Capítulo 13

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Salgo del baño y me en vuelvo en la toalla, colocando mi bóxer, veo la hora en mi móvil 8:45pm, dejo el móvil a un lado del grifo y busco un ungüento para mi pequeño corte arriba de la ceja, al terminar salgo del baño y busco ropa limpia en mí armario.

—Mía llamaré para traer una pizza, sé que para el almuerzo comimos pizza, pero no sé qué otra cosa podemos comer.

Espero la respuesta de la chica mientras me mudo, me coloco una pantaloneta color verde musgo y una camisa blanca. Tomo el desodorante, pero me quedo quieto al darme cuenta que Mía nunca contestó.

—¿Mía?

Decido asomarme, niego al verla dormida, paso el des-odorante, cierro el armario y vuelvo al baño tomando mi celular, pizza será, mientras busco el número me acerco a la cama observándola, su cabello negro está tapando casi toda su cara, sus labios están entre abiertos. Y su cuerpo se aferra a la almohada.

Me retiro y salgo de la habitación hacia el pasadizo, marco a la pizzería para ordenar. El sonido de un carro entrar a mi propiedad me confunde, mi ceño se frunce al escuchar la puerta sonar segundos después, cuelgo la llamada de inmediato y me asomo por las escaleras.

¿Quién puede venir a mi casa? ¿Nadie que conozca bien sabe dónde vivo? me acerco sin hacer ruido, bajo las es-caleras y miro disimuladamente por la ventana, me quito de golpe estúpidamente ya que las ventanas no permiten la visión hacia adentro de la casa, fue una reacción instintiva al ver a Sophia allí parada.

Me retiro del lugar y subo otra vez directo a la habitación, estando allí corro con cautela las celosías y vuelvo a fijarme por la ventana notando como Sophia sube a un auto plateado y desaparece en la oscuridad de la noche. Mi corazón late deprisa ¿Qué demonios busca esa mujer? ¿Qué coño ha sido eso?

—Alto— me giro aun alterado, ver a Mía confundida me calma porque me veo obligado a disimular.

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan tenso?

Ahora se encuentra sentada en la cama, sus pies descalzos apenas tocando el suelo debido al frío, cierro la ven-tana confirmando la ausencia de aquellas personas.

—No, por nada.

—Alto dime.

—No es nada Mía— camino hasta la cama y me siento a su lado, tomo su mano y acaricio sus pequeños y finos dedos.

—Tengo hambre y quería pedir pizza, pero no sé si te aburres de comerla otra vez.

— ¿Jamón y queso?

—Sí, la pediré.

—¿Seguro no te pasa nada? —pregunta acarician-do mi cabello.

Sonrío y beso su frente para tranquilizarla, marco otra vez a la pizzería y ordeno, después me quedo pensativo en las escaleras, ver a Sophia fue un aviso, me recordó que no debo bajar la guardia en ningún momento, lo peor que me puede pasar es que esa mujer me vea aquí, sabrá donde vivo y me siento muy cómodo aquí como para tener que mudarme por su causa, hace tres años llegue a este lugar y he sido muy cauteloso para no tener que mudarme.

Espero en la escalera hasta que llega la pizza, nos dedicamos sólo a comer y dejar las palabras a un lado. Noto a Mía muy comelona así que decido molestarla por eso.

—pareces un barril sin fondo.

—Ya, tú no te quedas atrás.

—Pero soy hombre.

Rueda los ojos.

—¿Y qué?

—Que tengo excusa, las señoritas comen poco.

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2018 ⏰

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