Prólogo

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Conozco a Colin desde que iba a la guardería, siempre hemos sido unidos, estaba secretamente enamorada de él, lo veía cada día con una mujer diferente, a la edad de 12 años decidí declararme, en ese entonces el tenia 15, dió la casualidad que él sentía lo mismo, nos volvimos inseparables, él fué mi primer amor, mi primer...todo. Hoy hace 5 años que somos novios. Ahora me encuentro conduciendo hacia Central Park, donde quedamos, al parecer me tiene que decir algo antes de ir a mi casa a cenar.

Lo encuentro sentado en una banco con un cigarro en la mano, me acerco a él, con una sonrisa le quito el cigarro de entre sus dedos, le doy una calada bajo su intensa mirada verde grisácea, un color raro, tiro el humo y me agacho para darle un beso en los labios, me sorprendo cuando gira la cara y acabo dándole un beso en la mejilla, ¿me acaba de hacer la cobra? antes de que pueda preguntarle nada, dice las palabras que nunca creí escuchar de él.

– esto no funciona.

Me quedo en silencio y tiro lo que queda del cigarro en alguna parte, ¿que quiso decir con eso?, mi corazón empieza a latir cada vez más rápido, nervioso.

– qué? – pregunto con el ceño fruncido.

Se levanta, tengo que elevar la cabeza ligeramente para verle mejor, ese brillo que siempre me gustó ya no está, está demasiado serio para mi gusto.

– estoy cansado de fingir, de fingir que me gustas, que estoy enamorado de ti – me mira de arriba abajo y suelta un bufido irritado, algo en mi interior se rompe – estoy cansado de ver como día a día me miras como si yo fuera el amor de tu vida, no te quiero, nunca lo hice, era divertido salir con la hija de la pareja mas poderosa de América y Europa, pero ahora simplemente aburre, yo nunca...

– cállate – lo corto con voz dura.

No quiero que siga, sus palabras son como puñales directo en mi corazón que ya se empieza a quebrajar amenazando con romperse en mil pedazos, mis ojos se llenan de lágrimas pero me niego a dejar que alguna salga.

– sólo quería romperte el corazón, y por lo visto lo conseguí – dice con una media sonrisa.

Apreto con fuerza el casco de mi moto en mis manos, jugó conmigo, se burló de mi, debería estar enfadada, debería golpearle, sin embargo no me siento así, quiero desaparecer.

– felicidades, cumpliste tu objetivo, eres un excelente actor – mascullo incapaz de mirarle a la cara.

Giro sobre mis talones y a paso ligero empiezo a caminar hacia la salida del parque, buscando con la mirada a mi moto, debo salir de aquí, escucho sus pasos detrás de mi, no me importa.

Cuando llego a mi moto, hay dos niños de la edad de mi hermano observándola con admiración, es normal, es una Duccati verde y negro, bastante potente, pero eso ahora mismo carece de importancia.

– largo – gruño.

Los chicos me miran medio asustados y se van con la cabeza gacha, estoy por montarme en mi moto cuando la mano de Colin me coge del codo y tira de mi hacia atrás impidiendo que pueda irme.

– estás enfadada, no puedes irte así.

Su preocupación me causa risa, no se como pueden tan hipócrita.

– ahora te preocupas por mi? – pregunto con incredulidad.

De un tirón me deshago de su agarre, él gruñe en desaprobación y eso no hace mas que cabrearme, aprieto los puños reprimiendo las ganas que tengo de darle un buen golpe.

– Leah, yo te llevaré – dice utilizando ese tono de voz que no admite réplica.

Lo ignoro.

Vuelvo a intentar montar en la moto pero nuevamente me lo impide, cansada de su estupido juego, elevo la mano y con la palma abierta la estampo contra su mejilla, la palma de mi mano escuece, un golpe es suficiente para que me suelte, para deleite mío, mi mano ya se empieza a marcar en su pálida mejilla, sus ojos me miran con dolor. A él le dolerá el golpe, pero a mi me duele el corazón, ese dolor si que es insoportable, sentir como se rompe, y a pesar de eso, todos esos pedazitos siguen amándolo.

– lograste tu objetivo...no vuelvas a tocarme en tu vida o...

– o qué? – me reta enderezándose.

El es mucho más alto que yo por lo que un encuentro cuerpo a cuerpo no es factible, no se merece demasiada atención de mi parte.

– vete al infierno – mascullo con los dientes apretados.

Me monto en mi moto, me coloco el casco y enciendo la moto haciendo que el motor ruja con fuerza.

– ahí es donde voy – dice antes de que arranque y me pierda en las calles neoyorquinas.

Zigzagueo entre los coches a una velocidad nada legal, detrás de mi, a unos metros localizo a un SUV negro siguiéndome, uno de los coches de la empresa de mamá, no importa, de todos modos me dirijo hacia allí.

Derrapando por el asfalto aparco enfrente de la empresa de mi madre, de un salto bajo de la moto y camino hacia la entrada, en la puerta me espera mi tía Stefany, paso de largo sin saludarla, entro al área de entrenamiento, donde al parecer mi madre pone a prueba a alguno de los nuevos, deja de hacer lo que está haciendo y clava sus verdes ojos en mi, esa mirada llena de amor y cariño rompe el muro que había creado para no derrumbarme, me acerco a ella y la abrazo con fuerza, empiezo a sollozar en su hombro.

– esta bien. El entrenamiento a terminado – anuncia y uno a uno los presentes vas abandonando el lugar.

Pronto ese sollozo se vuelve un llanto cargado de dolor, traición, las palabras que Colin una vez me dijo se repite en mi cabeza como un disco rayado "te amo", "eres lo mejor que me ha pasado" "haré lo que sea para verte feliz", todas eran mentiras, puras mentiras, no era amor, sólo se le parecía amor, solo se veía, sabia y se sentía como amor, fui una tonta creyendo todas sus estúpidas palabras, me siento herida, engañada, tonta e inútil, no entiendo por qué me hace ésto, no entiendo por qué pensé que el no sería de esa clase que solo daña.

– dime que pasó, me estás asustando – dice mi madre separándome un poco para verme mejor.

Con la mano me seca las lágrimas, esas que parecen nunca dejar de salir, como buenamente puedo le cuento lo sucedido, luce sorprendida, a ella le caía bien, se ganó el cariño de todos para después simplemente destruirme.

Las siguientes horas pasan como una película frente a mis ojos se niegan a derramar una sola gota de lagrima más, me siento como un recipiente vacío, mi tía y mi madre me consuelan, pero no las escucho.

Al llegar a casa mi padre se pone como una fiera, ese hombre cariñoso y atento había desaparecido dando paso a la fiera agresiva que cuida de sus crías, mi madre, la única que es capaz de calmarlo, lo contuvo de cometer alguna estupidez, los gemelos se enteraron unos años después. Lo último que supe de Colin fué que se había marchado del país, una buena decisión ya que mi padre parecía querer hundirlo.

Yo solo sentía tristeza y rabia a la par de dolor e impotencia, nunca entendí que le había llevado a actuar de esa manera, podía haber roto conmigo sin necesidad de decir esas cosas hirientes, mi madre en un intento de sacarme del llanto y la soledad de mi habitación, empezó a instruirme, me enseñó todo lo que sabe, desde artes marciales mixtas hasta el uso de armas, mi padre estaba en contra, pero no dijo nada cuando accedí, mi madre tenía la esperanza de que yo sea la próxima heredera de la fortuna Hunter y yo quería hacerlo, me había propuesto olvidar al hombre que se llevó todo lo bueno de mí, ya no era esa chica alegre, viva, esa que pensaba casarse con Colin, su "verdadero amor", pero abrí los ojos y me di cuenta que eso no existe, ahora solo soy una mujer fría, sin sentimientos, con un corazón roto que no pudo ser sanado, soy todo lo que nunca pensé ser, solo un recipiente vacío, porque el amor solo era una barata ilusión.

True Love ( pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora