglar mentiras ¿Ashlee, fueron solas a ese viaje, no es cierto?

-Sí, fuimos solas, solo con chaperona... pero mamá estuvimos bien, nada nos pasó

-¡Nos mentiste Ashlee! Espero que hallas disfrutado tus vacaciones porque estas castigada, nada de salidas, nada de diversión. "Encarcelada" en casa hasta que inicien la escuela

-Pero mamá...

-¡Sin peros Ashlee!

-¿Por qué siempre han sido así? ¿Por qué no pueden ser como los padres de Brittany? ¿Tienen que ser tan correctos siempre? Adoptando la pose de padres perfectos_ Susan me bofeteó enseguida_ ¡ODIO MI VIDA!

-Es lamentable que odies tu vida, porque esta fue la que te tocó vivir

-Cuando digo que odio mi vida, eso los incluye a ustedes_ Susan reaccionó de inmediato, sus ojos se llenaron de lágrimas que obligó a retener, su expresión se debatía entre triste y furiosa. Salió de mi habitación.

Me eché a llorar en mi cama, Brittany siempre tuvo lo que yo siempre quise, el amor incondicional de sus padres, claro, era de esperarse, era hija única, tenía dinero, a Ian, popularidad, belleza y yo solo tenía... esto.

Pasó una semana, y mi encierro no había cambiado, no había hablado mucho con Brittany, ya que me bloquearon el acceso a internet y me quitaron el celular, en eso tenía que darle crédito a Susan y Colton, eran los mejores imponiendo castigos. Me dispuse a limpiar mi habitación, estaba hecha un completo asco, ni siquiera había terminado de desempacar lo que traje del viaje. Bajé por trapos, plumero, escoba, productos de limpieza, a pesar de ser una chica "rebelde" me agradaba hacer limpieza eso me desestresaba un poco; me coloqué los audífonos con mi iPod y me dispuse a asear mi habitación. Desempaqué una a una las valijas hasta que cayó al suelo la lámpara antigua que compre, se abrió en dos por el impacto contra la superficie; la recogí y recordé al hombre que me la vendió, la verdad era una "antigüedad" estaba desgastada <<¿cómo pude comprar esta basura?, no Ashlee, recuerda que comprar antigüedades es cool>> me fui hasta donde estaban los productos de limpieza y busqué algo que pudiera sacarle brillo a esa cosa, para que al menos sirviera de adorno en mi habitación. Traté de pulirla, pero no sucedía nada, le di con entusiasmo hasta que esta se calentó y la solté de golpe, una brisa caliente me azotó

-Nunca había visto a alguien frotar mi lámpara con tanta pasión_ me espanté, un hombre había aparecido en mi habitación de la nada

-¿QUIEN ERES? ¿QUE HACES AQUÍ? ¿DE DONDE SALISTE?

-Tú frotaste la lámpara, eso me convierte en tu esclavo..._ no podía haber escuchado cosa más absurda. Sentí los pasos de alguien subiendo las escaleras, era Susan que me llamaba preocupada, cerré la puerta de mi habitación, al voltear hacia el sujeto este se había desaparecido, Susan abrió la puerta de golpe

-¿Te sucede algo? Escuché gritos

-Estoy bien, solo vi una araña mientras limpiaba, nada sobrenatural o extraño pasa aquí_ Susan me miró extrañada, salió de mi habitación y cerré la puerta de nuevo, la ola de aire me abatió una vez más seguido de la aparición del sujeto_ Estoy soñando ¿no es cierto?

-No, estoy a tus completas órdenes_ era un hombre alto, de un metro noventa, vestido al estilo oriental, pantalón blanco suelto, camisa mangas largas blanca desabotonada hasta el pecho, un turbante del mismo color, descalzo; era de complexión musculosa –no demasiado-, o al menos eso parecía, de rostro exageradamente perfecto, cara perfilada, rasgos árabes, ojos grises, llevaba barba algo desordenada, cejas gruesas, cabello oscuro aunque no se le veía por el turbante y la particularidad más grande que tenían los orientales: la mirada intensa, estaba parado rígidamente con las manos unidas al frente_ seré tu esclavo, haré lo que desees, tienes 3 deseos la cual yo debo cumplir, al realizar tu último deseo paso a otro amo, los de....

-¡Un momento! ¿Qué me estás diciendo? ¿Que eres un genio? ¿No deberías ser azul, musculoso?

-La cultura occidental nos llaman genios, pero originalmente nos llaman Djinn

-Esto debe ser una broma. ¿Quién te envió?

-Nadie me envía, cada amo nos encuentra. Tienes derecho a 3 deseos, pero tienen reglas: No puedo matar a nadie, no puedo hacer que nadie se enamore de nadie, no puedo resucitar a nadie y una vez pedido el deseo éste no se puede revertir, el efecto es para siempre_ no podía dar crédito a lo que mis ojos veían y lo que mis oídos escuchaban

-Dame una prueba de que eres real_ movió sus manos y mágicamente mi cuarto se ordenó por sí solo. Abrí los ojos exageradamente

-Espero que esto sea suficiente

-Sí, lo es... ¿así que eres "mi esclavo"?_ no sabía el por qué pero me agradaba esa idea

-Así es

-Tengo 3 deseos... ¿puedo pedir lo que sea?

-Si, en efecto si, respetando las leyes de la naturaleza, sí. Yo te aconsejaría pensaras bien lo que deseas, no todos los días te venden un genio que puede cumplir tus deseos_ sonrió pícaramente, eso me sonrojó

-¿Y tienes nombre? ¿O solo te digo genio o Djinn?

-Mi nombre es Hazim_ hizo una reverencia delicada y subió la mirada lentamente, fija hacia mí, él me intimidaba.

Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora