Capítulo 5

23.6K 1.1K 43
                                    



Narrado por la chica molesta:


Habían pasado dos meses y tres semanas desde la última vez que vi a Alto, y me sentía muy culpable por ello quizás actué muy a la defensiva, inmadura y berrinchuda, pero parte de mí no quiere seguir sufriendo por perder personas, ni por sentirme abandonada constantemente, no quiero arriesgarme a sentir nada por nadie ni mucho menos a no estar segura si esta persona solo desea pasar un rato y dado a como han pasado las cosas, quizás solo fue eso, un buen rato.

Entro a la casa color vainilla.

—James ¿estás aquí?

El calendario marcaba viernes, todos los viernes venía a visitar a James, tenía cincuenta y dos años de edad, y era un gran amigo de la familia. Para mí ha sido como un abuelo y un segundo padre, siempre ha estado en los buenos y no tan buenos, agradezco al cielo tenerle, quien sabe que sería de mi vida sin sus consejos y compañía.

—¿Qué tal mi pequeña?

Saluda desde la cocina, saca unos pastelillos del horno así que decido preparar té para ambos.

—No mi niña, ocupo cafeína en mi sistema, ya para un viejo como yo el té es muy poco.

Le sonrío asintiendo, mientras preparo un café fuerte para él. Al cabo de un rato entre charlas de estudio y mal sueños James me ve fijamente.

—Dime ¿qué te pasa niña?

—No tengo nada James, no debes preocuparte.

—¿Acaso es por el extraño joven que visito tu hogar?

Le veo un tanto asombrada, más intento hacerme la desentendida. Él lo nota rápidamente y suelta una risa peculiar.

—No es un pecado la atracción pequeña Violeta.

—No dije eso James.

—Creo que, si le interesas, regresara.

Veo en sus ojos un brillo especial, luego sonríe enamorado —Ay el amor juvenil, recuerdo mis días de gloria junto a mi amada Sara, era tan feliz.

—¿Le hechas mucho de menos?

—Todo el tiempo —sonríe triste— aun así, aunque pasen los años el sonido de su risa aun retumba en mis oídos, solo espero con ansias algún día volverle a ver. Podía ver que él de verdad vivía aferrado a eso.

Luego de aquella tarde con James, al llegar a casa y acostarme a dormir, no deje de ver mi celular, leyendo y releyendo su mensaje, recordé aquel día como si hubiera sido ayer, recordé la manera en que sus dedos acariciaron mi cuerpo y cómo, aunque todo dentro de mi gritaba que estaba incorrecto, no hubo un momento donde mi corazón no dejara de latir tan fuerte, haciéndome sentir tan viva.

Me levanto un poco soñolienta, arrastras logro llegar al baño, lavo mi cara he intento cepillar un poco mi cabello, enjuago mis dientes y al terminar me dirijo a la cocina.

Preparo un poco de café, mientras reviso como están mis estantes de comida. Suspiro al ver que ya están en las últimas así que tomo un cuaderno y empiezo a elaborar una lista de todo lo que necesito.

Endulzo mi café y preparo emparedados con crema de maní mientras releo todo con cuidado, al final decido dejarlo para después del desayuno, tomo mis emparedados junto con mi café y me dirijo rápidamente al sofá, enciendo la televisión y después de casi diez minutos de búsqueda termino viendo unas caricaturas ridículas.

Amor deséame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora