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Tenía cientos de papeles sobre el escritorio, facturas, pagos por autorizar, eso sin contar el informe sobre narrativa que tenía que entregar a primera hora en la universidad, tenía un fuerte dolor de cabeza, era difícil concentrarse la verdad, ese día en especial toda la gente del periódico estaba más agitada que nunca

-Ashlee, tienes una llamada en espera_ entró la idiota de la recepcionista

-¡Amanda, sabes que tienes que tocar la puerta!_ hice un pausa para inspirar hondo y no asesinarla_ tráeme una aspirina y un vaso con agua, la cabeza me va a explotar

-¿Y la llamada...?

- ¿Cual llamada? ¡Ah...! No lo sé Amanda, no estoy para nadie

-Dice que es importante

-Todos dicen lo mismo, vete ya y tráeme la aspirina

-Su nombre es Dimitri_ el corazón me dio un brinco

-¡Hubieras empezado por allí! Pásame la llamada y tráeme la aspirina. Toca la puerta antes de entrar para la próxima_ pasaron pocos segundos cuando sonó el teléfono de mi escritorio_ Lawrence... ¿Tanto hay que esperar siempre para poder hablar contigo?

-Te dije que no debías llamarme al periódico

-No contestas tu celular_ revisé y tenía el celular en silencio con varias llamadas perdidas

-Pues, vuelve a llamar_ colgué. No demoró en repicar mi celular

-Ya el sistema está instalado y conectado con la cuenta

-¡Bien! Esta noche te llevaré el adelanto entonces_ colgué la llamada. Ya mi plan estaba en marcha. Terminé mi turno de trabajo y salí a las 5.42pm del periódico directo al centro de Los Angeles, era una noche lluviosa y andar en bus lo hacía más complicado

<<toc, toc>> se escucharon pasos en el interior del apartamento. Abrieron la puerta

-Llegas temprano

-Toma tu dinero, mañana ya puedes iniciar_ me dispuse a irme, me tomó por el antebrazo

-¿Te vas tan pronto?_ había una sonrisa pecaminosa en su rostro

-Ni lo pienses Derek..._ me arrebaté mi brazo con delicadeza y salí del edificio

...

Esa noche de los premios, Hollywood era un caos, gente por todos lados, periodistas por doquier, todos hablaban conmigo pero en realidad no ponía atención a ninguno, estaba ida, posiblemente los martinis estaban haciendo efecto

-¿Ash, te sientes bien?_ me preguntó Ian preocupado

-La verdad no, quiero irme a casa

-Vamos a llevarte a casa_ me brindó una sonrisa y me dio un beso breve en la frente

-¡Ian! Ven para que conozcas algunos ejecutivos de Fox, están interesados en conocerte_ nos alcanzó Nancy

Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora